martes, 30 de octubre de 2007

109. PUEDE SER MUY DURO REGRESAR A CASA

Es enorme el esfuerzo personal y económico que muchos jóvenes, normalmente los mejores de cada generación, realizan para completar su formación en el extranjero.

Luego de años en la universidad, pasado un tiempo de tanteo en los comienzos de su carrera profesional, haciendo acopio de valor y sacrificando mucho, se lanzan a la aventura de aprender mas para alcanzar el estado del arte, conocer otros mundos, y prepararse para un mejor futuro personal y profesional.

En general, se esfuerzan, pasan privaciones afectivas y también económicas, trabajan duro y aprenden mucho. Luego, pasados dos años y unos meses, con la convicción y el sentimiento de estar preparados, regresan a casa.

En algunos casos el retorno es sencillo, se reintegran en el ambiente, encuentran pronto un buen trabajo, y el tiempo en el extranjero es el recuerdo feliz de una experiencia valiosa que ya es parte del pasado.

Si embargo, para muchos jóvenes españoles, italianos, chilenos, argentinos y en no pocos casos puntuales, de otros países, el retorno es siempre muy difícil.

Al regresar encuentran que el valor social del título obtenido tiene un valor relativo, la pérdida de relaciones sociales en el tiempo de ausencia es un hecho cierto y la dificultad para encontrar un trabajo acorde con la propia valía es mucho mayor que la que hubieran tenido de no haberse dedicado a prepararse en el extranjero.

Además, al conocer otros modelos de convivencia, ven sus ciudades y sus gentes con un mayor espíritu crítico.

En pocos meses crece en ellos el desánimo y el sentimiento de impotencia. Aparece un fortísimo deseo de salir de su tierra, de comenzar en otra parte, de hacer realidad el deseo de fuga que crece en el insomnio de las noches.

Afortunadamente, la experiencia dice que en poco tiempo, no más de quince o veinte meses, el panorama se hace más claro, se encuentra trabajo, se cambia a otro mejor, se vislumbra el camino para recuperar el dinero no ganado anteriormente y, sobre todo, a tener claro que el esfuerzo de marchar al extranjero, vivir fuera y volver a casa ha valido la pena.

Siempre que ocurre esto siento una enorme alegría, un gran orgullo por ellos y crece mi esperanza.

Claro que no pocos de estos jóvenes, a lo largo del proceso de retorno, ven claro que sus países y sus gentes les ofrecen bastante menos y con más esfuerzo que lo que se puede tener en otras partes y vuelan, con su talento, por mucho, mucho tiempo, a otros lugares.

Luego vienen nuevos esfuerzos, grandes dolores y, como trabajan, saben, tiene valor y rabia, también en poco tiempo, quince o veinte meses, en el lugar que eligen siempre ganan.

Yo, cuando veo esto, lo comprendo muy bien, lo siento un poco, me alegro por ellos, me da pena por otros, crece mi orgullo y también mi esperanza.

lunes, 29 de octubre de 2007

108. EQUILIBRIO INESTABLE

En no pocas sociedades occidentales y en parte de las orientales, se escuchan, cada vez con mayor fuerza, voces a favor de restringir los derechos de los delincuentes como medio para asegurar los de quienes respetan las leyes.

Se piden castigos ejemplares para quienes atentan contra la integridad física de las personas, se apropian indebidamente de los bienes ajenos o destruyen, porque lo tienen a bien, muebles o inmuebles de la comunidad.

Se demanda protección efectiva frente a las agresiones que a las normas y, sobre todo, a los usos de convivencia efectúan cada día, sin pudor alguno y absoluta prepotencia, personas no integradas en lo que se considera el ámbito común y socialmente aceptado de convivencia.

Se extiende una, cada vez más irritada, sensación de impotencia frente al deterioro de cuantos paradigmas configuran el marco de seguridad requerido por una sociedad que se percibe a sí misma injustamente convulsa.

Y está creciendo, además, la más profunda desconfianza hacia unos gobernantes que no son capaces de conseguir los mínimos que en seguridad desea la sociedad o, lo que es peor, parecen no querer conseguirlos.

No es preciso aportar ejemplos para ilustrar los anteriores asertos, basta mirar alrededor para tenerlos.

Simultáneamente, la misma sociedad demanda, también con enorme fuerza, respeto al libre hacer individual de sus miembros.

Se exige, en esta sociedad, también con energía y convicción que nadie impida ocupar viviendas, vender droga o alquilar el cuerpo, maltratar y demandar a los policías, insultar a los jueces, echar mal de ojo a la vecina, colarse en el metro, permitir que los niños hagan su voluntad, golpear a los maestros, amenazar a los médicos, no dejar dormir a los vecinos, arrancar las plantas, pintar trenes o vejar a cualquiera.

Se demanda protección efectiva para estos inalienables derechos y se pone en duda la capacidad o la voluntad de los gobernantes para hacerlo.

Es evidente que conjugar todos los derechos, aunque lo pretendan, para los gobernantes es imposible.

Por tanto, en función de la tendencia de los votos, los políticos, que de eso saben bastante, se van a decantar por primar unos u otros derechos.

Por ahora y hasta las próximas o las siguientes elecciones, en España, se mantiene la fuerza de las demandas en un absoluto e inestable punto de equilibrio.

miércoles, 24 de octubre de 2007

107.LAS MIL Y UNA NOCHES

Tengo el hábito de leer simultáneamente tres libros, uno nuevo de ficción, un ensayo sobre temas variopintos y otro ya leído e incluso releído muchas veces.

En el capítulo de lo releído, en estos días he disfrutado, casi como siempre, de Las Mil y Una Noches.

Sin embargo, en esta ocasión, acaso por estar sensible a cuanto supone el Islamismo radical, sí, Islamismo radical sin eufemismos, me ha dejado una gota de preocupación en la trastienda del pensamiento.

El libro, delicioso, es un canto constante a la imaginación humana, un derroche de fantasía, un elogio del riesgo y una exaltación del valor.

Pero, al mismo tiempo, es expresión del despótico poder de quienes en cada momento gobiernan, de la necesidad de usar el engaño para sobrevivir y de la libertad absoluta para hacer lo que a cada cual convenga, siempre que no se entere quien puede castigar.

Más aún, no solo se puede engañar al califa, al marido y, siempre al enemigo, sino que es deseable hacerlo. Claro que hay que procurar que no se entere el califa, el marido o el enemigo, porque te pueden, además de azotar, quitar la vida.

Y me vienen recuerdos de las páginas, tan hermosas, del Collar de la Paloma y se me llenan casi de lágrimas los ojos al pensar que la sensibilidad casi única del poeta tenía entonces y tiene ahora el sello indeleble de la necesidad de engañar para conseguir, primero amor, luego placer y, más allá, triunfar.

A fin de cuentas no es que “sean falsas” estas gentes, es que culturalmente, no son de fiar.

lunes, 22 de octubre de 2007

106. MALOS USOS DE LAS OPERADORAS DE TELEFONÍA

La competencia entre las compañías operadores de telefonía es, además de muy dura, extremadamente cara.

Captar, incrementar el consumo y fidelizar a los clientes es para ellas una necesidad absoluta, quien no crece está condenado a muerte, por ello, se dedican enormes sumas de dinero a comunicación, I + D + I y, por el medio que sea, crecer.

Competir en el sector supone participar en una guerra en la que el objetivo es la destrucción del adversario para hacerse con sus despojos. Los vencedores obtienen más y más clientes, más y más ingresos, mas y más valor.

Además, lo hacen en un mercado global en el que directa o indirectamente, todos los operadores están jugando.

Es evidente que para las operadores, el cliente, en principio, es lo más importante.

Sin embargo se produce una tremenda paradoja, todos los días alguien próximo te cuenta que está bastante o muy enfadado con Vodafone, Orange, Ono, Tele 2 o Telefónica, por motivos varios.

Por ejemplo, la operadora ha cobrado, a través del banco, una cantidad superior a la debida y al reclamar el cliente, ahora ya pueden aceptan que cometen algún error, se comprometen a ir descontando lo cobrado en exceso de la factura de los siguientes meses. Es decir, han cobrado sin tener derecho y se quedan con el dinero porque les parece bien. Si alguien reclama por el abuso, la respuesta es dar largas o guardar silencio y dejar que el tiempo cure la herida del cliente y aplaque su ira.

O, cuando algún cliente particular, con o sin razón, reclama un trato diferencial similar al que dan a otros clientes, es normal que reciba un amable o áspero no por respuesta. El criterio es claro, hay que dar cuanto menos mejor y el cliente, mientras no piense en marcharse se tiene que aguantar.

Es preciso que el cliente inicie el trámite de cambiar de operadora para que se ablande la norma de Vodafone o Telefónica, u otro operador, y den al cliente más de lo que este hubiera pedido en situación normal. Todo que no se marche y mantenerle fiel.

Siempre que escucho estas, de entrada pienso que estamos ante un gran absurdo. No hay necesidad de molestar al cliente y el coste de hacerlo es muy alto. Sin embargo, también pienso que si todas las operadores tienen y mantienen los mismos comportamientos tan molestos para el cliente es seguro que existen razones sólidas y, para ellos, convincentes.

Estoy seguro que hoy por hoy piensan seguir en el mismo camino. No hay razón alguna para que si lo han hecho hasta ahora, si no pasa algo, dejen de hacerlo en el futuro

¿Qué tendría que pasar para que cambiara la conducta, aparentemente un poco absurda, de las operadoras? No lo se, pero estoy absolutamente seguro de que ellas si lo saben y tienen unos buenos planes de contingencia para cambiar lo que haya que cambiar.

jueves, 18 de octubre de 2007

105. ¡QUÉ DURO ES NO PODERNOS DIVORCIAR!

Es imposible vivir juntos, detestarnos y no podernos divorciar.
A uno le gusta estar en casa y a la otra pasear, a una le gusta
estar en silencio y al otro le apasiona cantar.
Una disfruta la carne y el otro solo toma alimento vegetal.
Para el vestirse de gala es una necesidad y para ella eso es despilfarrar.
Ella quiere dar limosnas y el va y pone todo el dinero a rentar.
Ella quiere estar con amigos de postín, siendo una igual y el
estar con gente más vulgar pero siendo el principal.
El siente pasión por el rojo y ella tiene en el azul su más querido color.
De cuando en cuando discutimos, a veces un poco y otras a rabiar.
Si no fuera porque para vivir hace falta el trabajo de los dos...
¡este se iba a enterar!.
Lo normal sería que uno saliese del hogar y se buscase otro lugar.
Lo malo es que solo hay una casa para habitar.
¡Que mal asunto no podernos divorciar!
¡Qué duro es tenernos que aguantar!
Para atenuar la desgracia y no tenernos que matar, en algo nos hemos
puesto de acuerdo:
Cada cuatro años decidimos, a votos, quien puede hacer lo que le venga en gana
y quien, aunque proteste mucho, se tiene que aguantar.

miércoles, 17 de octubre de 2007

104. PASEAR AL PERRO

En casa tenemos una perra, una preciosa labradora negra, ahora con quince meses, que se llama, lo mismo que mi mujer y la mayor de mis hijas, Cristina.

Evidentemente, Cristina es un miembro de la familia, con todos los derechos y, por el momento, pocas obligaciones.

Durante sus primeros meses tengo que reconocer que hice poco caso a Cristina.

Era un cachorro gracioso que daba ninguna lata. Durante el día vivía en el jardín, aprendiendo a correr, perseguir a los pájaros y pasear una y otra vez la tapia para advertir, bien vigilada por Trucha, a quién pasaba por la calle, de su infancia feliz.

Solo a la hora de comer se hacía presente. Con un lametazo en la mano, me decía que era el momento de cumplir con mi obligación. Por la noche dormía a pierna suelta, sin ruido alguno, en su jergón.

Sin embargo, súbitamente todo cambió. Cristina, ni en sus peores pesadillas lo hubiera podido soñar. En lugar de ser la princesa de un enorme jardín, pasó a vivir horas y horas caminando con cuidado, sobre alfombras y entre muebles, o sentada en el suelo sin poder ladrar. Trucha tuvo otra suerte, cambio de jardín y aunque ya no era la reina, pudo seguir corriendo sobre la tierra, feliz.

Sin embargo, el cambio es, si tú quieres, siempre una oportunidad.

Cristina, que solamente había tratado con Trucha y hablado, nunca de cerca y siempre con alambre por medio, con Tigre, el pastor del jardín vecino, empezó a tener vida social.

Ahora, por la mañana y a medio día sale a la calle, ve gente, huele todo y hace lo que tiene que hacer. Por la tarde camina, observando todo, hasta el parque y disfruta siendo, con papel propio, parte de una manada de perros variopintos con los que puede discutir, correr y seguro, hablar.

Para mi mujer y para mí también las cosas han cambiado, jamás hasta ahora habíamos tenido que sacar un perro a pasear. También para nosotros ha sido una oportunidad.

Habíamos oído y nunca escuchado, que la gente que pasea a sus perros tiene algo especial. Gracias a Cristina hemos conocido a muchas personas, algunas que vale la pena tratar, otras que no tanto, pero todas con algo bueno y diferencial.

martes, 16 de octubre de 2007

103. EL MODELO

Durante varios meses he trabajado en el diseño de un modelo para determinar y medir la capacidad competitiva de las empresas.

He leído bastante, he consultado con expertos y, sobre todo, he dedicado tiempo a pensar.

Ahora he terminado el trabajo, dentro de unos días, lleno de orgullo y muerto de miedo, lo presentaré al cliente que tuvo la idea de crear el modelo.

Para saber si he acertado solo tengo que esperar.

Estoy contento. El modelo será un buen instrumento para que las empresas, sobre todo las medianas y pequeñas, puedan detectar con tiempo suficiente las amenazas y oportunidades que ofrecen los mercados y, con información precisa, actuar.

El mérito, si hay mérito en el modelo, corresponde a quien ha tenido la idea, a quien ha percibido la necesidad, una vez formulada es sencillo trabajar.

Tengo mucha suerte al conocer a personas que tienen ideas y debo además estarles muy agradecido por ofrecerme desafíos para disfrutar.

lunes, 15 de octubre de 2007

102. TOLERANCIA PARA EL ISLAM

En estos días se ha celebrado en Córdoba, impulsado por el Sr. Ministro de Asuntos Exteriores del Reino de España un encuentro internacional que, si he entendido bien, tiene como principal objetivo facilitar el conocimiento en Europa de la cultura islámica y, sobre todo, facilitar la integración de los discípulos del Profeta en tierras antes del todo y ahora en gran parte, de cultura cristiana.

El encuentro, todo un éxito, ha culminado con un llamamiento a la tolerancia de ateos y cristianos hacia quienes durante siglos y aún ahora, no se recatan en considerarlos como detestados enemigos.

Se afirma que hay 11 millones de musulmanes en Europa y que es un horror que tantas personas se vean discriminadas por su religión.

Es una infamia, es verdad, que pueda existir animadversión hacia un número tan grande de personas. Y es terrible que el rechazo sea creciente y se pueda hablar ya, en algunos lugares, casi de persecución.

Es muy malo que las personas no se puedan sentir del todo en su casa porque hay fanáticos que no aceptan a su alrededor las costumbres de la verdadera religión.
Esto es especialmente grave porque todos los días llegan a Europa cientos de creyentes que salen de sus países para vivir algo mejor y dispuestos a imponer contra viento y marea su marchamo cultural en los países que les abren sus puertas.

No hay derecho, es necesario que los europeos sean tolerantes y escuchen la voz de los derechos humanos, hagan caso a quienes de estas cosas saben, los reunidos en Córdoba son expertos, y acepten en sus ciudades y en sus campos cada día más costumbres del Islam.

Creo que la iniciativa del Canciller es valiosa y muy acertada. Por el camino que vamos, en pocos años la xenofobia puede llevar a una desgraciada situación en la que se puede demandar y hasta producir una espantosa expulsión de los moriscos europeos.

Tiene mucha razón el Ministro Moratinos al pedir con urgencia más tolerancia a los no musulmanes europeos.

Tiene toda la razón al exigir respeto a los derechos y más derechos de los musulmanes, para asegurar la convivencia y evitar males mayores.

Tiene toda la razón. Sabe que los europeos, con mayor o menor esfuerzo, pueden convivir con cualquiera que venga con respeto y en libertad, por eso se pueden adaptar.

El egregio Ministro español conoce tan bien la realidad que, para contribuir a la tolerancia de los europeos, ha rechazado sugerir a quienes interpretan la Ley del Islam que persigan un poquito menos a los creyentes que en España pueden celebrar su matrimonio homosexual.

viernes, 12 de octubre de 2007

101. CREO QUE ES MEJOR TENER UN PAPEL QUE DIGA "CASADA"

Como nací en la primera mitad del siglo pasado, en su día estudié leyes y he vivido bastante, cuando me encuentro, cada vez con mayor frecuencia, parejas encantadoras que conviven sin estar casadas no puedo evitar, probablemente sin razón, pensar con cierta pena, siempre lo mismo: Estas chicas están locas y estos chicos son unos águilas.

Las razones de mi pensamiento son absolutamente pragmáticas y son sencillas de expresar y aunque poco convincentes para muchas personas, por si a alguien le sirven, las voy a enumerar.

En primer lugar, luego de los primeros tiempos, días, semanas o no muchos meses, la convivencia nunca fácil, se asienta en un esfuerzo constante para “agradar” al otro, y conservar el amor, ya que la pareja, sin vínculo formal, sabe que en un instante todo puede acabar. Por ello, es a veces necesario, para él, para ella o para los dos, trabajar duro para mantener el amor.

Lamentablemente, el esfuerzo no genera más ni mejor amor y dificulta el conocimiento profundo de la intimidad del otro. Hay recovecos del alma en los que no se permite entrar a quien no es "el marido" o "la mujer" de verdad.

En segundo lugar, si hay una desgracia, Dios no lo quiera, cuando hay un piso y una hipoteca en común, las transmisiones mortis causa o las donaciones inter vivos son menos costosas y con menos problemas que cuando no existe vínculo legal.

En tercer lugar, si la covivencia se alarga, el trauma de la separación puede ser mucho peor si la relación es solo emocional que si lo que se rompe es un contrato legal.

En cuarto lugar, casarse no requiere tener una casa completa, pagar una boda de 200 invitados, ir de viaje a Punta Cana y dar gusto a un montón de personas a las que les importa un pepino si los chicos se casan o no se casan.

Casarse es querer hacer público el amor y también es asegurar, para lo bueno y lo malo que entre los dos hay un contrato legal que protege a las dos partes. Solo requiere pasar por el ayuntamiento o por la iglesia, dejar unos euros, menos de lo que cuesta cambiar el teléfono móvil o comer en la calle una noche cualquiera.

Entiendo que estoy un tanto anticuado, pero tengo otra razón adicional, la que creo más importante, que aplasta a todas las anteriores y que no me puedo callar: Estoy convencido de que una chica no se va a vivir con el novio si no esta enamorada y si es así, aunque a los chicos, en general, dormir en una u otra cama, si no hay compromiso, siempre les agrada, vale la pena esforzarse y con poquito de maña, mejor antes que después, hacer lo que hay que hacer para tener un papel que diga, bien claro, “casada”.

miércoles, 3 de octubre de 2007

100. AGRADECIMIENTO

Hoy, al llegar la entrada 100 del blog, cuando ya es un esfuerzo encontrar experiencias, anécdotas, reflexiones o simplemente escribir algo con sentido que pueda ser de interés para otras personas, es tiempo de agradecimiento.

Agradecimiento a quienes en Bilbao, Santiago de Chile, Curitiba, Buenos Aires, Santo Domingo, Ciudad de México, Taipei, Valencia, Zaragoza, Manila o Madrid, abren sus computadoras y dedican su tiempo a leer lo que he escrito.

Agradecimiento a quienes están de acuerdo con lo que publico y a quienes discrepan o matizan mi pensamiento.

Agradecimiento a quienes sonríen y agradecimiento a quienes se enfadan un poco con lo que pienso y digo.

Agradecimiento a todos los que leyendo el blog le dan sentido y me animan a seguir escribiendo.
Muchas gracias a todos.

lunes, 1 de octubre de 2007

99. UNA CONSECUENCIA INTERESANTE DE LA ESCASEZ DE TALENTO

El entorno competitivo y la escasez de talento ha generado un cambio extremadamente interesante en la vida de las empresas: Contra lo que antes se consideraba un gran mal, ahora se acepta e incluso de priman los equipos unidos por relaciones afectivas, de amistad o familiar o de otros tipos.

Ahora, si el equipo obtiene resultados sus miembros puede vivir en la misma casa, tener hijos o vivir en casas distintas y compartir ocio y afectos el fin de semana y en vacaciones.

No están lejos los tiempos en que en muchas empresas se prohibía expresamente que trabajaran en ellas miembros de la misma familia y que se persiguiera con rigor cualquier relación afectiva que fuera más allá de la pura amistad.

Evidentemente, se consideraba que el valor que podrían genera los equipos de personas vinculadas por relaciones afectivas era bastante menor que los problemas que se podrían producir como consecuencia de la relación de la pareja entre los dos o con terceros.

Las mujeres sufrían con mayor intensidad el problema. Cuando se casaban eran las que tenían que cambiar de trabajo para dejar al marido “tranquilo” en su puesto. En organizaciones menos rígidas, el tema se resolvía poniendo distancia entre los miembros de la pareja, cada uno en un departamento o, si era posible, mejor en edificios bien separados.

Por supuesto esto no sucedía en las empresas familiares que optimizaban y sufrían todas las ventajas e inconvenientes de tener a sus directivos conviviendo, en días o meses o tiempos buenos y malos, las veinticuatro horas de del día todos los días de la semana. Claro que en algunas de estas tampoco se permitía la relación a quien no fuera parte de la familia.

Ahora una reflexión:

Es cierto que los equipos vinculados por relaciones afectivas pueden tener muy alto rendimiento, pero los riesgos son indudables, sobre todo por los muy posibles efectos negativos sobre terceros o, y esto es lo peor, en los casos en que la relación de amor pasa al desamor o al odio.

Los riesgos son tan grandes que es imprescindible, para la protección de todos, tomar algunas precauciones.

Acaso, la primera medida a implantar podría ser, como ya se hace en algunas organizaciones, establecer la obligación de comunicar formalmente a la dirección de la empresa o al departamento de recursos humanos, la existencia de la relación afectiva desde su nacimiento y , aunque esto acaso fuera mucho menos importante, que los implicados estuvieran también obligados a guardar algunas normas de comportamiento que atenuasen posibles efector negativos de su relación con terceros.

En cualquier caso es deseable que sigamos reflexionando sobre un tema que ya tiene peso, pero que en unos años será prioritario para asegurar la continuidad de los equipos y el talento de las personas en las organizaciones.