lunes, 26 de noviembre de 2007

116. IMPORTANTE

En la última semana he asistido, casi por obligación, a un evento de esos que se consideran “importantes”, organizado por gente “importante”, en un lugar “importante”, en el que, por tanto, todo el mundo se considera importante.

Tuve la oportunidad de encontrarme y conversar con buenos amigos, no todos importantes, a los que no veía desde hace tiempo y ello justificó cumplidamente el tiempo dedicado a escuchar, mucho rato, sentado en un amplio y cómodo asiento.

Debo resaltar que fue casi interesante escuchar a ilustres, que no demasiado ilustrados, ponentes, explicar una y otra vez sus propios méritos, hablar de la enorme cantidad de dinero gastado y de la inmensa bondad de sus logros , todas ellos en pro de la satisfacción y el progreso profesional de los asistentes, que no participantes.

En todo caso, más valioso del acontecimiento fue que cuantos preclaros oradores disfrutaron del uso de la palabra dijeron, una y otra vez hasta ciento, que aunque tenían mucho dinero, todo el dinero, “lo más importante” para continuar en la línea de éxitos conseguida hasta el día del evento, eran las ideas, la participación activa y las aportaciones de los presentes y de sus representados.

Los oradores tenían toda la razón, sus palabras eran absolutamente ciertas. Si no se consiguiera incorporar las ideas y la voluntad de todos, lo alcanzado hasta ahora, el mucho dinero empleado y el que se va a gastar, se lo llevará el viento.

Un dato para terminar: En ningún momento de la nada corta jornada se dio u ofreció, a nadie que no estuviera en la mesa presidencial, la oportunidad de abrir la boca y tomar la palabra.
El despotismo ilustrado, todo para el pueblo pero sin el pueblo, sigue vigente para algunos “importantes “ próceres desde el Siglo XVIII.

jueves, 22 de noviembre de 2007

115. A VECES SE PIENSA Y SE ESCRIBE ALGUNA BARBARIDAD

Siempre que paso por Puerta de Hierro, en la entrada de Madrid por la autovía A-6, el acceso a la autovía de Plasencia por Navalmoral de la Mata, atravieso el túnel que enlaza la calle María de Molina con la A2, camino por la Terminal 4 del Aeropuerto de Barajas, circulo por alguna de las Rondas de Barcelona, pienso en lo precioso que está el Museo del Prado, o disfruto el cuidado de cualquier pueblo de la España más profunda, siento un enorme orgullo.

Realmente hemos progresado mucho en el tiempo que dura mi propia vida. Los españoles somos un gran pueblo que habita una gran nación.

Estamos entre las ocho o diez países más ricos y desarrollados del mundo. En verdad los españoles de las últimas generaciones somos magníficos.

Claro que, en 1970, en los finales de la época oscura del General Franco, en 1931 en el comienzo de la II República, en 1898 mientras se perdía Cuba o en duro año de 1868, también estábamos entre los 8 o 10 países más ricos y desarrollados del mundo.

Al pensar en ello se acrecienta mi orgullo hasta llegar casi a la soberbia. Los españoles, los de antes y también los de ahora, somos un gran pueblo y España es una gran nación que, haciendo de tiempo en tiempo grandes locuras, se mantiene en buen lugar.

Bien es verdad que cuando compartíamos monarcas con quienes hoy siguen siendo sardos o napolitanos, habitan el Rosellón, rezan en Sucre, o piensan en dividir el país de los belgas, nuestro lugar, el de todos los que éramos de alguna manera “nosotros”, era el uno o el dos.
Luego, según íbamos siendo menos, pasamos, al tres, al cuatro, al cinco y, más tarde, al sexto, séptimo y aún peores puestos en el mundo. ¡Decadencia para todos sin parar!

Más a más, pienso que, probablemente, en cien años, California si tuviera la desgracia o la suerte según algunos, de llegar a estar sola e independiente, seguiría siendo lo que es ahora, el octavo, noveno o décimo país más próspero del mundo. Y si el Reino Unido perdiera su unidad, acaso se quedase Inglaterra en el séptimo, octavo, noveno o décimo lugar y la extraordinaria Escocia, con sus buenas gentes, llegaría inmediatamente a su lugar real.
Amigos míos, no hagáis mucho caso de lo que he escrito, se que es una barbaridad, pero a veces pienso cosas que quienes me conocen, aunque les cueste un poco, me pueden perdonar porque tienen una pizca de verdad.

martes, 20 de noviembre de 2007

114. CURIOSIDADES

Las tendencias demográficas y las demandas sociales hacen pensar a los expertos que si se pudiese mantener, en un futuro próximo nuestra sociedad podría llegar a tener entre un 25 y un 30 por ciento de personas activas frente a al 70 o 75 por ciento de inactivas. Es decir, el 25 por ciento tendría que generar la riqueza necesaria para que viviera y bien, el 100 por cien de la población.

Además, se da la paradoja de encontrar, cada vez con mayor frecuencia, a una parte significativa de las personas que están dentro del grupo de los activos, dedicar casi todo su esfuerzo a reclamar que sean otros activos los que generen, para todos, la riqueza necesaria para que todos, ahora y luego, puedan vivir.

Es evidente que la realidad es muy testaruda y que por mucho que se reclame, la mayor parte de las gentes, poco o mucho, tendrán que trabajar para vivir.
Por eso, las personas tenemos que dar muchas gracias a Dios. Sería terriblemente aburrido vivir en un mundo en el que solo se pudiera comer y dormir.

lunes, 19 de noviembre de 2007

113. COMPLICIDAD

El Diccionario de la Lengua Española, edición de 1970 dice:

Complicidad: Calidad de cómplice.

Cómplice: Participante o asociado en crimen o culpa imputable a dos o más personas. Persona que sin ser autora de un delito coopera a su perpetración por actos anteriores o simultáneos que no sean indispensables.

Ante la cada vez más frecuente presencia de la palabra complicidad en la boca de los políticos, he llegado a sentir una gran preocupación.

¿Estaremos dirigidos por delincuentes?

¿Serán tan desvergonzadas estas gentes que no les importa confesar públicamente que son merecedores de penas tipificadas en el Código Penal?

¿Estarán tan locos como para considerar elogioso decir de otra persona que es su cómplice?

No, he descubierto que actualmente, en el Diccionario de la Lengua Española ha aparecido una nueva acepción, ahora la primera, de la palabra cómplice: Que manifiesta o siente solidaridad o camaradería.

Al principio he sentido una cierta tranquilidad, pero luego mi preocupación ha crecido ¿Habrán tenido los académicos que añadir la nueva acepción de la palabra cómplice porque se había extendido tanto su antiguo sentido que ahora, hasta quienes no delinquen, se sienten y anhelan ser o tener cómplices?

lunes, 12 de noviembre de 2007

112. VERDADES REALES O APARENTES, ES IGUAL

Es frecuente escuchar en la sociedad española comentarios como los siguientes:

La religión cristiana es medio para reducir la libertad de los hombres y tiranizar a los pueblos, el Islam es manifestación del bien, la convivencia y la paz.

Enseñar a los niños que ser homosexual es lo bueno y tiene premio, explicar a tus hijos que Dios o la Naturaleza hizo al hombre y a la mujer para que se amasen, poblaran la tierra y conviviesen la vida entera , es un enorme mal.

El esfuerzo, el trabajo continuado, la constancia y la honradez son valores que el ciudadano debe ignorar, el Estado sacará recursos de los tontos que trabajan, para que todo el mundo sea igual.

El Gran Hombre Chavez es paradigma del bien y el Presidente de los Estados Unidos, el Sr. Bush la encarnación del mal.

Fumar tabaco es una barbaridad, favorecer el consumo de cocaína está dentro de lo normal.

Proteger al delincuente es deber ineludible de los jueces y no respetar a quien siendo persona normal piensa distinto, es progresista y legal.

Carecer de opinión y aceptar las ideas del poder es de buen ciudadano, tener criterios propios y defenderlos es un atentado contra la autoridad.

Cuando pienso en cuánto se empiezan a repetir estas frases, sean o no del todo verdad, pienso en lo difícil que es, para todos, vivir en paz y mantener la libertad.

martes, 6 de noviembre de 2007

111. NOS PARECE QUE HACEMOS NADA

¿Qué has hecho hoy?. Nada, trabajar.
¿Qué hiciste ayer?. Nada, estar en casa.
¿Qué harás mañana?. Nada, estudiar.

Al escuchar estas expresiones, podría parecer que casi nunca se hace algo, que las personas pasan, pasamos, casi todo el tiempo haciendo nada.

La razón de ello posiblemente se encuentra en que la mayor parte de nuestro tiempo la dedicamos a hacer cosas que están dentro de lo conocido, son parte de la rutina diaria y no generan en la percepción del corto plazo ni satisfacciones intensas ni clara insatisfacción.

Otra cosa es la percepción en el recuerdo, los tiempos en los que no pasó nada cobran valor como islotes preciosos, plenos de calma, cercados por tormentas de desgracias.

Vemos que hacemos algo cuando es extraordinario: Perseguimos el amor, tenemos un hijo, publicamos un libro, perdemos un trabajo, tenemos un éxito o ganamos, en un ratito, lo que nunca soñamos ganar.

Sin embargo, la realidad es que siempre estamos haciendo algo, trabajando, leyendo, pensando, viendo la televisión, durmiendo o descansando.

Pienso que tener la percepción de que estamos haciendo nada, es buenísimo. Sería imposible vivir si todo fuera extraordinario.

lunes, 5 de noviembre de 2007

110. SATISFACCIÓN Y MOTIVACIÓN

Todos anhelamos estar satisfechos con nosotros mismos y con cuanto nos rodea.

El estímulo, el impulso que nos empuja para conseguir la satisfacción es la motivación que nos hace capaces de esfuerzos sostenidos.

Y, cuando se llega a un punto de satisfacción el descanso dura poco, aparece siempre una nueva meta que motiva al hombre siempre insaciable de algo más.

Una persona plenamente satisfecha no quiere más, no necesita, no quiere nada.

Afortunadamente, Dios ha hecho del hombre un ser que siempre quiere más, que nunca esta del todo satisfecho, que siempre puede estar motivado para conseguir algo y seguir viviendo.

Admitir que antes de estar satisfecho has de estar muerto es un poco áspero y, por fortuna, requiere la experiencia de tener años y seguir queriendo.