miércoles, 26 de agosto de 2009

281. HISTORIA DE MATÍAS (6)

Puede encontrar el texto en:

http://joseluismingohistoriadematias.blogspot.com/

martes, 25 de agosto de 2009

280. HISTORIA DE MATÍAS (5)

Puede encontrar el texto en:

http://joseluismingohistoriadematias.blogspot.com

sábado, 22 de agosto de 2009

278. ANTONIO GARCÍA VERDUCH


El Doctor Don Antonio García Verduch, científico, investigador, profesor, maestro y, sobre todo, hombre de bien, ha muerto el día 20 de agosto en Castellón de la Plana a los 85 años de edad.

Antonio García Verduch ha sido un hombre muy grande grande, ha sido uno de esos raros hombres de trabajo y honor, cuya vida, cuando el tiempo borre las últimas huellas de la ciencia española del siglo XX, cuando se haya apagado su último recuerdo, seguirá dando frutos en el árbol de la ciencia, de la tecnología y de la generación de progreso al servicio del bien común.

Más allá de su inmenso trabajo científico, más allá de su valiosísimo impulso del saber práctico o del desarrollo de la tecnología de la cerámica, la gran aportación de Antonio García Verduch es haber sabido y conseguido transmitir su espíritu de trabajo, su necesidad de hacer el bien y su inagotable tenacidad para buscar lo mejor, a los hijos de su amor y a los discípulos de su saber.

En quienes han bebido de la vida de Antonio García Verduch y en quienes sigan a estos, continuará, estoy seguro, para siempre la vida y la obra extraordinaria de este Varón Preclaro de España.

miércoles, 12 de agosto de 2009

277. LA CALMA QUE PRECEDE A LA TORMENTA



Agosto es, para muchas personas en España y para la misma España, tiempo de descanso, en ocasiones de reflexión y siempre de calma.

En agosto el tiempo es bueno. Las temperaturas se mantienen altas, el calor es el suave del verano y las pocas nubes oscuras y raros relámpagos son tenues anuncios de los rayos, truenos y grandes aguas que llegarán en septiembre, cuando la actividad se haga normal.

En agosto casi nunca pasa nada y si algo pasa, lo que sea, se deja pasar hasta septiembre mientras en los cuerpos de todos, se percibe la pesada calma que avisa la proximidad de las tormentas.

Pienso que es un regalo del cielo el que, aún precediendo a la tormenta, tengamos en España un tiempo con alguna reflexión y mucha, mucha, calma.

sábado, 8 de agosto de 2009

276. NO SE ABARATARÁ EL DESPIDO EN ESPAÑA, DICE

El Sr. Presidente del Gobierno dice, día tras día, todos los días, que en España no se abaratará el despido. Y lo dice tantas veces y con tanta firmeza que me da la impresión que lo hace para poder mantenerse en la creencia de que lo inevitable, aunque sea inevitable, no va a suceder.

Ya me gustaría a mí y a todo el mundo, que el Sr. Presidente estuviera en lo cierto, pero lo inevitable es eso, inevitable. El despido ya se está abaratando en España y cuando llegue septiembre será aún más barato que ahora y lo será diga lo que diga el Sr. Presidente, digan lo que digan los sindicatos y sufran lo que sufran, quienes sean despedidos o se vean en la situación de despedir.

Me explico.

Simplificando la situación, en España hay dos tipos de trabajadores.

Los empleados fijos, más o menos el 65 % de la población que tenía trabajo al final de 2007, que en caso de ser despedidos de forma individual tienen una indemnización pagada por la empresa de cuarenta y cinco días por año y una paga por desempleo cada mes con cargo a la seguridad social, que puede durar año y medio. Estos empleados pueden ver, en circunstancias concretas, no demasiado frecuentes, ver reducida la indemnización a veinte días por año.

Los empleados temporales, más o menos el 35 % de las personas que tenían trabajo al final de 2007, que tienen contratos ya de duración determinada o ya para la realización de una obra o servicio también determinada. Estos empleados, cuando termina el contrato, no indemnización de la empresa y, si han cotizado a la seguridad social, pasan a cobrar el subsidio de desempleo.

A lo largo del año 2008 y en 2009 el desempleo ha subido hasta cuatro millones de personas. Para bien o para mal, la mayor parte de estas personas tenían contratos temporales, por lo cual las empresas no han tenido que pagar indemnizaciones por despido, solamente han tenido que esperar el vencimiento de los contratos.

Sin embargo, ahora que, por la inexistencia de expectativas positivas sobre la recuperación económica, sigue sobrando personal en las empresas para reducir personal, como ya quedan muy pocos con trabajos temporales, hay que despedir mediante el pago de indemnizaciones.

Y aquí aparece, una vez más, la resistencia del Sr. Presidente a aceptar lo inevitable:

Una parte muy importante de los despidos que se van a producir a partir de septiembre, en las empresas medianas y grandes, serán fruto de expedientes de regulación de empleo que incluirán indemnizaciones de veinte días por año, menos de la mitad de los cuarenta y cinco previstos para los despidos individuales.

Y otra parte, que puede ser muy importante, en pequeñas empresas, micropymes y negocios de profesionales autónomos, el despido vendrá por la vía de los hechos: Al volver de las vacaciones o al llegar al trabajo cualquier mañana, los empleados encontrarán las puertas cerradas, los empresarios, ilegalmente, impotentes para seguir perdiendo dinero y sin plata para pagar indemnizaciones, avisando o sin avisar a sus empleados, habrán cerrado la empresa.

En estos casos, antes o después, más bien después que antes, los nuevos desempleados cobrarán indemnizaciones, no del empresario, con cuantías de veinte días, que no cuarenta y cinco, del Fondo de Garantía Salarial, y el subsidio de la seguridad social.

Como es natural, las autoridades, animadas por la legislación, perseguirán a los empresarios, les harán la vida tan amarga como puedan y les embargarán los bienes que sepan encontrar. Eso sí, de cuarenta días de indemnización para los empleados que hayan perdido el empleo, nada.

Hay más razones pero, con lo que he explicado antes, es más que suficiente para pensar que el Sr. Presidente habla y habla, reiterando hasta el infinito, que abaratará el despido en España, para convencerse a sí mismo de que él puede evitar el que la gente, desesperada, le guste o no le guste al Sr. Presidente y a sus pobres ricos sindicatos, haga lo que le de la gana.

Nota:
Creo, fundada y firmemente, al igual que muchas personas que saben lo que es competir en el mercado global, que en España es imprescindible un cambio radical en la legislación laboral para reducir su injusta rigidez y hacer posible que cuando, dentro de dos o tres años, se reactive la economía, el empleo crezca con rapidez y no se mantenga una bolsa de paro superior al 12 o 14 % durante años y años.




martes, 4 de agosto de 2009

275. DE CONCURSO EN CONCURSO



Mi buen amigo Joaquín Oliva me envía un correo que por reflejar la realidad que viven muchos profesionales autónomos, pequeñas y no pequeñas empresas, me permito transcribir casi textualmente:

Así está el tema, ni más ni menos, y los bancos tan tranquilos.

Concursante. Ni empresario, ni emprendedor ni jefe de proyecto ni lo que me queráis llamar. Me siento concursante. Si. Como “Pasa palabra” o “Quieres ser millonario”.

Es como si estuviese todo el día respondiendo preguntas delante de mucho público esperando para aplaudir o abuchear.

Desde hace unos meses todo son concursos. No existe ya el proyecto directo en el que te eligen por tu trayectoria, experiencia o saber hacer. Concursos. Competiciones con más o menos criterio.

¿Que propuestas extras añade usted al pliego de condiciones? Paso palabra.

La crisis está llevando a una extraña situación. Los departamentos de compras han tomado el poder y se sientan a negociar contigo como si vendieses mesas, grapas o folios. No se diferencia entre servicios y nos cortan absolutamente a todos por el mismo rasero independientemente de tu experiencia, trayectoria, trabajos en proyectos similares.

Da igual. Somos horas hombre. Ni siquiera, somos lo que el departamento de compras estima que valemos. Y normalmente el de compras tienen un primo que… en fin… ya sabemos lo del primo.


¿Por qué eres un 20% más caro que esta otra oferta? Mire, es que ellos son un estudio con tres personas, que trabajan en un cuñado, que empezaron hace seis meses y su principal referencia es Ferreterías López, con todo mi respeto al Sr. López, y usted es una multinacional de 40.000 empleados presente en 25 países y el proyecto que quiere contratar supone cuatro meses de seis personas y… Paso palabra.


Y en esto entran los concursos. Si son privados y no tienen vergüenza convocan a diez ó doce empresas y ahí reciben propuestas, prototipos, presupuestos, estrategias, vamos, consultoría gratis desde muchas ópticas diferentes. Y luego eligen una para contarle lo que les ha gustado de las otras y hacer el refrito correspondiente.

Si tienen un poco de decencia sólo convocarán a 3 ó 5 empresas. Y ahí es donde pones toda la carne en el asador porque crees que tienes posibilidades: Que si me han llamado es por algo, que si eso es que quieren nuestro punto de vista, que parece hecho para nosotros… y es donde vienen las grandes desilusiones porque al final hay alguien que lo hace mejor o dios sabe que.


Nos gusta vuestra propuesta pero creemos que la aproximación que han realizado es más eficaz y encaja mejor en el briefing. Gracias por vuestro esfuerzo. Paso palabra.


Y vuelve a girar la rueda. Suena la música y un nuevo concurso. Llega la Administración. Papá Estado. Se desatan pasiones. Te presentas con toda tu ilusión y crees que esta vez tendrás suerte. Y te presentas conjuntamente con -ha habido suerte- sólo otras veintiocho empresas. Bien, para empezar arranco con menos de un 2% de posibilidades estadísticas.


Veintiocho empresas de las que veintisiete habrán tirado una cantidad ingente de dinero y esfuerzo porque la Administración no tiene un sistema razonable para hacer una preselección acorde con sus necesidades.


Un pequeño cálculo. Hacer una propuesta de sencillo desarrollo puede costar en horas unos 3.000 euros, si son veintisiete las empresas se han gastado 81.000 € para que la Administración pueda elegir. Menos mal que luego es puntual pagando.

Le falta por presentar el documento justificativo de ordenadores al servicio del proyecto ¿Como? Sí. Tiene tres días para decirnos los medios físicos que pondrá para desarrollar el proyecto. Oiga…¡¡¡Son PCs y Mac!!! No somos la NASA y su proyecto se podría hacer con NetBooks. Ya, pero debe justificar que tiene los medios técnicos necesarios para realizar el proyecto. Paso palabra.


Y sigue la rueda. Más concursos. Más propuestas. Más preguntas.


¿Ha presentado la justificación de cumplir con el Plan de Riesgos Laborales? ¿Como? ¿Y el justificante de estar al corriente de pagos con la seguridad social? Si claro. ¿Tiene la declaración jurada de …? "



Perdone, ¿Puedo usar el comodín del público?

sábado, 1 de agosto de 2009

274.HAY QUE CUMPLIR RIGUROSAMENTE EL HORARIO DE TRABAJO, DICEN

Parto de una premisa: Para mantenerse y progresar en cualquier puesto de trabajo es imprescindible trabajar mucho y bien. Es decir, pienso que en la mayor parte de las posiciones que cualquier persona pueda ocupar en una organización seria y más aún si se trata de un profesional independiente, ocho horas diarias o cuarenta horas semanales normalmente son por completo insuficientes.


Sin embargo, pienso también que obligar a las personas a cumplir horarios rígidos, salvo que ello sea imprescindible por la organización del trabajo o cause distorsiones o incomodidades serias a otras personas, es un error que suele tener consecuencias poco deseables.


En primer lugar, si se obliga a las personas a cumplir un horario porque lo dice la norma o porque al jefe le gusta, es casi un axioma que, antes o después, los empleados en el momento que llega la hora establecida para salir cierren el ordenador, se atusen un poco y corran tan rápido como puedan camino de la salida, sin que les importe nada, incluso importándoles, el trabajo que dejan atrás.

Me
dirán que en esta época en la que existe un miedo casi cerval al despido la gente alarga las jornadas, tenga o no tenga trabajo, para aparentar que lo tienen y mostrar su vinculación a la empresa. Esto es cierto, pero también es cierto que un jefe normal sabe lo aporta cada uno de sus colaboradores y el hecho de estar en el puesto de trabajo o marcharse a casa a una hora razonable no siempre es garantía de nada.


Mi experiencia personal es que hay personas búhos y personas alondras, que hay quien gusta madrugar y quien prefiere trabajar hasta entrada la noche y, si se puede hacer, hay que facilitar a las personas el que adapten sus horarios a sus ritmos vitales.


Y, ¡El reloj!, ¡El control de presencia! ¡Cumplir el horario!...., desde mi punto de vista es una soberana tontería: Para saber quien trabaja mucho y quien trabaja poco, quien trabaja bien y quien lo hace mal, quien aporta valor y quien no se gana el sueldo, no hace falta ni firmar como en tiempos, fichar como hasta hace bien poco o marcar un código, como ahora, salvo por seguridad, para entrar en la empresa.


Alguien me podría preguntar la razón por la que hoy escribo sobre un tema que solo era actual hace bastantes años, tantos que lo había eliminado, por estúpido, de mi memoria. Y, sin embargo, lamentablemente, tengo varios motivos, que hace casi una obligación, para escribir sobre el cumplimiento del horario.


Me paso el día diciendo que hay que trabajar mucho y bien, que la supervivencia de las organizaciones y el progreso de las personas depende de la entrega y del buen hacer de quienes trabajan en ellas. Y, este mensaje, a pesar de que no es grato para las personas que solo ven el trabajo como un medio de vida y a las organizaciones como entes sin alma creados con el solo fin de explotar al empleado, va calando.


Pero, tengo un amigo que trabaja en una organización seria y segura, una de de las pocas que al día de hoy pueden ser excluidas de lo que podríamos llamar “situación de riesgo”, al que no se le ha ocurrido otra idea mejor para incrementar la productividad de su equipo que exigir, porque está en la norma, que todos sus colaboradores estén sentados a las ocho de la mañana en sus puestos de trabajo.


Y lo ha conseguido, es un magnífico jefe, todas sus colaboradores, todas son mujeres, a las ocho de la mañana están sentadas, luego de haber hecho maravillas para dejar razonablemente colocados a sus hijos, más o menos ordenadas sus casa y mejor o peor pintados los ojos, coloreados los labios y colocado el peinado, con cara de muy mal humor, en sus mesas de trabajo.
Ya ninguna se retrasa como antes, ya ninguna se atreve a llegar diez, veinte e incluso treinta minutos tarde. A las ocho de la mañana están todas sentadas delante de sus computadoras.


Claro que, mi amigo sabe ahora que sus colaboradoras son unas auténticas brujas y que, para colmo en su organización no se permite quemarlas en la hoguera.


El lunes por la tarde, a la hora exacta, como hacen desde que están llegando a las ocho de la mañana, apagaron sus ordenadores, agarraron los bolsos y salieron pitando, el fila india, por la escalera.


Mi amigo se enfadó mucho, tenía que entregar un informe por la mañana temprano, y él tuvo que completarlo trabajando hasta muy tarde. Si se si se hubieran quedado todas, el trabajo hubiera quedado terminado en menos de media hora. Mi amigo, naturalmente algo molesto, regresó a casa, era el cumpleaños de su mujer, casi a las tres de la madrugada.


Por la mañana se quejó a fondo, estaba molesto y se lo dijo, muy serio a las ya muy madrugadores mujeres a las supervisaba. Ellas, muy prudentes, le escucharon y al final, una de ellas, bocazas ella, le dijo que acaso él podría tener razón, pero que amor con amor se paga, que no hay nada gratis en el mundo y que si el jefe quiere presumir de cumplimiento del horario tenía que conseguir organizar las cosas para que la tarea se pudiera hacer dentro del horario.


El miércoles, creo que en parte para desahogarse y en parte buscando ideas para trabajar represalias, mi amigo me relató el sucedido.


No le recordé que le había advertido sobre las malas ideas y lo arteras que son las mujeres si se enfadan, cuando hace un tiempo me hablo incidentalmente de sus ideas sobre el horario de su departamento. Solamente le fije que acaso, sería bueno que reflexionase sobre la posibilidad de rectificar. Él protestó bastante y creo que por orgullo mal entendido, para no perder cara, me dijo que no pensaba hacerlo. Bueno, le dije, recuerda el refrán amigo mío, “sarna con gusto no pica pero mortifica”.


Imagino que es una caso perdido. Antes o después las mujeres de su departamento le expulsarán del puesto, es posible que las patadas que le van a dar le envíen hacia arriba, hacia otro lado o hacia la calle, pero seguro que le sacarán de su actual puesto.


Como no hay peor sordo que el que no quiere oír, no le dije a mi amigo que nadie puede ser jefe de nada si no tiene un nombramiento, pero tampoco nadie se consolida en un puesto de mando hasta que no se ha ganado el respeto de sus subordinados y estos le han reconocido cualidades para ejercer el liderazgo.


Amigo mío, cuando leas este comentario, por favor, siéntete aludido, piensa un poco, tienes capacidad y haz lo que tienes que hacer para que tus colaboradoras, luego de perdonar tus tonterías, poco a poco, se sientan orgullosas de ti, creo que te resultará altamente rentable. De todos modos, haz lo que quieras, eres muy libre de elegir entre la certeza de progresar y la seguridad de morir.