lunes, 31 de mayo de 2010

324. OPORTUNIDADES DE LA CRISIS: REDUCIR EL NÚMERO DE MUNICIPIOS EN ESPAÑA



El mapa municipal español cuenta actualmente con dos grandes ciudades que superan los dos millones de personas, otras veintidós que están habitadas por más de 200.000, hay treinta y tres que superan los cien mil, 83 son también grandes, habitan en ellas más de cincuenta mil, hay doscientas cuarenta y nueve que pasan de veinte mil, trescientas cincuenta y seis son buenos pueblos de más de diez mil personas, otros quinientos cincuenta y cuatro superan los cinco mil y, finalmente, hay seis mil ochocientos ocho municipios en los que viven menos de cinco mil personas y de estos hay cuatro mil ochocientos sesenta que no llegan a las mil personas.
En total, los casi cuarenta y siete millones de personas que vivimos en España, lo hacemos en ocho mil ciento doce municipios que se reparten en las diecisiete y dos comunidades y ciudades autónomas respectivamente.

A los largo de los últimos treinta años las ciudades y los pueblos de España han cambiado mucho y para bien.

El hábitat y la calidad de vida de los españoles han experimentado inmensas mejoras de las que, sin duda alguna, podemos estar orgullosos.

Sin embargo el cambio positivo ha traído algunas malas secuelas de entre las que, en estos momentos destaca el enorme coste de la administración local, causado en gran medida por el derroche en el número de políticos, funcionarios y personas que con contratos laborales trabajan en la función pública.

Se bien que las cosas no son sencillas, pero acaso no sean tan difíciles como parecen. Por ello, me atrevo a pensar alguna “barbaridad”:

Con tan solo en eliminar los ayuntamientos con menos de cinco mil habitantes y agrupar sus territorios en unidades que llegasen al menos a las cinco mil personas e integrar en unidades mayores los que tienen menos de veinte mil, ¿Se podría incrementar la eficiencia en la gestión? ¿Habría algún ahorro?

Y, ¿No sería mejor dar un buen tajo que aplicar el placebo, como se va a hacer, de reducir las nóminas y echar a algunas personas, mientras se hace tiempo para volver a incrementar los gastos de los ayuntamientos en cuanto los políticos tengan la más pequeña oportunidad de hacerlo?

Pero, ¿Esto sería posible?: En Grecia lo están haciendo.

jueves, 27 de mayo de 2010

323.NO A HÉCUBA. NO A LA INCERTIDUMBRE, NO AL DESÁNIMO, NO A LA IMPOTENCIA Y SÍ A LA OPORTUNIDAD


A partir de enero la esperanza de que la mejora de la economía española estuviese próxima se ha ido apagando, muy deprisa, y, en las últimas semanas, se percibe una angustiada sensación de desánimo que se extiende, cada vez más deprisa, en la sociedad.

Parece que miedo está ganando cada día más espacio en el ánimo de las personas y que a la incertidumbre de hace unos meses se ha unido el desánimo y la impotencia ante una realidad terrible que solo parece empeorar.

Mi opinión es que no importa de quién es la culpa, da lo mismo, es inútil gastar tiempo culpando a uno mismo o a los demás, solo sirve para añadir más incertidumbre, generar más desánimo y hacer del miedo algo aún peor.

Creo que no importa lo que haga o deje de hacer este u otro gobierno, no importa lo que hagan o dejen de hacer estos o esos los políticos, no importa lo que hagan o dejen de hacer los demás, aunque lo hagan bien, la situación es tan difícil que nadie, aunque quiera hacerlo, puede salvar de sufrir desgracias a las personas concretas y a la sociedad.

Por ello, como nadie nos puede ayudar, en medio de la incertidumbre, llenos de miedo, aunque nos cueste mucho, antes de caer en la impotencia de la desesperación. hemos de buscar y encontrar, cada uno de nosotros, la solución concreta para la propia necesidad.

Estamos en una época en la que es absurdo, por inútil, buscar salidas que sirvan a todos, cada uno ha de concretar su situación, ponerse en lo peor, pensar, elegir un camino y no dejar de trabajar.

¿Caminos? Cada uno ha de pensar el suyo, van desde no hacer nada hasta emigrar, pero sabiendo que lo que cada cual elija es su propia decisión y su propia responsabilidad.

¡Ah!, y me niego a aceptar las palabras de Hécuba, ante el cuerpo muerto de Astianacte, entre las ruinas de Troya, cuando grita: “Estúpido es el mortal que, prosperando, cree que su vida tiene sólidos apoyos; pues el curso de nuestra fortuna es el saltar atolondrado del demente, y nunca nadie es feliz para siempre”.

Eurípides, diciendo algo que es cierto, omite la parte más importante de la verdad: La vida es el camino, que cada persona va construyendo y que ofrece a cada cuál el resultado, bueno o malo, grande o pequeño, feo o muy hermoso, de lo que antes se ha preparado. Es decir, la vida, aunque tiene grandes riesgos, está llena de posibilidades al alcance de quienes son capaces de soñarlas y trabajar para hacerlas realidad

Hoy, en la época que vivimos, dar por bueno el fatalismo de Hécuba es el peor mal, por aceptarlo, que el destino, a cada uno, nos puede regalar

lunes, 24 de mayo de 2010

322. FRANCISCO JAVIER JARAVA ALLENDESALAZAR, CONDE DE CASA VALIENTE



Francisco Javier Jarava y Allendesalazar, conde de Casa Valiente es un hombre de honor.

Culto, firme, seguro y generoso, Javier Jarava es hijo fiel y reflejo vivo del ser de La Mancha, es prototipo de los mejores hombres que ha dado su tierra y ejemplo perfecto del ser español.

Hijo de su tierra, hoy al cumplir 70 años, el conde de Casa Valiente, sigue siendo el hombre coherente, eslabón firme de su linaje, padre generoso, buen marido y amigo de sus amigos que, con una vida llena, se apresta, derrochando energía, a la difícil doble tarea de recoger la cosecha de sus esfuerzos y hacer crecer a su alrededor los ideales de grandeza y honor que ha sembrado largo de su vida.

Muchas felicidades Javier, como siempre, te deseo lo mejor.

martes, 18 de mayo de 2010

321. EL EFECTO PIGMALIÓN EN RODRIGUEZ ZAPATERO


Se entiende por efecto Pigmalión el hecho de que las expectativas que una o varias personas tienen sobre otras pueden influir e incluso condicionar el éxito o el fracaso de estas últimas.

Así, cuando yo, nosotros, pensamos que uno de nuestros alumnos tiene un alto potencial, que se va a conseguir altas calificaciones al final del curso, normalmente acertamos. Y, cuando creemos que el alumno es un desastre, y que tendrá que repetir la asignatura, raramente nos equivocamos.
Otra manifestación del efecto Pigmalión es que cuando yo, que soy el jefe de una unidad de negocio, pienso que el nuevo empleado es una joya y que tiene una gran carrera dentro de la empresa, suelo acertar ya que con el paso del tiempo los hechos confirman mis expectativas. Evidentemente, cuando creo que el nuevo empleado no sirve parta nada, con el tiempo se marcha o le tengo que despedir.
El secreto del efecto Pigmalión, sin embargo no son mis dotes de adivino para visionar el futuro ni la potencia de mi olfato, es algo mucho más sencillo: Yo, nosotros, condicionamos nuestros comportamientos con los demás en función de las expectativas que tenemos de ellos
Si mis expectativas son altas pongo los medios para ayudar a que mi alumno o mi colaborador consiga resultados: Le enseño, le oriento, le animo, tolero sus errores, potencio sus valores, corrijo sus defectos y él o ella traban con ilusión y consiguen resultados que me recompensan por el esfuerzo.
Si mis expectativas son bajas o negativas, mi comportamiento es bien diferente: “Al enemigo ni agua”, no tolero errores, nada está bien, nunca animo, solo reproches, con ello consigo que mi subordinado se desoriente, no sepa que se espero de él, se desanime y avance en una espiral de desastres que le lleva a la dimisión o el despido.


El Sr. Rodríguez Zapatero era hace un tiempo, una persona capaz, con buenas ideas y hasta tener algo parecido a convicciones (ya sabemos que no tiene conciencia del bien y del mal), sus “jefes” (miembros de su partido, personajes destacados del mundo intelectual, de la economía, políticos extranjeros, medios de comunicación, y sus votantes). Alaban su talante, escuchan sus opiniones y mantienen expectativas positivas hacia él. Poco a poco los “jefes” empiezan a ver que el Sr., Rodríguez Zapatero hace las cosas mal y se lo dicen, él no hace caso, y las expectativas que inicialmente fueron buenas pasan a ser malas o muy malas. El Sr. Rodríguez Zapatero súbitamente percibe que “los jefes” ya no creen en él y se asusta, por ello trata de hacer las cosas como los “jefes” dicen que deberían hacerse y cuando las hace los demás las perciben como imperfectas, con errores, mal hechas y, el Sr., Rodríguez Zapatero se empieza a sentir perdido, reniega de si mismo y de sus convicciones, echa la culpa a los demás, incluso consulta a los suyos que, para consolarle le dicen que es bueno, que los “jefes” le comprenderán. Pero él sabe ya que no le quieren y , a pesar de ello quiera conseguir que le vuelvan a creer, pero cuanto hace lo hace como lo hace, da igual, porque haga lo que haga, parta los demás esta mal, muy mal.


El pobre Sr. Rodríguez Zapatero, como es un ser humano, poco a poco, por el terrible para él efecto Pigmalión, caerá en la tristeza, el desanimo y la angustia del “todo lo hago mal” y seguirá con una terrible la depresión que le llevará a la muerte política, pobre Sr. Rodríguez Zapatero, se ha encontrado con que las expectativas de los demás le han roto como político y han hecho fracasar su vida.

lunes, 17 de mayo de 2010

320. IMPACTO DE LA CRISIS ECONÓMICA ESPAÑOLA EN BOLIVIA


Me pregunta un buen amigo sobre el impacto puede tener en Bolivia la crisis económica española y las recientes medidas del gobierno español para afrontarla.

Mi respuesta es sencilla: El impacto de la crisis económica española y de las medidas del gobierno español para afrontarla será importantes, por ello más vale al gobierno, las instituciones y los ciudadanos bolivianos tomar medidas para reducir los efectos del impacto de la crisis económica española en Bolivia.

Debemos recordar que el presupuesto nacional de Bolivia asciende a un total de 15.138 millones de dólares.

Tomando, sin entrar en profundidad, algunos datos relevantes, debemos recordar que las remesas de los emigrantes bolivianos en España ascendieron en 2008 a 320 millones de dólares, en 2009 el gobierno español condonó a Bolivia otros 77 millones de dólares y las donaciones en el mismo año 2009 ha sido de al menos 120 millones de dólares, si sumamos las tres partidas, tenemos un total de 527 millones de dólares, es decir, un 3,4% del presupuesto nacional.


Si a estas cifras se añaden las inversiones de las empresas españolas, más de 100 millones en el peor de los años, nos encontramos con que la importancia que tiene para Bolivia la relación con España.

Como dicen ahora los chicos en España ¡Una pasta!

Entre las medidas aprobadas por gobierno español para afrontar la crisis se encuentra una importante reducción de las ayudas para el desarrollo, que incidirá en la cuantía de las que pueda recibir Bolivia, las empresas españolas están sufriendo en sus resultados las consecuencias de la crisis, por lo que muchas de ellas no solo están reduciendo sus inversiones en el exterior sino incluso desinvirtiendo y el desempleo, próximo al 20% incide especialmente en los trabajadores con menor cualificación, lo que repercute en la población inmigrante, que se verá con frecuencia obligada a reducir el envío de dinero a casa, pedir ayuda a la familia e incluso retornar a su país de origen.

Por otro lado, la situación económica de España y la del conjunto de Europa está generando una sensibilidad negativa en sus ciudadanos con relación a la ayuda al extranjero y especialmente al “extranjero no amigo” que “nos quita lo que es nuestro”, mediante nacionalizaciones y de cuando en cuando nos insulta, y puede restar cuantías también a las donaciones a Bolivia de los gobiernos, la mayor parte no socialistas, de las naciones europeas y quitar fuerza a las posibilidades de inversión que buscan lugares más seguros.

¿Estamos de acuerdo en que el impacto de la crisis económica española en Bolivia puede ser más que significativo y puede llegar a ser importante?

viernes, 14 de mayo de 2010

319. VENTAJA COMPETITIVA DE NO TENER CONCIENCIA



A lo largo de las últimas semanas, a mi pesar, he dedicado largas horas a pensar en la situación económica y social de España y a reflexionar sobre el cómo puedo contribuir, aplicando cuanto se y toda mi voluntad, a la vuelta a la prosperidad.

Y, entre los flecos del pensamiento, hay varias ideas que han ido creciendo ante mis ojos y que, es muy probable, sean las más importantes de cuantas han poblado mis pensamientos y, aunque sean meras abstracciones, quizá que puede ser útil hablar de ellas.

Comencemos por el principio: En el mundo occidental, en el marco de la cultura euro cristiana, es creencia generalizada que todos los seres humanos tienen Conciencia, entendida esta como la luz interior que hace que cada individuo, hombre o mujer, sepa siempre lo que esta bien y lo que está mal y que obrar bien permite mantener la paz interior, buena conciencia, y obrar mal es un tormento que puede llegar a matar, mala conciencia.

Pues bien, esta creencia euro cristiana, para bien o para mal, aunque esto no sea demasiado conocido, no es la misma en todas las culturas. El dictado de la Conciencia se rige por normas, por mandamientos que pueden ser bien diferentes del “amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”, orientadores de la buena y de la mala conciencia, e incluso se puede dar el caso, con enorme frecuencia hoy, de que la conciencia de las personas no emita mensajes al interior de la persona relacionados con el bien y el mal, sino con el me gusta o me disgusta, lo que a fin de cuentas, se podría definir como el no tener conciencia.

Por otro lado, de todos, es sabido que en la cultura judía de la época de Jesucristo, como en la cultura de la mayor parte de los pueblos de la época, el mandamiento era amar al próximo y odiar al enemigo, o que en la cultura islámica matar a otro hombre puede ser malo, si se mata al creyente o bueno, si se mata al cristiano y que en la cultura china tradicional, atentar contra la vida o engañar a los extranjeros no es factor relevante en la conciencia de las personas.
Y, añadimos otra idea: La realidad, en el mundo de hoy es que si el pensamiento abstracto es un atributo que solo existe en el treinta por ciento de la población, el pensamiento ético, para bien o para mal, tan solo existe en menos del cinco por ciento de los seres humanos.

Omitiendo mil datos adicionales, diré que la sociedad occidental, a lo largo de dos mil años, partiendo de los principios básicos del cristianismo, ha desarrollado el concepto de la ley natural, cuyos principios han ido calando en la sociedad, por la influencia de la Iglesia, el derecho positivo y el poder civil. Y, de alguna manera, las gentes “se han convencido” de que hay cosas buenas y cosas malas, de que existe la buena y la mala conciencia.

Pero, ¿No han pensado ustedes cómo es posible que teniendo todos los hombres conciencia, sea tan frecuente que se produzcan todo tipo de crímenes? ¿No será que, a la hora de la verdad, el poder de la conciencia es bien pequeño?, ¿No será que hay multitud de personas que tienen “su propia y particular” conciencia? ¿No será que hay personas que carecen de conciencia? Y la verdad es que hay muchas personas que carecen de Conciencia.

Y ahora, la idea que da nombre a esta entrada: La ventaja competitiva de no tener conciencia.
En el mes de marzo de este año dicté una conferencia sobre la economía española en la Universidad Católica de La Paz, en Bolivia, y en ella afirmé al textualmente que:

“Las medidas (para el retorno a la prosperidad), muy duras, que se van a adoptar en el muy corto plazo o, como muy tarde, antes del final de 2012, gobierne en España quien gobierne y sea la que sea la oposición política, en un breve enunciado son las siguientes:

• Reducir drásticamente el gasto de las administraciones públicas, tanto de la estatal como de las autonómicas y locales.

• Asegurar los puntos débiles del sistema financiero, especialmente en el ámbito de las cajas de ahorros……”

Mis amigos, bolivianos y españoles, cuando me han escuchado o leído el contenido de los párrafos anteriores y el resto de las medidas que fui desgranando a lo largo de la conferencia, no han podido evitar el decirme, los más generosos, que estaba equivocado y los menos generosos, que estaba loco: El Presidente del Gobierno de España nunca daría su brazo a torcer, acertado o equivocado, el Sr., Rodríguez Zapatero, es poseedor de convicciones profundas y nunca iría contra su conciencia. Yo, que de algunas veces, aunque no muchas, soy bastante prudente, entre febrero y mayo de este año, me he limitado a pedir a mis amigos que antes de juzgar mal mis palabras esperaran algunas semanas.
La razón de mi seguridad, ahora lo puedo decir, mi absoluta seguridad de debía a que en la observación de los comportamientos del Sr. Rodríguez Zapatero se puede apreciar que es un hombre con una inmensa, absoluta capacidad de adaptación, por la simple razón de que para él no existe ni la ley natural ni la conciencia, por ello para el no hay bueno o malo, tan solo lo que a él en cada situación, porque no tiene ni buena ni mala conciencia, no tiene conciencia.

¿No es verdad que no tener conciencia es una inmensa ventaja competitiva para luchar contra adversarios que tienen, aunque no mucha, alguna conciencia?