viernes, 28 de noviembre de 2014

549. MÁS CRISTIANOS SON, AHORA MISMO, ASESINADOS POR LOS ISLAMISTAS RADICALES Y, PARA EVITARLO, SEGUIMOS HACIENDO LO MISMO QUE SIEMPRE, NADA

Aunque, acaso para que no nos demos cuenta, de cuando en cuando, aparecen, para que  nos enteremos  “solo un poco” y “no  demos importancia”, en pequeños recuadros  en la prensa  y  en breves  flases en televisión, algunas noticias sobre nuevos y  cada vez más crueles  asesinatos de cristianos en todas las zonas del planeta  en que mandan o pretenden mandar  los fanáticos islamistas que quieren hacer del mundo Tierra Santa del Islám.

Lamentablemente, porque no llegan muchas noticias  “frescas” o porque “es mejor no alarmar”,  solo alcanzamos a saber  una mínima parte del horror que,   impulsado por los islamistas radicales en  el Oriente Próximo, Asia y África  azota, a los cristianos y,  menos aún  nos enteramos  de la persecución  que estos sufren en países aparentemente no radicales como ocurre  en  Paquistán.

Y, para recordar el hecho, incluyo en esta entrada una fotografía, tomada casi ahora,  por el Padre Misionero Juan Carlos Martos, en Nigeria,  de los cuerpos quemados vivos  de varios centenares de cristianos.




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Tengo muy claro que solo con la guerra podemos enfrentarnos a  la Guerra Santa, que  nos  ha  declarado el islamismo radical  y que cualquier intento de evitar la guerra es  hacerla más  sangrienta y más larga. Evidentemente,  para hacer la guerra, requiere que nuestros gobiernos occidentales no oculten la gravedad de la situación, informen a los ciudadanos del peligro que acecha y, sin tapujos, usando todos los medios disponibles, hagan la guerra  hasta lograr  la  victoria y, con ella, la paz.

Sin embargo, creo también que los gobiernos occidentales, para mal, no están enfrentándose al peligro que supone el islamismo radical. Acaso no se atreven ni a pensar si deben o no actuar. porque  son reflejo fiel  de una sociedad  que  ha  perdido los valores, ha perdido la moral  y  en la que solo importa  el  bienestar material.

¿Tendremos que esperar a que,  horrorizados porque los musulmanes que viven con nosotros, admirados por las victorias de los Guerreros del Islám,  se hayan convertido al islamismo radical, tengamos que expulsar de Europa a todo el que crea que Mahoma es el Profeta de Alá?

Y, una reflexión final: ¿Qué podemos ofrecer los occidentales, corruptores de líderes, explotadores de niños y  hambrientos, a los jóvenes musulmanes que no encuentran  trabajo en sus países, que no pueden emigrar y ven que los yihadistas merecen admiración y respeto en su sociedad?



miércoles, 19 de noviembre de 2014

548. UN HITO EN LA HISTORIA PATRIA


Estoy, estamos  impactados.  Mi, nuestro  corazón late agitado y  mÍ, nuestros pensamientos  saltan llenando de  luces brillantes  la oscuridad de  los  asombros.

Ha sucedido; se ha producido  el  gran milagro, el  acontecimiento histórico que recordarán las generaciones,  un   hito en la Historia Patria; es  la  Arcadia Renovada,  es  el arribo a  la utopía; vivimos  la conjunción  de  los  sueños imposibles y  somos testigos  del parto de Dios en el Octavo Día.

¡No puede ser verdad! ¡Yo, nosotros  no merecemos  tanto! ¡Qué fortuna! ¡Qué regalo de los dioses!


En el Congreso de los Diputados los Sres. Diputados  han llegado, por  una sola y única vez, a un casi unánime acuerdo: ellos, como siempre y aunque no sea elegante, seguirán  viajando gratis.  

miércoles, 5 de noviembre de 2014

547. DESTITUCIÓN EN EL CENDEAC: ¡QUE COSAS!


De la mano de un buen amigo me llega, para que lo firme, un comunicado de apoyo al Director del CENDEAC,  destituido, al parecer sin razones suficientes, de su cargo en esa entidad.

Por supuesto, ante la sugerencia de mi amigo, como buen amigo, me digo que inmediatamente debo poner mi firma en el documento que reclama la vuelta de la persona cesada al cargo que venía ocupando.

Sin embargo, antes hacerlo,  una brisa de sentido común me obliga a enterarme de qué  es eso del  CENDEAC y  cuál es el origen  de la solicitud que voy a apoyar con mi firma. Y,  para mal,  ¡qué cosas veo!

Pues bien, el CENDEAC es el Centro de Documentación y Estudios Avanzados de Arte Contemporáneo de Murcia, todo un nombre para un ente público que es parte, porque depende de ella, de la  Consejería de Cultura de la Comunidad Autónoma de Murcia.

El Director cesado es el historiador y crítico de arte Javier Fuentes Feo, que es,  según leo, un gestor  cultural  prestigioso  por su habilidad para conseguir buenos resultados con poco dinero.

La causa de la destitución o no renovación de su contrato,  ha sido la presencia,  entre los ponentes  invitados,    de una o varias  personas no gratas para los políticos que gobiernan la Comunidad de Murcia  y mandan en la Consejería de Cultura, en  un congreso, “España sin (un) Franco”,  organizado por el  CENDEAC, en el que han participado pensadores nacidos después de 1975.

Y, ahora, mis conclusiones sobre los hechos,  ¡qué cosas!, y   lo que pienso:

  • El CENDEAC, es  un centro público que depende del Instituto de las Industrias Culturales y de las Artes de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia,  dedicado al estudio de la historia, teoría y crítica del arte desde principios del siglo XX.
  • Todas las  informaciones que he recabado indican que las actividades del CENDEAC  realizadas durante el período de gestión del no renovado o destituido director, y relacionadas con su  fondo documental, la edición de trabajos inéditos,  la traducción de textos de referencia y  su labor de  servir como referente y punto de encuentro entre los investigadores dedicados al arte y la cultura contemporánea,   han  sido relevantes y que ello,  unido a una muy positiva gestión económica, hace  pensar que el futuro del CENDEAC, si se mantiene un adecuado modelo de gestión, tiene el futuro.           
  • Bien se puede decir que el  CENDEAC, nacido en los comienzos de este siglo y gestionado durante años con la indecente alegría de lo público en  tiempos  de vacas gordas, ha vivido  desde 2007 hasta 2011 al borde del desastre,  hasta que en ese año el  ahora no renovado o destituido director, impuso  un  modelo de gestión adecuado y  aseguró con ello  la supervivencia del organismo,  sin  necesidad de recurrir a la vacía bolsa del dinero público.
  • Se dice, aunque los  políticos de turno lo niegan, que la destitución o no renovación del director ha sido el no agrado o repulsa de los mismos políticos que mandan en Murcia,  con la presencia de algún invitado en un congreso organizado y celebrado en el CENDEAC. Nuestros políticos son tan torpes, prepotentes e inútiles que,  si como parece, el evento ha resultado un éxito, es posible e  incluso es seguro que ello sea la verdad.
  • El destituido director ocupaba el  puesto de Director del CENDEAC porque un   personaje político, el que fuera,  de la Región  de Murcia,  le había contratado y  nombrado para ocupar el cargo y ahora, porque  el político de turno, el que sea, lo ha  querido,  no  le  ha renovado el contrato  o  le ha destituido.

Pues bien, analizado todo lo anterior, creo que mi primer impulso de firmar el comunicado a favor de la vuelta del director no renovado o destituido a su antiguo puesto era correcto y la decisión de los políticos murcianos, aunque normal en ellos, un  lastimoso error.

Mantener un Centro de Documentación y Estudios Avanzados de Arte Contemporáneo en Murcia es algo  valioso para la sociedad y hacerlo en estos momentos, en que todo lo que es cultura parece carecer de valor, más importante todavía, y eso aunque se organicen  congresos en los que participen personas cuyas ideas no sean del gusto de los políticos locales.

Y, me van a decir los políticos de Murcia ¿de  dónde van a sacar un Director que sepa mantener vivo el CENDEAC sin disponer del dinero público, que no hay,  en la ruinosa economía de murciana?

Aunque pienso que el resultado del  comunicado de apoyo al Director del CENDEAC, que ahora ya he firmado,  servirá para poco,  lo hago con la esperanza de que valga al menos para que los políticos de la Comunidad de Murcia, cuando pierdan la mamadera y tengan que ganarse la vida como gente normal, comprendan por qué a ellos, tan listos,  no les contrata nadie para ser directores de nada público y menos de algo privado.



domingo, 2 de noviembre de 2014

546. ANTONIO MACÍAS MAESTRO Y ESCULTOR




D.  Antonio Macías Martínez,  el   día 16 de octubre de 2014, a los setenta y nueve años,  en Majadahonda,  ha muerto.

Han pasado muchos días desde que  se produjo el óbito y  ahora, después de asistir a su funeral,  cumplo mi  ineludible obligación  de escribir sobre  este gran hombre al que debo profundo agradecimiento.

Antonio Macías fue, en el curso 1967-1968,  mi profesor en la asignatura Dirección de Personal  que se cursaba en el 6º y último  año de ICADE,  Escuela  que es hoy  Universidad Pontificia de Comillas. 

Antonio tenía 32 años. Era  licenciado en Derecho y en Diplomado, no existía entonces la licenciatura, en Psicología.  Ocupaba  un puesto relevante en el área de personal de una  empresa importante  y, con un enfoque humanista de lo que debía ser la gestión de personas, había elaborado para uso de sus alumnos un pequeño  librito que reunía todos temas relevantes  de lo que comenzaba a ser  la Dirección de Personal.

Antonio, con  sus explicaciones en clase,  la claridad de su libro,  las lecturas de refuerzo y  su generosidad para  dedicar  tiempo a sus  alumnos, poco a poco hizo que mi interés por la materia se convirtiera en el centro de mi posterior  vida profesional. Debo pues a Antonio Macías el impulso inicial para ser yo  lo que he sido, no importa si poco o mucho, y conseguir lo que he conseguido, tampoco importa si poco o mucho, en el mundo de la gestión de personas. Y, todavía estoy orgulloso, no solo del  10 con que Antonio me calificó en su asignatura, sino sobre todo  porque, como él me dijo muchos años más tarde, yo había sido su mejor alumno.

Más tarde, en la Universidad Católica de La Paz (Bolivia), con el permiso expreso de Antonio, use su libro como guía para mis propios alumnos en la materia, Dirección de Personal   que, con  la osadía de la  ignorancia, impartí a los alumnos de la Carrera de Administración de Empresas allá en 1969  o 1970.

Volví a encontrar a Antonio Macías en 1972 cuando él era, además de fundador, director de  la  Escuela Superior  de las Cajas de Ahorros Confederadas  de España y me incorporó a su equipo.

En los años que trabajé con Antonio descubrí  la fortaleza de sus convicciones, la profundidad de sus conocimientos  y  el inmenso valor que tenía para él esa frase, tantas veces vacía, de “hacer el bien”.

Antonio fue un líder  innovador y valiente. Se rodeó, con  acierto casi siempre, de profesionales de primera fila, les apoyo y les dejó hacer.   Y, esto es lo más relevante,  con prudencia y sin alharacas, asumiendo indudables riesgos,  fue capaz de introducir  en la formación de los mandos y directivos de las cajas de ahorros y,  por extensión,  en  todo el sector bancario,  las metodologías más novedosas y eficientes de cuantas aparecieron  en los años setenta  en Francia, Alemania o Estados Unidos.

A partir de 1976 y hasta casi el año 2000, desde  fuera del mundo de las Cajas de Ahorros, seguí manteniendo la relación con Antonio y las personas de su equipo, Pude disfrutar  sus éxitos, su alegría al conseguir, con honores, el Doctorado en Ciencias Económicas, sus intervenciones como docente en universidades españolas y americanas, sus sólidas y bien trabajadas aportaciones en publicaciones académicas y profesionales.  Y, al mismo tiempo,  entonces también,  encontré en Antonio  al maestro humanista que mejor entendía las necesidades de las personas, más hacía para satisfacerlas y  más detestaba el uso del poder para cualquier cosa.

Pues bien, cuando Antonio Macías puso fin, ante la admirada gratitud de   cuantos fuimos sus alumnos o trabajamos con él a lo largo  de los años, a su intensa y valiosa  vida profesional, nos regaló una extraordinaria sorpresa: dio suelta a su pasión  secreta y el artista  escultor Antonio Macías salió a la luz.

 Durante sus años de artista, Antonio Macías ha seguido siendo, como siempre lo ha sido, el  maestro, el  amigo, el  hombre de bien que mientras trabajaba con intensidad  en su taller, exponía con éxito sus obras,  siempre estaba  ayudando a los demás.

Sean estas mis palabras testimonio mi admiración,   afecto e inmenso agradecimiento al  gran hombre que fue Antonio Macías y de pésame a sus, por  tantas razones,  doloridos deudos.