jueves, 16 de julio de 2015

695. UNA APROXIMACIÓN AL CONFLICTO BOLIVIANO – CHILENO POR UNA SALIDA SOBERANA AL OCÉANO PACÍFICO (III)

Desde  mayo, está en manos de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, dar respuesta a la demanda presentada por Bolivia contra Chile  para que el  Alto Tribunal obligue a Chile a negociar  de buena fe con Bolivia una  salida soberana al Océano Pacífico.


Evidentemente, la resolución  de la Corte,  que tanto puede ser la  inhibición por falta de competencia como  positiva o negativa  ante  la demanda boliviana,  puede demorar muchos  meses.


Sin embargo, cualquiera que sea la sentencia de la Corte, al final, hasta que de un modo u otro no se encuentre una solución al enclaustramiento boliviano y a su demanda de salida al mar, la amargura colectiva del pueblo boliviano y su animadversión hacia su vecino Chile,  no hará sino crecer e incrementar las dificultades para la  convivencia y  la  cooperación entre ambos  países.


Por ello, las palabras del Papa Francisco, como hombre de Paz, que  bien conoce  y comprende el pesar  de los bolivianos y  sabe del poder  de  las razones que asisten a los chilenos, son un grito que llama al diálogo y a la paz entre los dos pueblos.


Chile, se ve en las palabras del  Arzobispo de Santiago, Cardenal Ricardo Ezzati, al considerar “justo y adecuado” el llamado al diálogo del Papa Francisco y  en la decisión  de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, al aprobar  por unanimidad  la disposición del Gobierno de restablecer de inmediato las relaciones diplomáticas con Bolivia, está  dispuesto al diálogo.


Estoy convencido de que Chile es un gran país,  capaz de encontrar soluciones al problema boliviano y que hará cuanto pueda para llegar a un acuerdo que ponga fin, por el bien de sus vecinos y  suyo propio, al contencioso con Bolivia.

Y ahora, Bolivia,  que   ha conseguido hacer comprender a muchos ciudadanos y a no pocos gobiernos del mundo, el problema de su mediterraneidad, ha de demostrar que es un país serio, con habilidad para negociar  usando razones y argumentos y, sobre todo, que es capaz de inspirar confianza y de  asumir y respetar los compromisos  que requiere la solución del conflicto.

Por  supuesto, para negociar no hace falta una previa  Sentencia del Tribunal de la Haya. Esto lo saben los chilenos y también los bolivianos.

Para terminar una idea adicional: Perú también cuenta y tiene mucho que decir en cualquier acuerdo que permita dar a Bolivia una salida soberana al Océano Pacífico.  Por ello acaso sería bueno que, de una manera u otra,  Perú, porque tiene algo a perder y no poco a ganar, estuviera presente en las negociaciones