miércoles, 18 de febrero de 2015

670. MATÍAS EN PROSPECT PARK


MATÍAS EN PROSPECT PARK

(Otro breve fragmento de la novela romántica En Recuerdo de María)


Hoy, miércoles veinticinco  de marzo de 2009, al igual que todos los días desde hace una semana ha comenzado la jornada caminando media hora desde la Residencia Municipal  en Pacific St hasta Prospect Park y luego paseando sin rumbo fijo por el parque casi toda la mañana.  

Ahora, sentado en el suelo de un inmenso prado dentro del parque, piensa y piensa, haciendo caso a la Dra. Holmes, tratando si no de recordar, al menos de llenar el inmenso vacío de su cerebro.


Primero, como siempre, repasa lo que sabe por sí mismo, luego lo que sabe porque alguien se lo ha dicho y, por último, lo que ha ido descubriendo a partir de lo que sabe, de lo que le han dicho y de lo que va aprendiendo.

Lo que sabe: Soy un hombre adulto de raza blanca,  entre treinta y treinta y cinco años, con muy buena salud hasta el accidente.   Probablemente soy de  origen latino pero eso es dudoso, aunque mi vocabulario es corto, he aprendido o recordado, no lo sé,  a hablar, leer y escribir  bien en  inglés y bastante en  español. No sé lo que sé o, mejor dicho, lo que supe  antes, no tengo oficio pero vivo en una residencia y el Ayuntamiento de Nueva York paga todos mis gastos. Mi memoria llega  desde ahora mismo  hasta  la tarde del 9 de enero y  nadie me ha podido decir nada de mí  que sea anterior al 22  de marzo de 2008. Mi nombre es  prestado y no tengo memoria. Ah, también, yo  he aprendido a dibujar sin ayuda de nadie y eso es,  además de  pensar mientras paseo,  lo que más me gusta hacer.  

Lo que sé porque me lo han dicho es  que ingresé en el Hospital  con el peroné  izquierdo y el  radio  derecho destrozados, enormes quemaduras, salvo en el rostro y en el cuello, en todo el cuerpo y muy profundas en las manos y absolutamente inconsciente. Me había arrollado un coche de la policía de Nueva York al estrellarse contra la acera en Street & Bedford Avenue cuando perseguía a unos peligrosos delincuentes. En el hospital consiguieron  salvarme la vida y  físicamente me recuperé  muy deprisa, tanto que aunque permanecía inconsciente, los médicos poco a poco a poco consiguieron reducir las marcas  de las quemaduras a pocas y pequeñas cicatrices. El día 9 de enero   desperté en la cama del  hospital, sin saber hablar y  sin memoria, pero con mucha capacidad para aprender o recordar, ni yo ni los médicos lo sabemos. Al parecer tengo una especie poco frecuente de amnesia traumática, de  esas que es imposible determinar si  durará tres minutos más, tres días, tres años o será de por vida. Con el cuerpo recompuesto, entendiendo poco  y  casi  sin saber hablar, me llevaron a la unidad  de  Psiquiatría donde estuve hasta el final de febrero y luego los Servicios Sociales se ocuparon de mí.

Desde el 26 de febrero de este año vivo una residencia del Ayuntamiento un poco extraña. Está regentada por  alguien del Ayuntamiento y en ella convivo con  una abogada de los Servicios Sociales  y otra de la Oficina del Fiscal, ambas  agotadas por el trabajo; con un teniente de la  policía deprimido por la tensión, un concejal  con síndrome de persecución, un periodista enloquecido y  otras  personas. Siempre gente bien educada, mujeres y hombres, todos profesionales, hasta  totalizar los diez huéspedes del “hotel”, del que entraban y salían al poco tiempo, como si estuvieran internados allí solo para descansar.

El Ayuntamiento se porta muy bien. Desde que desperté  la doctora Holmes se ha ocupado de mí y me orienta en el duro  trabajo de aprender desde cero y adaptarme poco a poco a vivir en sociedad con personas que, todas ellas, saben muchísimas cosas que yo ignoro.

Claro que tengo una gran habilidad para aprender, desde que entiendo lo que  escucho y  se leer  capto todo rápidamente  y  esa es la razón por la que mi rehabilitación, como dice mi mentora, desde que estoy en la residencia haya consistido en mantener largas conversaciones con el resto de los huéspedes, ver la televisión y leer de todo, desde libros de cocina hasta artículos de jardinería o de mecánica, desde historia de Estados Unidos hasta cuentos infantiles y, como lo que más me atrae es  la vida de los animales y todo lo relacionado con el arte, espacialmente la  pintura,  la doctora Holmes me ha abastecido de cientos de  libros y  dedico  horas y horas a conocer la vida animal y a disfrutar de los grandes maestros de la pintura. Afortunadamente muy cerca de la residencia  está la Biblioteca de  Brooklyn  en la que puedo encontrar todo lo que deseo. Y, esto es lo mejor que me ha pasado, por casualidad, he descubierto que sé dibujar, que con un lápiz, sin esfuerzo alguno, puedo expresar todo lo que yo pienso y todos los  sentimientos que me inspira la realidad de lo que veo o de lo que imagino.

El sábado pasado, después de cenar,  estaba  en la sala de estar con varios de mis compañeros de la residencia, los nombres no importan porque nadie usa aquí su nombre real, yo porque nadie, un yo,  sabe mi nombre  y los demás por eso que llaman “seguridad”; sin pensarlo, tomé una hoja de papel y un lapicero que había sobre la mesa y me puse a dibujar. Dicen Judith, Martha, Edward  y Lawrence  que cuando se dieron cuenta de lo que estaba haciendo dejaron de hablar y pasaron casi dos horas viendo, mejor dicho, contemplando, cómo iban surgiendo de mis dedos, tan torturados y  deformes, como espejos de sus almas, los propios rostros de las cinco personas que estábamos en la sala, sentadas alrededor de la mesa.

Cuando termine de llenar la hoja de papel dejé el lapicero sobre la mesa y me apoyé en el respaldo del sillón escuché los aplausos, los amables y fuertes aplausos de mis compañeros que uno por uno y todos a la vez,  dedicaron  mucho tiempo a mirar el dibujo y a mirarme como si fuera un extraterrestre. Si creyera todo lo que me dijeron ahora estaría convencido de que en mi otra vida, la que tuve antes del accidente, fui pintor. Mis compañeros están convencidos de ello y me animan a dibujar, incluso piensan  enmarcar la hoja  para ponerla en un marco sobre la chimenea de la sala de estar; dicen que así todo el mundo sabrá que en una época de sus vidas convivieron  con un gran pintor. ¡Son buena gente mis compañeros! ¡Qué pena me da que tengan que estar conmigo en la residencia!

Realmente me gusta dibujar. Hoy me he comprado un bloc para llenarlo con  dibujos de paisajes y rostros que he visto en las calles y sobre todo en los parques de Nueva York.

Es agradable sentarse y ver a la gente, muy poca aunque que sea mucha,  en esta inmensa  pradera. Mis ojos se llenan de luz y en mi cerebro van naciendo miles de dibujos.

– ¿Debería firmar los dibujos? ¿Debería usar el nombre que, al igual que el dinero que recibo  cada mes, me da el Ayuntamiento

He sacado el cuaderno de la bolsa de plástico y sentado en el suelo comienzo a dibujar a un grupo de chiquillos que juega con globos a  pocos metros de donde yo estoy. Dos policías a caballo se han ido acercando al grupo y uno de ellos desmonta y parece que les pregunta algo, a la distancia que estoy  no puedo escuchar lo que dicen. Mientras observo veo que el caballo ha hecho un movimiento inequívoco, doy un salto y camino a paso rápido para aproximarme al animal. Los niños primero y los policías después me miran con curiosidad al  ver que me  acerco  al caballo, le acaricio, observo sus  ojos, le hablo bajito mientas palpo; el caballo, es evidente, tiene  una lesión en el duodeno; -Señor policía, le digo en español, el idioma que están usando los niños,  debería usted llevar enseguida este caballo al  veterinario, la enfermedad  no parece  importante, pero ya le  duele  mucho y eso, si  arrecia el dolor, si no se le atiende antes, puede ser muy peligroso.

Los policías me miran con cara de asombro y uno me dice: -¿sabe usted de caballos? 
Sin pensarlo contesto: -Sí, soy veterinario y he tratado a  muchos caballos

El policía me da las gracias y yo doy la vuelta para volver al lugar donde me esperan, en el suelo, el cuaderno y mis dos lapiceros. -¿He curado caballos? -¿Soy veterinario? Lo he dicho sin pensar, no sé cómo ni por qué, pero sabía muy bien  lo que  tiene ese caballo y el riesgo  que supone para  quien esté cerca y para el propio animal un espasmo fuerte de dolor. Tengo que comprobar qué conocimientos tengo sobre salud animal, tengo que saber si realmente soy veterinario, me digo, porque eso podría ayudarme a saber qué puedo hacer y, eso es lo importante, quien soy, donde vivo, si tengo mujer, hijos, familia, si tenía trabajo…

Es espantoso haber perdido todo el pasado, pero, antes o después, mi amnesia traumática desaparecerá, aunque me atormenta la certeza, cada día más profunda, de saber que estoy perdiendo el tiempo, que tenía  algo importante que hacer y no lo estoy haciendo.


Recojo el cuaderno y me pongo en marcha para volver a la Residencia. Tengo que hablar con la doctora Holmes de las dos cosas  que he descubierto: que soy veterinario y que se dibujar.


sábado, 14 de febrero de 2015

668. CREO QUE EN UCRANIA LOS RUSOS TIENEN MUY BUENAS RAZONES

Parece que, reunidos  en la ciudad de Minsk,  la Señora Merkel  y los Señores Hollande, Poroshenko  y  Putin, Canciller de Alemania y  Presidentes de Francia, Ucrania y Rusia respectivamente, han llegado a un nuevo acuerdo de Alto el Fuego en la guerra que mantienen los separatistas pro-rusos con el Gobierno de Ucrania para crear una nueva república independiente o, mejor aún, integrase en Rusia.

 

Espero y deseo que el acuerdo alcanzado sirva además de para detener los combates,  para buscar y encontrar soluciones a un conflicto muy complicado.

 

Sin embargo, entiendo que es poco probable que las soluciones sensatas,  que seguro llegarán con el paso del tiempo,  consigan imponerse  en el corto plazo y,  para mal,  veamos durante muchos meses, acaso años,  los males de la guerra en nuestra aparentemente civilizada  y terriblemente violenta Europa.

 

Afirma el Presidente de Ucrania y le apoyan los gobiernos y los ciudadanos de Occidente, que su país es uno e indivisible y que sus fronteras, fruto de la desaparición de la Unión Soviética, son inviolable.

 

Afirman los separatistas sublevados que ellos no son ucranianos, que ellos son rusos y que deben volver a la Patria Rusa o, al menos, ser independientes.

 

El Presidente de Rusia, con el apoyo cerrado del pueblo ruso, entiende que los separatistas, al igual que los habitantes de las zonas fronterizas del este y sur de Ucrania son  tierra rusa y son  rusos sus habitantes  y que,  ante la agresión del gobierno de Kiev,  tienen el derecho y la obligación de defenderse y recibir apoyo de Rusia hasta que puedan volver a ser parte de su nación o, al menos, contar con la  más que amplia autonomía mientras sean parte de Ucrania.

 

Y todos tienen  parte de razón. Dicen unos: las actuales fronteras de Ucrania son las que son y, de acuerdo con el derecho internacional,  deben ser respetadas. Dicen los otros: esas fronteras son absolutamente artificiales, son fruto del  accidente político provocado por la caída del la Unión Soviética, el este de Ucrania y sus gentes son y han sido siempre rusos.

 

Para los rusos esto es tan claro que hace bien poco, en la primera oportunidad que tuvieron, con el poder de sus ejércitos, recuperaron la península de Crimea que desde 1954, por concesión soviética, pasó a ser ucraniana en lugar de rusa como lo había sido desde casi siempre. Y, la anexión de Crimea, aunque a los occidentales no les haya gustado mucho, creo que para bien, es un hecho consumado.

 

Por otro lado, el occidente ucraniano, históricamente ha estado volcado hacia Europa, tanto que en la guerra mundial lucharon con  fortísima convicción junto a Alemania y ahora sus habitantes aspiran a ser miembros de la OTAN y de la Unión Europea. Mientras tanto, el este del país habla ruso, en la guerra luchó con los rusos y ahora no solo no quieren OTAN ni Unión Europea sino que aspiran a ser  rusos y a que Ucrania tenga y mantenga sólidos y permanentes  vínculos con Rusia.

 

Y, me pregunto, ¿tienen toda razón los países occidentales cuando defienden  con tanto ahínco las posiciones del actual gobierno de Ucrania? ¿Pueden  los rusos abandonar a su suerte a los rusos que viven en el este de Ucrania?

martes, 10 de febrero de 2015

667. PODEMOS, EL NUEVO PARTIDO POLÍTICO ESPAÑOL

Mis amigos americanos me preguntan una y otra vez por Podemos, el nuevo y exitoso partido político  que,  en pocos meses,  ha conseguido ser el primero en las encuestas que analizan las preferencias de voto de los españoles ante  las próximas elecciones.

He vivido durante treinta años en un Régimen político nacido del fascismo y la posibilidad de que  España vuelva a ser gobernada por líderes fascistas me parece el más detestable de los escenarios con que podemos encontrarnos y la sola posibilidad de que esto ocurra me llena de espanto y, hasta ahora, que he constatado  la posibilidad real de ver  España gobernada por una horda de académicos  fascistas, he evitado dedicar un tiempo a escribir sobre  Podemos.

Podemos, desde mi punto de vista,  es la expresión perfecta del Populismo,  un partido político que recoge el desencanto, que dice no ser  de izquierdas ni de derechas, que dice abominar  de la política y de los políticos, que se nutre del dolor  de las gentes, que ataca las reglas de convivencia y que sostiene ser el  poseedor único de la verdad. Además, esto es lo más terrible,  este Partido Populista es  escuchado con fervor  cada vez  por más personas en una sociedad que está, lamentablemente, enferma  en parte como consecuencia de la crisis y el cómo ésta se ha gestionado.

Las propuestas, siempre populistas,  confusas y contradictorias que propone Podemos pueden escucharse en todos los medios de comunicación y no entraré en ellas, no hace falta, solamente dedicaré unas líneas a un aspecto  de la gestión de Podemos en el que entiendo que  está la  clave de su éxito: su  modelo de comunicación, un  modelo que está bien probado en la historia y que en su aplicación actual  parece directamente inspirado por  el Ministro de Propaganda de Hitler, el líder nazi, autor del holocausto, que llevó  la guerra a Europa y que lo hizo llevando de la mano, casi con alegría,  a millones de enloquecidos  alemanes y que,  en los últimos años,   ha sido  enriquecido por los populistas caudillos bolivarianos de América

Los líderes de Podemos, es importante no olvidarlo, son académicos, profesores universitarios, desde hace años en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid. Son personas capaces, ideológicamente de extrema izquierda, comunistas, con la cabeza bien estructurada, que han dedicado tiempo a estudiar el comportamiento de las sociedades y los mecanismos para incidir en ellas, en especial  el modelo de comunicación  política más adecuado en cada caso  y  que, muy bien adaptado al entorno español actual  es,  con algunas mejoras de origen  americano, el modelo alemán de Göbbels, por cierto Doctor por la muy prestigiosa Universidad de Heidelberg,

El entorno social español, como consecuencia de factores múltiples y especialmente por los efectos psico-sociológicos de la larga crisis económica que padecemos,  ha generado, además de problemas de ansiedad y depresión en  cientos de miles de  personas con  largos períodos de desempleo,  en  el conjunto de la sociedad, un fuerte deterioro de la autoestima, de la fe en las propias capacidades,  sensaciones compartidas  de indefensión e impotencia para salir de la crisis y  búsqueda de soluciones desde el poder político que, considerado en el pasado como casi todopoderoso, se percibe ahora como causa principal de los problemas existentes. Más aún, “el Estado”, por la desidia o mala fe de  “los políticos” que “deberían dar soluciones” no está cumpliendo con sus obligaciones con los ciudadanos.

Así, los creadores de Podemos, para trabajar sobre este entorno social han desarrollado un lenguaje nuevo que impulsa, mediante metáforas  muy sencillas de comprender y asimilar, modos de expresión que  permiten a quienes lo asumen verbalizar sus sentimientos y aspiraciones; luego, con la continuada y constante repetición de las metáforas, han ido atrayendo a más y más personas,  oportunistas por arriba y  desesperanzadas por abajo,  a su movimiento.

Ejemplo de metáforas es el contenido asignado a la palabra “casta”, cuyo significado es hoy algo así como  “conjunto de políticos de todos los partidos que se enriquecen con el dinero de todos, se protegen entre ellos, son los causantes de todos los males y  deben ser expulsados para que así puedan venir otros, Podemos, limpios del todo, para arreglar las cosas.

Otro ejemplo: la palabra “pobreza”  que, para dar cabida a las experiencias de los ciudadanos afectados por la crisis,  que en puridad no son pobres en el sentido tradicional de la palabra, siempre se completa con un adjetivo, “pobreza energética”,  “pobreza alimentaria”, “pobreza educativa” o “pobreza sanitaria” que permite que se sientan “pobres” personas que ahora deben gastar menos en luz, en calefacción, en gasolina o comprar menos carne y más pollo, no tienen gratis los libros de texto o han de pagar unos céntimos más  por los medicamentos  que antes de la crisis.

Mediante la repetición constante de las metáforas, que con el  uso impulsan incluso  la aparición de otras nuevas, los líderes de Podemos han logrado además que el lenguaje común de los políticos del partido del gobierno y de los partidos tradicionales de la oposición, cuando usan expresiones del tipo “recuperación económica”, “luchas contra la corrupción”, “bajada del desempleo”  o “nuevas medidas”, “salida de la crisis”, generen fuerte rechazo en quienes  les escuchan porque  la gente normal entiende las viejas palabras con su nuevo significado, así:   “la recuperación económica será  para ellos, para los ricos y no para nosotros” , “la lucha contra la corrupción es un escusa para tapar sus robos”, “bajará el desempleo pero yo estoy en paro o mi sueldo actual, por culpa de ellos,  es más bajo que el que tenía antes”. Es decir, los enemigos políticos de Podemos, por la forma en que hablan, lamentablemente para todos, cada vez que abren la boca, hacen  a los populistas muy buena propaganda.

Es evidente que las metáforas, por repetición  bien asentadas,  han introducido  en la sociedad  ideas absolutamente falsas. Medias verdades e inmensas   mentiras  y las han convertido en verdades absolutas. Todo lo que dicen  los adversarios de Podemos, para esa parte de nuestra sociedad, claramente enferma por los efectos psico – sociológicos de la crisis, es verdad y cuanto afirmen, en el viejo lenguaje, los actuales gobernantes o los opositores tradicionales, cosas falsas o mentiras flagrantes.

Es pues evidente que los líderes de Podemos, con su modelo de comunicación política,  repitiendo sus metáforas,  están  consiguiendo, como los nazis,  los fascistas y los comunistas lo hicieron en su día,  que una parte de la sociedad compre como verdades las mayores mentiras.


Espero que el sentido común de mis conciudadanos y el miedo a un posible  regreso al  fascismo o a su hermano el comunismo, impida que Podemos llegue a gobernar en España. No dejo de pensar que Hitler llegó al poder en unas elecciones democráticas en las que se comió a unos  partidos políticos  que,  en la Alemania de los años treinta,  no eran muy distintos de los que nos gobiernan ahora o son  oposición en el Parlamento español.

jueves, 5 de febrero de 2015

666. OCHO CUMPLEAÑOS

He  vivido muchos  y,  porque son  irrepetibles, disfruto mucho los días  de mi cumpleaños.

Ahora, ayer, el 71, ¡áspero!,  son muchos años, tiene el 1, y seguro que  haré algo para merecer la fortuna de vivir.

Hace diez años, el 61, menos áspero pero nada fácil  y quedaba  mucho por hacer.

Hace veinte, el 51, ¡estupendo!, tenía ilusiones y mucha  fuerza, estaba en plenitud.

Hace treinta, el 41, ¡fantástico!, “había llegado y seguía subiendo”, tenía tres hijos, no lo sabía, pero empezaba lo mejor.

Hace cuarenta, el 31, ¡qué  maravilla!, planté un árbol, publique un libro y,  ¡que fortuna!, un años antes me había casado y  tuve un hijo,

Hace cincuenta, el 21, un año extraordinario, digno de recordar, el año fácil en mitad de la carrera, salí al extranjero,  vi  por primera una persona de raza negra y aprendí mucho

Hace sesenta, el 11, ¡ya era mayor!, iba en el tren yo solo al colegio, tenía hermanos y amigos;  leía,  mi padre me decía qué libros  me iban  a gustar y debía leer.

Hace setenta, el 1, no tengo recuerdos de ese día, pero sé que mis padres  hicieron una gran fiesta y que mi padrino me regaló un precioso caballo de cartón piedra en el que me podían  subir y yo  casi cabalgar. Era un niño muy feliz.


¡Qué gran satisfacción cumplir tantos  y  recordar el camino recorrido en los cumpleaños! 

martes, 3 de febrero de 2015

665. LOS ROSTROS PARECEN MENOS CRISPADOS Y SE VUELVE A SONREÍR

En los últimos días he tenido ocasión de pasear bastante  por las calles  y viajar en  autobuses y en el metro de Madrid y, contra lo que he visto en otras ocasiones, me ha sorprendido ver los rostros de las gentes menos crispados y muchas caras sonrientes.

Y me ha llamado la atención ver sonreír a hombres y a mujeres, a jóvenes y a mayores, a parejas y a personas que iban solas o que hablaban por su teléfono, que caminaban o que estaban sentadas o de pié en el metro o en el autobús.

Tanto me ha impresionado el descubrimiento que pronto me he llenado de  dudas. ¿Es mi apreciación  un espejismo provocado por el deseo y que donde he visto  sonrisas de  alegría hubiera  rictus varios rictus que expresaran otras cosas?  No, estoy equivocado, es  imposible que luego de años viendo  caras tristes, de repente,  esté viendo tantos rostros sonrientes.

Tantas han sido mis dudas  que  lo he comentado con mi mujer primero  y luego con otras personas. Necesitaba  comprobar  que lo que yo he visto  es  real o imaginación mía, necesitaba saber  si estoy en lo cierto y  es una realidad que también los demás también han percibido.


Y sí, ¡qué alegría!, también otras personas, aunque no lo hayan dicho,  se han dado cuenta de que en las calles de Madrid, en el metro y en el autobús, hay ya y cada vez más, personas que han recuperado la sonrisa.