miércoles, 20 de diciembre de 2017

FELIZ NAVIDAD



lunes, 18 de diciembre de 2017

756. JUAN GORDO FEO, “EL CONOCIDO”





Juan: Cepo de iglesia.
Feo: Desprovisto de belleza y hermosura.
Gordo: De abundantes carnes.
Conocido: Persona con quien se tiene trato o comunicación, pero no amistad.

Del Diccionario de la lengua española


EL COMIENZO


Achaparrado, poco pelo que nace a media frente, ojos saltones, barba gris y descuidada, en el frío y en el calor, viste  camisas de marca  descoloridas por  el tiempo,   viejos  y arrugados pantalones  vaqueros, y  calza  sucios mocasines  que en otro tiempo fueron buenos.

Su  voz, algo aguda y siempre blanda, es un chorro de sonidos, a veces con sentido, que dicen pocas  o casi ninguna palabra.

Es Juan Gordo Feo, “El Conocido”, Gordo  por su padre, Feo por su madre y, por propios méritos, "El Conocido. La vida hace malos regalos  y esos,  desde niño,  son  sus apellidos y,  desde muy jóven,  hace honor a su apelativo.

Hoy, dos  de enero de 2018 Juan, a sus sesenta años,  como lo hizo su abuelo,  va a dar otro  gran paso,  será el definitivo, y no se lo dirá a nadie,  tomará un avión, se marchará a América, desaparecerá  y  cambiará su vida.

Nota:
Estas líneas son el comienzo mi tercera novela  Juan Gordo Feo, "El Conocido",  va detrás de Julia, publicada  en este año 2017 y de Por amor y desamor en recuerdo de María,  que apareció en 2015.

domingo, 10 de diciembre de 2017

755. IMPERIOFOBIA Y LEYENDA NEGRA



Para el Diccionario de la lengua española  Imperio significa potencia hegemónica y su zona de influencia y fobia es  aversión o rechazo.

Por tanto, Imperiofobia es aversión  al Imperio

Y leyenda negra es, para el Diccionario, el relato desfavorable y generalmente infundado sobre alguien o algo.

María Elvira Roca Barea es la autora de Imperiofobia y Leyenda Negra, un extraordinario ensayo que,  publicado por Siruela, analiza con rigor y profundidad cómo el orgullo, la envidia, la prepotencia, la aversión y el rechazo de élites locales, con el aderezo de medias verdades y grandes mentiras, repetidas mediante una  incesante propaganda de las mismas,   han creado leyendas negras que, con el paso de los años, en el pensamiento de la sociedad, han cambiado la  historia haciendo creer, a propios y extraños, que todo cuanto eran insidiosas  calumnias no es otra cosa que la pura verdad.



María Elvira Roca Barea  en esta obra  ha librado, con singular acierto, una gran batalla  en la  guerra eterna que implica  Saber  la Verdad. Las leyendas negras y especialmente la española, son solo eso, leyendas negras que ocultan la realidad, cambian  la memoria del pasado y,  además,  tratan  de destruir el futuro de quienes han sido o son los grandes hacedores de la Historia.

La autora de Imperiofobia y Leyenda Negra  estudia en profundidad los casos, tan similares en leyendas negras,  de Roma, que fue nuestro origen, Rusia,  Estados Unidos y  el Imperio español, el  gran imperio del que bien podemos estar orgullosos…y reivindicar como base de nuestro futuro, ese futuro  que, los mismos enemigos de siempre, con su orgullo, envidia, prepotencia,  aversión y  rechazo, tratan de destruir.

María Elvira Roca Barea, con este  libro que recomiendo encarecidamente, ha hecho un maravilloso regalo a nuestra sociedad, por lo que  deseo para ella todos los éxitos y, para nosotros los españoles, que la lectura de Imperiofobia y Leyenda Negra, sea un pasito más en nuestro gozo de haber sido y en algunas cosas seguir siendo, los mejores.


Nota:
En los tiempos que corren, cuando en los medios de comunicación y en las actitudes de no pocos españoles, hispanoamericanos  y europeos, reaparecen con intensidad las causas y los efectos de la leyenda negra, para nuestro bienestar personal y colectivo, es bueno no callar y mostrar nuestro orgullo por lo que  hemos sido hasta hace bien poco.  

martes, 5 de diciembre de 2017

754. A VECES LO QUE ESCRIBES PRODUCE BUENOS DISGUSTOS




Hace unos meses, en agosto de este año, publiqué  Julia, mi novela sobre el maltrato. El libro está teniendo un razonable éxito y los comentarios que he recibido son un buen estímulo para seguir escribiendo.

Sin embargo, entre todo lo bueno que he conseguido hay algo que nos ha  producido, a otra persona y a mí, un buen disgusto: esa  persona,  con la que durante varios años he mantenido una buena relación,  se ha visto reflejada en la novela y lo que ha visto  le ha gustado tan poco  que hasta casi me ha retirado el saludo.

Evidentemente todos los personajes de la novela, son producto de mi imaginación y en ningún momento, ni cuando escribí Julia ni ahora, pensé en hacer el  retrato de una  persona real  ni, mucho menos, en describir a  la persona que se ha sentido ofendida.

Por supuesto, cuando me he enterado del disgusto de esa persona lo he lamentado profundamente y  compartido con ella su disgusto.

Como es natural, hablando, he tratado de aclarar el hecho  y, por si fuera útil, mostrar mi tristeza por el berrinche que, involuntariamente,  he causado. No sé  si lo habré  conseguido, pero al menos, lo he intentado.

Evidentemente, ahora lo sé bien, aún sin querer,  a veces lo que escribes produce buenos disgustos.