lunes, 29 de abril de 2019

796. EL PARTIDO SOCIALISTA HA GANADO LA ELECCIONES, ESPERO Y DESEO QUE NOS DE POCOS DISGUSTOS Y MUCHAS SATISFACCIONES.



Ayer, en las Elecciones Generales que tuvimos en España, el Partido Socialista obtuvo una victoria suficiente y el Partido Popular una gran derrota; por ello, debo decirlo porque pertenezco al grupo de los perdedores, he de alegrarme por los que han ganado, felicitarles por lo bien que han jugado el partido y  desearles  éxito en el futuro  gobierno.

Creo que la Democracia es un sistema de gobierno lleno de detestables imperfecciones, pero es también el que mejor permite y facilita  la conviviencia en la sociedad y por ello, aunque de cuando en cuando nos de, a todos, buenos  disgustos, es el mejor que los hombres, en nuestra cultura occidental al menos, podemos tener.

Y creo también que lo mejor de la Democracia, es que, como casi todo en la vida, lo que se gana en un momento, en unas  elecciones, solo dura un tiempo…y solo se vuelven a ganar si  se consigue que durante el tiempo en que  se ha  gobernado   se ha molestado a un grupo de personas que es más pequeño que el  grupo al que, durante ese tiempo,  se ha complacido…  

Yo, a pesar de todo, aunque creo que la socialdemocracia es un mal para la sociedad y desconfío del futuro presidente, deseo de corazón que el nuevo gobierno del Partido Socialista, durante los  próximos cuatro años nos evite a los españoles sufrir demasiados disgustos y nos de muchas satisfacciones.

jueves, 25 de abril de 2019

795. COMO SIEMPRE

Como siempre que sucede algo importante, mis pensamientos se enredan en una gran madeja de recuerdos y presentes que, en parte, me  alejan  de  la realidad, en parte me hacen ver  más allá de cualquier obscuridad y siempre son compañía que me aleja de la soledad. 

En estos días,  porque  estamos en vísperas  de las  Elecciones Generales, no dejo de verla  y oirla hablar.  Cristina  vivía las elecciones  con mucha pasión e  intensidad; ella, con su sentido del humor, alegría de vivir  y absoluta asertividad, como siempre, ayer, hoy y seguro que tambien mañana,  me dice y me dirá: ya es hora de que lo tengas claro, de que dejes de quejarte, que aceptes que nadie es perfecto y que votes lo que hay que votar...me obliga a sonreir, lo pienso y me digo: pero,  que me va a decir ella, que  lo tenía tan  claro y que,  desde siempre, con un cartelito credencial  del Partido Popular colgando  de su cuello, como un segundo o tercer  collar,   ocupaba una silla en su mesa electoral...

La verdad es que en otros momentos lo hubiera dudado bastante  y  luego votado cualquier cosa, pero en estas elecciones,  pensando en  ella,  iré al colegio electoral sin ninguna duda,  sabiendo muy bien  a quién  votar.

viernes, 12 de abril de 2019

794. COCINERO O COCINILLA



Cuando entro en la cocina y me pongo el gran delantal negro que me cubre desde el cuello hasta las rodillas, mientras me ato las cintas en la espalda,  me retumban  en el oído las palabras de mi mujer: “José Luis, déjalo, no seas cocinilla, ya lo hago yo”… 
 
Y claro, lo decía, me lo dice ahora, porque era mujer letrada y sabía que la primera acepción que ofrece el Diccionario de la Real Academia de la lengua española de la palabra cocinilla es: el hombre que se entromete en las tareas domésticas, especialmente en las de cocina. Y ella, aunque lo detestaba, acaso porque nos casamos en otra época, prefería, haciendo de tripas corazón,  sacrificarse y cocinar, mejor que ver a su marido con un delantal.

Ello no obstante, en los últimos años, más por necesidad que por otra cosa, he aprendido a hacer y, de hecho, ahora lo hago con normalidad,  algunas operaciones  elementales para preparar, el mínimo imprescindible, algunos alimentos: tres o cuatro verduras, filetes y carne picada, huevos y algún pescado; por supuesto, todo muy sencillo, sin ninguna virguería, es decir, evitando cualquier adorno o  refinamiento en la preparación de la comida. Es decir, que según nos dice el Diccionario de la lengua,  aunque soy cocinero, porque en mi casa soy el que cocina, no lo soy en la segunda acepción de la palabra  cocinero, porque ese es  la persona que tiene por oficio guisar y aderezar los alimentos.

Y, ¿a qué viene todo esto?, pues muy sencillo, me empieza a gustar la cocina y, como tantas otras veces, he descubierto que tengo algunos maravillosos talentos ocultos, y el que  tengo para la cocina, me parece que, con esfuerzo  y dedicación, podría haberlo desarrollado y llegar a ser un buen cocinero que, como tal, me hubiera  ganado bien la vida… Mi tortilla de patata tiene fama en la familia, hago unos filetes rusos admirables, las verduras siempre las saco en su punto justo…y ahora, en estos días  he conseguido unas torrijas francamente buenas, un estofado de morcillo que va a ser muy aplaudido y hasta he conseguido mejorar sensiblemente  el gazpacho que hacía mi mujer…, bueno, que me he convertido en un buen cocinilla, que siendo  persona aficionada a cocinar  es ahora  todo un cocinero porque, como dice el Diccionario, en mi casa, soy yo  el que cocina.

Como muestra, aquí está las fotografías del estofado y las torrijas que he hecho esta mañana y la de los boquerones en vinagre que, con notable éxito, preparé la semana pasada.





























Nota:

Y estoy muy contento, aunque sigo con unas desagradables goteras, en estos días el cansancio, que no deja de acompañarme, es algo más llevadero, puedo cocinar y, ¡que maravilla! puedo escribir una entrada y publicarla en el blog.