Lo que cada uno puede hacer en épocas como la que vivimos, esta condicionado por el entorno y las circunstancias en las que se encuentra.
No es lo mismo vivir en México, España, Nicaragua o en Estados Unidos y también es diferente si se tiene formación universitaria o su educación se reduce a saber leer y las cuatro reglas. Es también distinto si se está trabajando como empleado o directivo en una empresa sólida que siempre conserva su plantilla o existe el peligro real de quedar en el desempleo, se está buscando el primer trabajo, se desempeña una actividad profesional por cuenta propia o se está en los comienzos de un propio negocio. Evidentemente, cada caso es diferente.
Sin embargo, trataré de ofrecer recomendaciones que acaso puedan ser útiles en algunas circunstancias:
Situación A.
Si se quiere continuar en la empresa en la que se está, lo mejor es trabajar mucho, cooperar al máximo con los jefes, mostrar preocupación por la compañía y seguridad en el futuro, aportar ideas que supongan ahorros en los costes y olvidarse de las dudas. Lo normal es que “los mejores”, se queden en la empresa o que esta les busque una “buena salida” si es inevitable la rescisión del contrato laboral.
Situación B.
Si quiere salir de la empresa porque hay un dinero por medio y la persona tiene un objetivo personal claro, hay que aprovechar la oportunidad. Es el caso de quien quiere ya crear su propio negocio, dedicar un tiempo al hogar o cambiar de residencia.
Se puede hacer cuando la empresa quiere reducir la plantilla y las indemnizaciones son interesantes (en España pueden ser de 45 días de retribución, incluyendo todos los conceptos, por año trabajado) y se puede acceder a ayudas sociales por desempleo (en el caso de España la cantidad del subsidio puede alcanzar, durante un año y medio, el 75 % de la retribución mensual o más y puede cobrarse de una sola vez en el caso de personas decidas a establecerse por cuenta propia).
Situación C.
Aunque no se quiera, con indemnización o sin ella, con subsidio de desempleo o sin que este exista, se va a perder el empleo. En este caso, en épocas de depresión es muy difícil encontrar un nuevo trabajo por cuenta ajena y se puede hacer cualquier cosa siempre que no sea esconderse debajo de la cama, llorar, perder el ánimo o desesperarse.
Esta situación es, por ser la menos fácil, la que hemos de afrontar con mayor resolución.
Es verdad de Perogrullo que siempre algo se puede hacer para ganar dinero en las peores circunstancias, claro que es preciso hacer ese algo.
Conozco a un empresario, hoy con un buen negocio de restauración, que comenzó, entonces con poca formación, vendiendo bocadillos de pimientos, primero en marchas de entrenamiento militar y luego en manifestaciones de obreros parados en demanda de trabajo.
Tengo un buen amigo, Doctor Ingeniero, que estando, a pesar de su magnífica preparación y experiencia profesional, el paro y sin encontrar trabajo en muchos meses, haciendo personalmente chapuzas de fontanería en su barrio, lo que es hoy una pequeña y prestigiosa empresa de fontanería que opera en el sector lujo.
También he tratado a alguien que comenzó su negocio de intermediación, en la venta de casi cualquier cosa, mientras pedía limosna, con una más que alta rentabilidad por hora trabajada, a los no siempre prósperos viandantes en una calle concurrida calle de Madrid.
Dicho lo anterior con el solo propósito y a título de ejemplo, para recalcar la idea de que siempre es posible hacer algo para ganar un dinero, viene la pregunta que más importa: ¿Qué puedo hacer yo para ganarme la vida y ganármela bien?
De entrada, trabajar en algo, en lo que sea, en cualquier cosa, para salir a la calle, hablar con mucha gente, observar mucho y ver que hay.
Durante unas horas descargar camiones muy de mañana, en el mercado o en un polígono industrial, cortar leña, transportar pedidos, vender libros, bisutería, cosméticos, seguros, electrodomésticos a domicilio, cualquier cosa que suponga, aunque se gane muy poco o casi nada, trabajar. No olvidar nunca que todo trabajo es digmo, merece ser hecho y no es demérito hacerlo.
Luego de haber estado en la calle, abrir Internet y comenzar a buscar la propia idea, esa que te pueda apasionar. con solo poner en la barra de google “ ideas para trabajar por cuenta propia” y pinchar, hay cientos de entradas para empezar a meditar.
Cuando se tenga la idea, solo hay que ponerse a hacerla realidad. Para ello hay cientos de organismos que, en cualquier país, ofrecen orientación y pueden ayudar.
Nota:
Espero que en pocas semanas podré poner en este blog la dirección de Internet en la que se encuentra un muy sencillo manual para emprendedores que he contribuido y no poco, a preparar.
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