jueves, 20 de noviembre de 2008

210. ME DICEN QUE UN BUEN AMIGO SE HA METIDO EN UN LÍO DE FALDAS

Me dicen que un buen amigo tiene lo que antes se llamaba un lío de faldas con una de sus colaboradoras.


Me dicen que mi amigo, profesional capaz, brillante y hasta ahora siempre apreciado por quienes han trabajado con él se ha vuelto arisco, desconsiderado y, lo que es peor, menos eficiente.


Me dicen que ella, “mala mujer”, y “una inútil”, es quien manda donde es mi amigo quien debería ejercer el liderazgo.


Me dicen que el no escucha a nadie que no sea ella, que niega haber cambiado y que cuando se escapa del despacho para estar a solas, más cómodo, con ella, da las explicaciones no pedidas que todo el mundo sabe, ratifican lo que es público y manifiesto.


Me dicen que han intentado hacerle pensar y hacer que retroceda en su locura, que piense en sus hijos, en su mujer y en sí mismo. Él niega todo y reconoce nada, solo mira y remira como ella, cuando él pasa, mueve las nalgas.


Me dicen que ella ya ha echado a su marido de casa y quiere llenar el hueco vacío en el baño con el cepillo de dientes de mi amigo.


Me dicen que “ella” quiere y está consiguiendo ser exclusiva en el hacer y en la vida de mi amigo y que le está llevando a la miseria.


Me dicen y me dicen todas las cosas que son capaces de decir quienes viven y padecen de cerca los “líos de faldas” y ven como se deterioran el ambiente, las relaciones y los resultados.


Me dicen que haga algo, que ayude a parar el desastre que llega. Me dicen que hable con él, que él es bueno, que le puedo hacer pensar y ayudarle a retirarse de un camino que va a cambiar, para mal, su vida y la de otros. Por supuesto, para quien me lo dice, ella es "la mala".


No, no haré nada. Es inútil. No es que ella sea buena ni mala, no es que él sea tonto y no se entere de nada, es que la pasión arrastra y, mientras dura todo lo que intente, desde fuera, frenar la locura vale nada.


He visto, lamentablemente, no pocos casos de amigos y amigas, porque es humano, se han metido en lo que antes se llamaban “líos de faldas”.


Todos los casos han traído consecuencias malas: Matrimonios rotos, hijos doloridos, equipos disueltos, puestos perdidos, dolores y más pesares. Sin embargo a veces, si hubo cerca un marido o una mujer enamorados y muy listos, que quisieron conservar a la mujer o al marido enredado en agridulces mallas, con habilidad buen hacer, resistencia y mucho amor, han logrado deshacer el lío y recuperar lo que para otros estaba completamente perdido.


Sin embargo, en lo que no hay solución buena, lo se muy bien, es en la vida profesional. Uno o los dos perderán el trabajo. Uno o los dos retrocederán en sus carreras profesionales. Uno o los dos nunca tendrán el perdón de quienes presenciaron el desarrollo de su lío. Uno o los dos, siempre habrán perdido partes importantes de sus vidas.

En todo caso, a todos los que hoy sufren la situación en que se han metido "la otra" y mi amigo, les deseo de corazón que comprendan mucho y hagan lo posible por no hacer más grande lo que ya es un enorme lío.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Don Jose Luis, que claridad me ha dado. Gracias por sus palabras, por molestarse en escribir acerca de su buen amigo; mi mujer está en lo que sería un "lio de pantalones", y su experiencia, junto a mi reflexión, me conduce a nuevos caminos. Gracias, le seguiré leyendo, es usted magnifico.