En el mes de marzo mi mujer y yo haremos un viaje especial, visitaremos Buenos Aires, dedicaremos unos días a ver los glaciares y luego pasaremos unos días en La Paz, en Bolivia.
Es un viaje especial porque aunque a lo largo de mi carrera he estado, casi siempre por motivos de trabajo en casi todos los países de América nunca, desde hace casi cuarenta años, he estado en Bolivia.
La Paz es la ciudad en la que cuando era un joven recién egresado de universidad tuve mi casa y es la ciudad en la que la por primera vez en mi vida tuve que hacer frente a una responsabilidad profesional, como docente en la Universidad Católica.
Aprendí mucho durante mi estancia en Bolivia, tanto que probablemente si no hubiera estado en la Universidad, con maestros como Francisco Nadal, Huascar Taborga, Jorge Siles, Pepe Palenque, Carmina Morón y tantas otras personas, alumnos incluidos, que me enseñaron, mi carrera profesional hubiera sido bien distinta y, lo que es más importante, mi actitud frente a la vida acaso hubiera sido también muy diferente.
Por ello, la idea de volver a La Paz es para mí muy emocionante. Estoy, con mi mujer, preparado este viaje con enorme ilusión y dispuesto a apreciar cuanto vea.
Hay ocasiones en que tener este blog es una gran satisfacción y ahora, en estos momentos, estoy ante una de ellas porque podré dejar en el constancia y no en una artículo suelto en una revista cualquiera, de cuanto vea, con los ojos limpios, de una ciudad desconocía ya que aquella en la que viví cuando era joven, se que es tan solo un recuerdo perdido en la memoria.
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