Ante la tentación que puede existir y, sin duda existe, en muchos políticos y en parte de la sociedad española, de que el Estado “perdone” a reclusos miembros de ETA las penas que les han sido impuestas por los tribunales por ser autores de asesinatos y que, además, “se olviden” y deje sin juzgar a los autores de otros delitos de asesinato que, hasta ahora, han conseguido escapar a la Justicia, como ciudadano español tengo derecho y creo que obligación de decir lo que pienso, por ello desde aquí, lo expreso:
Sin acudir a la Constitución ni a nuestro Código Penal, por si alguien piensa que no están vigentes, el Artículo 3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos dice que: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona” y, sin duda alguna, los miembros de ETA lo han violado.
El artículo 7 de la misma Declaración, afirma que “todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley” y que, por tanto, a todo el que ha cometido un asesinato le ha de ser aplicada la ley.
Si los políticos hacen componendas que alteren el texto y el espíritu de la ley estarán eliminando el derecho de todos los españoles a la Justicia y, con horror, debo recordar que cuando en una sociedad no hay Justicia, mal que a todos nos pese, inexorablemente se extiende la Venganza.
Claro que, podrán decir esos políticos que “las víctimas tienen que perdonar a los asesinos”
Y añadiría, las víctimas “perdonarán si quieren perdonar, están en su derecho de no perdonar y, perdonen o no perdonen, todos seguimos teniendo el mismo e inalienable derecho a la Justicia”
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