Ah Mingo Revulgo, Mingo,
Ah Mingo Revulgo, ahao
¿qué eso de tu sayo de blao?
¿no le vistes en domingo?
¿Qué es de tu jubon bermejo?
¿por qué tras tal sobrecejo?
Andas esta madrugada
la cabeza desgreñada
¿no te llotras de buen rejo?
Copla II
La color tienes marrida,
el corpanzon regibado,
andas de valle en collado
como res que va perdida,
y no oteas si te vas
adelante o caratrás,
zanqueando con los pies,
dando trancos al través
que no sabes dó te estás.
Copla III
Ala, eh, Gil Arribato,
sé que en fuerte hora allá echamos
cuando a Candaulo cobramos
por pastor de nuestro hato:
ándase tras los zagales
por estos andurriales
todo el dia embebecido,
holgazando sin sentido,
que no mira nuestros males.
Copla IV
Oja, oja los ganados
y a la burra con los perros,
¡cuáles andan por los cerros
perdidos, descarriados!
Por los sanctos te prometo
que este daño baltrueto
(que nol medre Dios las cejas)
ha dexado las ovejas
por holgar tras cada seto.
Copla V
¿Sabes, sabes? El modorro
allá donde se anda a grillos
burlan de él los mozalvillos
que andan con él en el corro:
armanle mil guadramañas,
unol pela las pestañas,
otrol pela los cabellos,
asi se pierde tras ellos
metido por las cabañas.
Copla VI
Uno le quiebra el cayado,
otro le toma el zurron,
otrol quita el zamarron,
y él tras ellos desbabado:
y aun el torpe majadero,
que se precia de certero,
fasta aquella zagaleja
la de Nava Lusiteja
lo ha trahido al retortero.
Copla VII
La soldada que le damos
y aun el pan de los mastines
comeselo con ruines
¡guay de nos que lo pagamos!
Y de cuanto ha llevado
yo no lo veo medrado
otros hatos ni jubones
sino un cinto con tachones
de que anda rodeado.
Copla VIII
¡O, mate mala ponzoña
a pastor de tal manera,
que tiene cuerno con miera
y no les unta la roña!
Vee los lobos entrar
y los ganados balar;
él risadas en oyllo,
ni por esto el caramillo
nunca dexa de tocar.
Copla IX
Apacienta el holgazán
las ovejas por do quieren,
comen yerbas con que mueren
mas cuidado no le dan:
no vi tal desque hombre so
y aun más te digo yo
aunque eres avisado,
que no atines del ganado
cuyo es o cuyo no.
Copla X
Modorrado con el sueño
no le cura de almagrar,
porque no entiende de dar
cuenta de ello a ningun dueño:
cuanto yo no amoldaría
lo de Cristobal Mexia,
ni del otro tartamudo,
ni del Meco moro agudo:
todo va por una vía.
Copla XI
Está la perra Justilla
que viste tan denodada,
muerta, flaca, trasijada,
juro a diez que habrás mancilla:
con su fuerza y corazon
cometíe al bravo leon
y mataba el lobo viejo:
hora un triste de un conejo
te la mete en un rincon.
Copla XII
Azerilla que sufrió
siete lobos denodados
y ninguno la mordió,
todos fueron mordiscados:
rape el diablo el saber
que en ella se ha de defender;
las rodillas tiene floxas,
contra las ovejas cojas
muestra todo su poder.
Copla XIII
La otra perra ventora
que de lexos barruntaba
y por el rastro sacaba
cualquier bestia robadora,
y las veredas sabía
a donde el lobo acudía,
y aun las cuevas raposeras,
está echada allí en las eras
doliente de modorría.
Copla XIV
Tempera quitapesares
que corrie muy concertado,
reventó por los ijares
del comer desordenado;
y no muerde ni escarmienta
a la gran loba hambrienta,
y aun los zorros y los osos
cerca della dan mil cosas,
pero no porque lo sienta.
Copla XV
Vienen los lobos hinchados
y las bocas relamiendo,
los lomos traen ardiendo;
los ojos encarnizados:
los pechos tienen sumidos,
los ijares regordidos
que no se pueden mover,
mas cuando oyen los balidos
ligeros saben correr.
Copla XVI
Abren las bocas rabiando
de la sangre que han bebido;
los colmillos regañando
parece que no han comido;
por lo que queda en el hato,
cada hora en gran rebato
nos pone con sus bramidos;
desde que hartos, más transidos
los veo cuando no cato.
Copla XVII
¿No ves, nescio, las cabañas
y los cerros y los valles,
los collados y las calles
arderse con las montañas?
¿No ves cuán desbaratado
está todo lo sembrado,
las ovejas esparcidas,
las mestas todas perdidas
que no saben dar recaudo?
Copla XVII
¿No ves, nescio, las cabañas
y los cerros y los valles,
los collados y las calles
arderse con las montañas?
¿No ves cuán desbaratado
está todo lo sembrado,
las ovejas esparcidas,
las mestas todas perdidas
que no saben dar recaudo?
Copla XVIII
Allá por esas quebradas
verás balando corderos,
por acá muertos carneros,
ovejas abarrancadas,
los panes todos comidos
y los vedados pacidos,
y aun las huertas de la villa:
tal estrago en Esperilla
nunca vieron los nacidos.
Copla XIX
Ala, eh, Revulgo hermano,
por los tus pecados penas;
si no haces obras buenas
otro mal tienes de mano:
mas si tu enfotado fueses
y ardiente tierra pacieses
y verdura todo el año,
no podrías haber daño
en el ganado ni en mieses.
Copla XX
Mas no eres envisado
en hacer de tus provechos:
echaste a dormir de pechos
siete horas amortiguado.
Torna, tórnate a buen hanzo
enhiéstate ese corpanzo
porque puedas revivir;
si no, teme que el morir
te verná de mal relanzo.
Copla XXI
Si tu fueses sabidor
y entendieses la verdad
verías que por tu ruindad
has avido mal pastor.
Saca, saca de tu seno
la ruindad de que estás lleno
y verás como será
que éste se castigará
o dará Dios otro bueno.
Copla XXII
Los tus hatos a una mano
on de mucho mal chotuno,
lo merino y lo cabruno
y peor lo castellano.
Muévese muy de ligero,
no guarda tino certero
do se suele apacentar;
rebellado al apriscar,
manso al tresquiladero.
Copla XXIII
De un collado aquileño
viene mal zarzaganillo,
muerto, flaco, amarillo,
pára todo lo estremeño.
Mira agora qué fortuna
que ondea la laguna
sin que corran ventisqueros;
rebosa por los oteros,
no va de buena chotuna.
Copla XXIV
Yo soñé esta trasnochada
de que estoy estremuloso,
que ni roso ni velloso
quedará de esta vegada.
Echa, echate a dormir,
que en lo que puedo sentir
según andan estas cosas,
asmo que las tres rabiosas
lobas habrán de venir.
Copla XXV
Tu conosces la amarilla
que siempre anda garleando,
muerta, flaca, sospirando,
que a todos pone mancilla.
Aunque traga no se harta,
ni el pensamiento se aparta
de morder y mordiscar,
no puede mucho tardar
que el ganado no desparta.
Copla XXVI
La otra mala traidora,
cruel y muy enemiga,
de todos males amiga,
de sí misma robadora,
que sabe ya los cortijos,
no dexa madres ni hijos
yacer en sus albergadas,
en los valles ni majadas
sabe los escondredijos.
Copla XXVII
Y también la tredentuda,
que come los recentales,
y no dexa los añales
cuando un poco está sañuda,
cuido que no tardará
de venir y aun tragará
también la su partecilla.
Dime, aquesta tal cuadrilla,
¿a quien no despantará?
Copla XXVIII
Cata que se rompe el cielo,
descerrúmase la tierra,
el nublo todo se cierra,
rebellado, ¿no has recelo?
Cata que vendrá el pedrisco,
que lleva todo a barrisco
cuanto mires de los ojos;
hinca, hinca los hinojos
cuanto yo todo me cisco.
Copla XXIX
Si no tomas mi consejo,
Mingo, de aquesta vegada
habrás tal pestorejada
que te escueza el pestorejo.
Vete si quieres, hermano,
al pastor del cerro fano,
dile toda tu conseja,
espulgarte ha la pelleja,
podrá ser que vuelvas sano.
Copla XXX
Mas, Revulgo, pára mientes
que no vayas por atajos:
farás una salsa de ajos
por miedo de las serpientes.
Sea morterada cruda
bien machada y bien aguda
que te faga estortijar,
que no puede peligrar
quien con esta salsa suda.
Copla XXXI
En el lugar de Pascual
harás tu apacentadero
porque en el sesteadero
pueden bien lamer la sal.
Con la cual, si no han rendido
la grama y lo mal pascido,
luego lo querrán gormar
y podrán bien sosegar
del rebello que han tenido.