Si yo fuera egipcio, si viviera en El Cairo, si yo fuera allí lo mismo que aquí, estaría ahora mismo, mientras se celebra en las calles la caída de Hosni Mubarak, lleno de sentimientos encontrados, feliz porque al fin podemos tener democracia y espantado antes las amenazas que acechan el cambio, temiendo mucho al ejército y aún más a los fundamentalistas islámicos.
Si yo fuera egipcio y si supiera más o menos lo mismo que ahora se, estaría lleno de esperanza, en España hace unos años, en noviembre, las gentes como yo, estaban llenas de ilusión y al mismo tiempo temiendo mucho al ejército y aún más a los fundamentalistas de izquierdas.
Si yo fuera egipcio y supiera lo que se, me diría que Europa, que Estados Unidos, que el mundo apoya nuestra democracia y, me diría también que Irán se llamaba Persia cuando cayó el Sha y que ahora hay otro mundo que quiere reimplantar el viejo Islam.
Si yo fuera egipcio en estos momentos, lleno de ilusión, con el corazón encogido, me postraría en tierra y rezaría a Alá para que en Egipto llegue, de verdad, la democracia y la libertad.