Hoy he
sentido tu presencia,
y, con
ansia, cerrados los ojos,
he
aspirado el aire para olerte,
he aguzado
los oídos para oírte
y he
abierto del todo los ojos para verte.
Vana ha
sido la ilusión de ese instante,
viniste y ya no estás.
Se
llenan mis ojos de lágrimas,
cierran
los sollozos mis oídos,
gotas de
agua sazonan mi boca,
el
dolor me atraviesa, ya no pienso,
soy absoluto
silencio.
Al
poco, y desde muy dentro,
desde donde
nacen los pensamientos,
te
siento, te escucho, te veo,
porque
para estar conmigo, como siempre,
has
vuelto…o no te has ido.