viernes, 26 de julio de 2019

806. ESTAMOS ANTE UN PELIGRO EVIDENTE: VIENE UNA NUEVA PANDEMIA



Pues sí, aunque no se hable de ello, una nueva y gran pandemia de  la peligrosa gripe H2 (denominada así por el tipo de Hemaglutinina), la misma que causó los terribles estragos de 1889 y solo milagrosamente el saber y el esfuerzo de Mauricio Hilleman pudo contener en 1957. La fecha de llegada de esta  nueva pandemia, de acuerdo con la estimación del gran Hilleman, es el año 2025.
 
La pandemia de gripe tipo H2 es inevitable, hay datos sólidos que garantizan esta afirmación,  será como la de 1889 y 1957 y, al igual que entonces, salvo los viejos que hemos estado en contacto con la gripe y, muchas veces sin saberlo, nos hemos inmunizado, los hombres, mujeres y niños  que no hayan sido vacunados estarán en riesgo de muerte y muchos morirán.

¿Por qué escribo esto? Muy sencillo, es un  deber moral avisar a los jóvenes para que no caigan en el error de no vacunarse ellos y no vacunar a sus hijos; las personas mayores, en general, tenemos muy claro que, gracias a las vacunas, en España y en el mundo, se ha evitado la muerte de millones de personas, que no vacunarse es un riesgo y que no vacunar a los niños un crimen, pero no es así entre los miembros de las nuevas generaciones.

Tan es así  que  actualmente, en el mundo,   existen cepas de otra enfermedad que, si se extiende, puede dar lugar a otra también peligrosísima pandemia: eso que se denomina el movimiento antivacunas,  la oposición a las vacunas, el no vacunarse los adultos y tampoco vacunar a los niños…

Por supuesto, además de la pandemia de gripe H2, desde ahora hasta 2025 y más allá de ese año,  aparecerán otras peligrosas pandemias a las que habrá que hacer frente y que, lo queramos o no, matarán a personas no vacunadas (incluso a alguna vacunada) por todo el mundo…las bacterias y los virus, por ley de vida,  están permanentemente buscando con todas sus fuerzas  oportunidades para hacer crecer  sus especies…

¿Qué hacer para defendernos?: muy sencillo, ¡vacunarnos!  Y hacer que todos los nuestros se vacunen.


Notas:
 
Esta entrada es fruto de las lecturas y, sobre todo, de las  conversaciones con expertos, que estoy manteniendo en el proceso que requiere escribir una novela.

Para quien esté interesado, en la página de Pedro Alsina Mier, en  LInkedin, hay publicados varios, muy sólidos y apasionantes, artículos sobre el complejísimo mundo de las  vacunas,

La imagen está tomada de un arttçiculo de Pedro Alsina Mier.


viernes, 12 de julio de 2019

805. LUTO


Cristina, mi perra, porque era la perra de mi mujer, cuando le ha llegado la hora, se ha marchado con ella.

Cristina nació en agosto de 2005 y este  miércoles había cumplido catorce años menos tres semanas.

Y sí,  la perra se llamaba Cristina porque un día de septiembre, al volver de El Puerto de Santa María, lo recuerdo como si fuera hoy,  mi mujer, al entrar en casa, se encontró, como un regalo de su hija, en una caja de zapatos un pequeño cachorro, negro del todo y,   por un impulso de esos que se tienen y luego jamás en la vida  consigues explicar, mirando muy seria a la caja de zapatos, dijo: ¡perra, te llamarás Cristina, como mi hija…! y, con ello bautizó a su perra.



Cristina creció pronto y se convirtió en hermosa perra labradora, negra, guapa, esbelta y ciertamente buena; nuestra casa y nuestras vidas nunca tuvieron secretos para ella y, en los días felices, que fueron muchos y en los menos felices, que también fueron algunos, fue leal, cariñosa y  siempre estuvo en su sitio. Y, es curioso, ella sabía perfectamente, cuando cualquier persona  pronunciaba la palabra “Cristina”, sabía  si se estaban refiriendo a ella, a su dueña,  a mi hija, o a otra Cristina…

Como es natural, la muerte de mi perra me ha producido un gran disgusto del  que solo me consuela, y no mucho, el  saber que mi perra, Cristina,  está con su dueña y que mi mujer, Cristina,  tiene  de nuevo a su perra con ella.


Y, ahora, como tantas veces, todos los días, me digo y seguiré diciéndome: José Luis, eres muy afortunado, da gracias a Dios porque has tenido una mujer estupenda… y una buenísima perra.