Cuando mi mundo, nuestro mundo, se tambalea, en mi resistencia a aceptar la muerte de la hegemonía de los Estados Unidos y, sobre todo, de la desaparición definitiva de lo poco que queda de aquello que, en el pasado, fue España, he leído, bebido mejor, Madre Patria, la obra extraordinaria del profesor argentino Marcelo Gullo Omodeo y, debo decirlo, ha encendido una luz en la obscuridad de mis pensamientos.
Hace muchos años, saliendo de una España pobre y aislada, porque tuve la fortuna de vivir en Bolivia, pasear Venezuela, Perú, Colombia, Argentina y Chile, pisar sus tierras y conocer a sus gentes, supe y sentí en el alma lo que había sido y todavía era, en el fondo, España. Y descubrí, con asombro, que a mis amigos americanos les había pasado lo mismo cuando habían visitado España.
Desde entonces, toda la vida, lo he tenido muy claro, mis amigos de América, no solo son mis amigos, en lo bueno y en lo menos bueno, son mis hermanos, todos somos hijos, frutos de la misma España.
Años más tarde, cuando ya dentro del Mercado Común, España se convirtió en un país “europeo”, y los españoles, “nuevos ricos” comenzamos a estar orgullosos de nosotros mismos, a “creernos algo”, sentí, acaso porque seguía viajando, con pesar y creciente desasosiego los males que padecían nuestros hermanos americanos y el absoluto e injustificado desprecio que hacia ellos, porque “no son europeos”, crecía entre los españoles de España.
Y, en los últimos años, cuando después de las grandes crisis que han destapado nuestras debilidades, la fragilidad de nuestro bienestar, la realidad de Europa y estamos a punto de ver, partida en pedazos, lo que queda de España, vuelvo a pensar, con añoranza de viejo, lo que fue muestro Imperio.
Pero, dejando a un lado lo que siento, vuelvo a Madre Patria, al libro de Marcelo Gullo Omodeo: limpio, bien documentado, sin prejuicios y riguroso, es el recuerdo de lo que fuimos, es la explicación de nuestra pasada grandeza, es el relato, terrible, del cómo, siendo el Imperio, perdimos la guerra y el por qué ahora estamos a punto de perder hasta lo último que nos queda de España.
Y, hay algo más, algo de extrema importancia: Madre Patria es una canto de esperanza, en este tiempo de crisis, en un caos donde todo es posible, es el recuento de las fortalezas con las que unos hombres decididos, buenos y ambiciosos, como lo fueron sus abuelos, pueden reconstruir, para bien del mundo, el Imperio de las Españas.
Y, para terminar esta entrada, un ruego: por favor, lean ustedes, amigos míos, Madre Patria, muy lejos de la leyenda negra, estarán muy orgullosos de ser españoles, es lo mismo, de América o de España.
Nota:
Hay otro libro, también de Marcelo Gullo Omodeo, Insubordinación y desarrollo: Las claves del éxito y el fracaso de las naciones, también vale la pena leerlo.