domingo, 13 de enero de 2019

786. UN DÍA COMO HOY, UN 13 DE ENERO, NACIÓ CRISTINA. MUCHAS FELICIDADES HIJITA


Sí, era un día de invierno y, aunque muy luminoso, hacía frío. Eran las diez y veinte de la mañana, lo estoy viendo en el reloj de oro que me regaló mi suegro, cuando conseguí llegar a la habitación del Nuevo Parque donde pensaba encontrar a Cristina haciendo tiempo para dar a luz…al cruzar la puerta supe que mi mujer no estaba  allí y de pie,  bañada por el sol de la mañana,   a mi suegra en el centro de la habitación…

Cristina está abajo, quería esperar a que tu llegaras pero se la han llevado hace diez minutos, la niña está a punto de nacer…

Fueron solo unos minutos, pero recuerdo con angustia la  sensación de susto, impotencia,  tristeza y desánimo que me inundó del todo viéndome en aquella habitación mientras mi mujer, sola, ella sola, estaba abajo dando a luz a nuestra hija…y recuerdo también que enseguida, porque alguien entró en la habitación y nos dijo que había nacido la niña y que la madre estaba bien, todo cambió: ¡qué alegría tan inmensa, mi mujer está bien! y tengo una hija...

No mucho más tarde subieron a Cristina,  cuando me vió, ¡que cara de satisfacción!, me agarro de la mano, nos miramos y, en un momento se durmió.

Han pasado 42 años y, desde ayer por la tarde no dejo de recordar cada detalle de aquel tan largo medio día.

En Bilbao el día había sido más oscuro que gris, frío y lluvioso, de invierno en el bocho…y, porque aún no teníamos la casa preparada,  estaba alojado en un hotel. Aunque  había hablado con Cristina desde el despacho, como a las cinco y media o las seis  y me había dicho que estaba bien, me pase la tarde pensando en meterme en el  coche y  marcharme a Madrid, pero era miércoles y no estaba bien  dejar de  ir al trabajo un jueves así porque sí; más tarde, a las ocho y pico de la noche volví a llamar a Cristina: …he roto aguas…la niña va a nacer…y no puedes venir porque hay una nevada de espanto y han cerrado Somosierra…ya vendrás mañana…

Ciertamente no solo estaba cerrado el puerto de Somosierra, también estaba cerrado Barajas y como bien me había dicho mi mujer, de ir a Madrid nada de nada…

¡Qué noche! Sin dormir apenas, antes de las  siete  estaba en el aeropuerto, conseguí un pasaje y llamé a Madrid para escuchar, desde una cabina, a mi suegro decirme  que Cristina estaba desde hacía mucho rato en  el Nuevo Parque.

Tras una espera eterna, en el primer avión que despegó por la mañana,  en un día  precioso, salí de Bilbao…

…que nervios hasta que vi a mi mujer  y luego a Cristinita, la niña que hoy ha cumplido 42 años y es, como lo fue su madre, una estupenda mujer.

¡Felicidades Cristina! ¡Muchas felicidades hijita!

domingo, 6 de enero de 2019

785. HAN VENIDO LOS REYES MAGOS




Después de estar con las nietas viendo la Cabalgata de los Reyes Magos, después de haber sentido palpitar los corazones emocionados de las niñas y después de haber vivido la emoción de estar cerca y casi tocar a los Reyes,  no guardaba  para esta noche ninguna  ilusión ni, ciertamente, nuevas esperanzas.

Es por la noche, y en un descuido, mientras leo un libro especial, entre absolutamente denso y extremadamente interesante, sin hacer ningún ruido, han venido a casa los Reyes Magos  y, sin yo enterarme, se han ido. Menos mal que no me he dado cuenta y solo he levantado la vista del libro con el tiempo justo tiempo para, a traves de una ventana,  ver desaparecer la sombras del caballo negro del Rey Melchor, del blanco del Rey Gaspar y la del gran camello del Rey Baltasar…

Por un momento he tenido dudas, pero al volver la vista he descubierto el salón lleno de paquetes… ¡Qué maravilla, aunque solo hayan sido sus  sombras he visto a los Reyes Magos! Y me pregunto de nuevo: ¿será verdad que he visto a los Reyes Magos? Seguro que sí, me respondo, eran igualitos que  cuando  tenía siete años los vi volando… No se si se lo contaré mañana a toda la familia o se lo diré, como un secreto,  solo a los nietos..

Luego, muy despacio, con cuidado, para no desordenar nada, he recorrido el salón y he mirado, uno por uno los paquetes, todos tienen un letrerito con un nombre, Pablo, Cristina, Constanza, Mariana, Olivia, Mateo, Luis…

Y he llegado a mi zapato y al zapato que no está a su lado y, para mi asombro, he visto su sonrisa y  escuchado su voz haciendo de  paje, los Reyes Magos han sido muy generosos y te han traído el regalo que les he pedido para ti: que tengas ilusión y fuerza, que no pierdas el tiempo y que, mientras puedas,  hagas algo que valga la pena…

Sí, he  visto a los Reyes Magos, han estado en casa, han traído muchos regalos para todos y a mí, al abuelo le han hecho el más grande de todos los regalos…

Muchas horas después, viendo a todos los nietos y también a sus padres, sorprendidos y satisfechos del saber y la generosidad  de los Reyes Magos,  disfrutar la alegría de tener y, sobre todo  de hacer, con los Reyes ,  tantos y tan preciosos  regalos, he vuelto a sentir y a gozar el inmenso regalo que, como todos los años, me han traído los Reyes Magos: el amor y la paz que existe y se respira en esta mi familia.


Nota:
Para quien le interese, el autor del muy interesante libro que estoy leyendo es Wencelao Castañares y su título es Historia del pensamiento semiótico 2  La Edad Media.