Las situaciones difíciles, aunque sea duro, nos obligan a reflexionar y, creo que es bueno compartir con los demás las ideas que, aunque tienen mucho de obvias, más se repiten en mis pensamientos.
Para empezar, no está mal recordar cómo estaba España en 1930, cuando la Gran Depresión de 1929 llegó a nuestro país que, por entonces, aunque lo hayamos olvidado, venía de un tiempo de enorme progreso, de alegría y de satisfacción, venía de los dorados años veinte.
España en 1930, vista desde los estándares de la época era un gran país. Estaba que, en relación con Europa, tenía por entonces la misma posición relativa que ahora. Nuestros ferrocarriles funcionaban, había automóviles, la industria española era una auténtica industria, la minería destacaba por su eficiencia, los barcos españoles eran buenos y estaban construidos en España.
En 1930 el Banco de España era realmente el Banco de España. Funcionaban ya, y muy bien, el Banco Español de Crédito, el Hispano Americano y el Banco Central, además de muchos pequeños bancos. La Universidad Española estaba entre las mejores del mundo. Había excelentes médicos, los ingenieros estaban muy bien formados y nuestros arquitectos ya estaban llenando de belleza, con el trabajo de eficientes constructores y magníficos albañiles, las ciudades y los pueblos de España.
En 1930 España era rica en personalidades admiradas en todo el mundo. Solo recordar algunos nombres será suficiente para abrir nuestra memoria; Gregorio Marañon, Pedro Laín Entralgo, José Ortega y Gasset, Federico, García Lorca, Claudio Sánchez Albornoz, Américo Castro, José Torres López, Jiménez de Asúa, Salvador de Madariaga, Jacinto Benavente, Manuel y Antonio Machado, José María Pemán, Picasso, Miró, Manuel de Falla, Joaquín Rodrigo, Azorin, Alberti, Jardiel Poncela y Monseñor Escrivá de Balaguer son tan solo algunos ejemplos.
En 1930 España estaba detrás de Gran Bretaña y de Francia, más o menos como Italia y en algunas cosas incluso bastante mejor que Alemania.
En 1930, en España, al igual que en toda Europa, había mucha desigualdad y mucha pobreza, tensiones sociales e ideologías extremas, de derechas y de izquierdas, que se preparaban para imponer a todos la dictadura de unos sobre otros.
Tan solo necesitamos 10 años, los que van desde 1930 a 1940, para dejar España en la ruina, llena de dolor y muchísimos muertos.
Luego hicieron falta veinte años, llenos de privaciones y trabajando muy duro, hasta 1960, para volver a tener lo que teníamos en 1930.
En 1970, los españoles teníamos otra vez, una buena universidad, muchos profesionales bien formados, una industria competitiva y, con un acuerdo preferencial con el mercado Común, éramos, como en 1930 y como somos ahora, el cuarto o quinto país de Europa y nuestra economía la novena o décima del mundo.
Ahora, cuando desde 2008, el gobierno de España, ha sido igual de ineficiente para gestionar la crisis que los gobiernos de los primeros años de la década de los treinta para salvar la Gran Depresión, y nos preparamos para unas elecciones que tendrán resultados similares a las de 1933, es bueno pensar, para no repetirlo, cómo lo hicimos de mal en aquellos años.
Después de todo, está dentro de lo posible, que en ochenta años, el tiempo que dura una vida larga, los españoles, aunque no sea mucho, algo hayamos aprendido.
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