lunes, 9 de septiembre de 2013

503. DE LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE MADRID, ALGUNAS REFLEXIONES



Tres veces presentados, tres veces eliminados


Tokio, lo decidieron los miembros del COI en votación secreta  el pasado día 16 de septiembre de 2013  en Buenos Aires,  organizará los juegos olímpicos de 2020. La ciudad de Madrid que junto a Estambul también optaba a organizar estos juegos fue eliminada en la primera votación. Muchos madrileños y muchos españoles entienden que esto ha sido una terrible  injusticia  del COI a la que se ha añadido  la  rabiosa traición de un buen número de sus miembros que habrían  comprometido sus votos para Madrid. Por otra parte, la candidatura de Madrid, nos dicen,  era  la mejor de las presentadas, con mucho  la más completa y la que contaba con  mayor apoyo popular.


En este año 2013, ahora mismo, España  aunque todavía soporta la crisis  parece que ya  está saliendo de ella  y  sus perspectivas de cara al futuro vuelven a ser, como siempre,  las normales del cuarto o quinto país de Europa y noveno o décimo del mundo.


Por supuesto, en opinión de los políticos  que decidieron presentar la candidatura de Madrid, los juegos olímpicos hubieran creado miles y  miles de puestos de trabajo y la enorme inversión que implicaba la celebración de los juegos daría  enormes beneficios sociales y  tenía una  rentabilidad económica asegurada. 
Río de Janeiro, lo decidieron los miembros del COI en votación secreta  el día 2 de octubre de 2009  en Copenhague, organizará los juegos olímpicos de 2016. La ciudad de Madrid, al igual que Tokio y Chicago,  fue eliminada. Muchos madrileños y muchos españoles entendieron entonces que la decisión del COI había sido absolutamente injusta ya que la candidatura de Madrid, pese a quien pese, era  la mejor
En el año 2008, cuando Madrid presentó por segunda vez su candidatura y en 2009 cuando fue eliminada, España, aunque negada  por su presidente socialdemócrata padecía ya la dura crisis económica que todavía hoy arrastramos. Bien es verdad que las consecuencias sociales de la crisis por aquel entonces apenas comenzaban a despuntar y España seguía siendo un país envidiable y envidiado en casi todo el mundo.


Por supuesto, en opinión de los políticos  que decidieron presentar la candidatura de Madrid, los juegos olímpicos hubieran creado muchísimos  puestos de trabajo,  la inversión necesaria para  la celebración de los juegos no era ningún problema  y   rentabilizar  de los juegos  cosa de niños.


Londres, lo decidieron los miembros del COI en votación secreta, el día 6 de julio de 2005 en Singapur, organizó los juegos olímpicos de 2012.  La ciudad de Madrid,  como Moscú, Nueva York y París, fue eliminada. Muchos madrileños y muchos españoles entendieron entonces que  la decisión del COI había sido arbitraria,  poco justa y claramente responsabilidad  de  un señor extranjero muy  engreído,  acaso misógino y ciertamente  impresentable.


En el año 2005 cuando Madrid  fue eliminada,  España era un país próspero, uno de los más pujantes del mundo, gobernado por un  gran presidente socialdemócrata  y el único que hasta entonces, junto a Nueva York en Estados Unidos,  había sufrido un gran  ataque terrorista.


Por supuesto, en opinión de los políticos  que decidieron presentar la candidatura de Madrid, los juegos olímpicos  eran la  oportunidad de oro para mostrar al mundo las excelencias de Madrid, la fortaleza de España y el inmejorable buen hacer  de los españoles. Además, la inversión requerida para  la celebración de los juegos era  una minucia que se podía gastar sin  que  los  madrileños  dejásemos de ser ricos.

Algunas conclusiones:
  • La candidatura de Madrid ha sido desestimada tres veces  por los miembros del COI en votación secreta, estando España  en tiempos  de prosperidad, en los comienzos de  la crisis económica y saliendo de esta. 
  • El impulso y la decisión de presentar la candidatura de Madrid a organizar los juegos olímpicos de 2012, 2016 y 2020, incluido el riesgo de  su no elección y la no rentabilidad de una enorme inversión, siempre ha sido de  responsables políticos pagados con los impuestos   y nunca fruto de las  necesidades, deseos o ilusiones de los ciudadanos.
  • La responsabilidad del fracaso de las tres candidaturas de la ciudad de Madrid no es en absoluto de los políticos que las han impulsado, vivido, viajado, presumido, disfrutado e invertido unos cuantos millones de euros. La responsabilidad es de unos señores extranjeros, mala gente, acaso corruptos y seguro  traidores, que han querido fastidiar a los españoles y hasta es posible que quisieran  ofender al Rey, al Príncipe de Asturias y a los deportistas españoles.
Algunas observaciones:
  • Las inversiones requeridas para organizar unas olimpiadas son muy altas, siempre exceden en mucho  las cifras presupuestadas y su rentabilidad, se diga lo que se diga, es peor que dudosa.
  • Todas las ciudades que optan a organizar unos juegos olímpicos son grandes ciudades y siempre   presentan proyectos viables y atractivos. Además,  la experiencia dice que nunca  una olimpiada ha sido un fracaso. Por ello, se elija la ciudad que se elija da lo mismo, los juegos siempre son un éxito 
  • Quienes impulsan, gastan, disfrutan y aprovechan  las olimpiadas son los políticos y nunca los ciudadanos a los que solo llegan las migajas en forma de problemas en su ciudad y horas delante de la televisión para ver lo mismo que verían si los juegos fueran en cualquiera otra ciudad del mundo y  en ocasiones, un poco de orgullo patriotico.
  • El cinismo de los políticos es de tal magnitud que son capaces  gastar  cuanto dinero sea  de  su agrado  para preparar  la candidatura, aunque exista alto riesgo de fracaso, mientras restringen  hasta cero cualquier apoyo económico a los deportistas españoles  que  podrían ser olímpicos y ganar  medallas pero  que practican disciplinas que no salen todos los días en televisión. 
  • Y, en cuanto a los  miembros del COI, esas malas personas, traidoras ellas, que como los cardenales que en el Cónclave que elige al Papa,  hacen con su voto secreto lo que les da  la gana, mejor sería  no gastar  tiempo y esfuerzo en criticarles y  si en el futuro los políticos españoles deciden volver a presentar la candidatura de Madrid a organizar otros  juegos olímpicos, emplearse a fondo para  encontrar la forma  para convencerlos. 

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