En estos días, cuando he dedicado tiempo
a reflexionar sobre lo que ha sido para mí el camino de la vida, pienso
que al final todo se funde en tres palabras: Vida, Libertad
y Agradecimiento.
Vida
para mí es Amor y Amor es Libertad. Y libertad es mantener el alma libre para
elegir, aunque no sea sencillo, lo que cada uno en cada momento debe hacer.
Libertad para hacer lo que se debe hacer, lo que es bueno para nosotros, para nuestra familia y es también bueno para el resto de las personas que comparten con nosotros el don de Dios que
es la Vida.
Agradecimiento a mis padres primero porque me dieron la vida y luego porque me pusieron en el camino para que la hiciera mía y la viviera
en libertad.
Agradecimiento a mi mujer, a mis hijos, a mis hermanos, a toda mi familia y a los muchos amigos que he ido
ganando a lo largo de los años, porque
han estado conmigo y me han ayudado en los momentos ásperos y porque se han alegrado conmigo cuando los éxitos y las alegrías han sido más que las preocupaciones y las tristezas.
Por todo ello, hoy, al cumplir 70 años,
embargado por los recuerdos, gozando el presente y con la inmensa ilusión de vivir mañanas hermosos quiero una vez más, en la mayor libertad y desde mi amor más profundo, daros las gracias a todos, a mi familia, a mis amigos y a todos los hombres y mujeres con
los que, de una manera u otra, durante
toda la vida he convivido.
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