DE ESTO QUE AUNQUE ES NUEVO NADA TIENE DE NORMAL: ES DEMASIADO PRONTO PARA OLVIDAR.
¡Qué menos que una palabra para acompañar el duelo!
¡Qué menos de unos meses de luto por la muerte de un
ser querido!
Pues no, parece que hay gente que, para vivir, necesita olvidar
Y, en la falsa normalidad en que estamos metidos, parece que solo debe preocupamos el bienestar perdido y, a algunos raros, los desmanes que,
como en la Colombia mágica, se anuncian en España.
La verdad es, lo vemos con tristeza, que una parte de nuestra sociedad esta haciéndolo todo para olvidar
a los muchos, muchísimos, más de 40.000 muertos que, por ahora, se ha
llevado la pandemia.
En el especial que ABC publicó el pasado domingo, 21
de junio de 2020, dedicado A las víctimas del Covid-19, el periódico de
Madrid reúne las semblanzas de casi tres centenares de muertos por el virus
durante la pandemia. Realmente merece la pena dedicar unas horas a leer y
pensar en esas personas que han muerto y en el dolor de las que, por ahora,
hemos sobrevivido.
En los obituarios del especial de ABC tenemos una
muestra de lo que es o, acaso, ha sido, la
sociedad española: médicos, ingenieros, profesores, jardineros, empresarios, abogados, profesores, políticos, actores, amas
de casa, enfermeros, transportistas, agricultores, taxistas, albañiles,
carpinteros, administrativos, biólogos, cocineros, escritores y, sobre todo y
ante todo, esposas, esposos, abuelos, hijos, nietos, tíos, hermanos, primos, personas
todas, unidas unas a otras, por el
invisible y poderosísimo vinculo del amor.
En ABC solo aparecen unos cientos, una mínima parte,
ni el uno por ciento, de los miles de muertos, ¡todos tenemos muertos!, pero leyéndolo
podemos sentir y, con inmenso dolor, gritar: ¡cuánto saber, cuantas horas de estudio, cuantas
vidas enteras de trabajo, se han perdido y cuanto de dolor han dejado tantos amores idos!
Pero, en esta sociedad nuestra, dentro todavía de
una epidemia que no ha terminado y que sigue añadiendo muertos, nuestro gobierno,
acaso para no asustarnos, acaso para parecer bueno, se ha empeñado en no
decirnos cuantos, ni quienes, han sido los muertos, nuestros muertos.
Parece que, porque no puede evitarlo, el gobierno
permite que los españoles, uno a uno, en soledad, podamos llorar y guardar luto
por nuestros familiares muertos, pero de ninguna manera permite que podamos hacerlo por nuestros otros muchos compatriotas, también muertos.
Sin embargo, pese a quien pese, yo y muchos
españoles como yo, pienso, pensamos recordar. Ahora estamos en tiempo de luto y
solo cuando el tiempo pase y el dolor, poco a poco se atenúe, podremos pensar en, si fuera posible, olvidar.
Recordemos que con el ánimo de quitar para siempre de
nuestra memoria colectiva la ingente cantidad de muertos que ha dejado la pandemia,
apenas hay fotografías relacionados con los muertos y las que hay es difícil encontrarlas incluso en Internet, ese sitio donde está casi todo.