lunes, 23 de junio de 2008

171. EN ESPAÑOL, TALANTE Y TALENTO



Talante, dice el Diccionario de la Lengua Española, es modo o manera de ejecutar algo, semblante o disposición personal, estado o calidad de algo y voluntad, deseo, gusto.

Talento, dice la Real Academia, es inteligencia (capacidad de entender), aptitud (capacidad para el desempeño o ejercicio de una ocupación), persona inteligente o apta para determinada ocupación y, finalmente, moneda de cuenta de los griegos y de los romanos.


Por tanto, todos los seres humanos, incluidos los que afirman ser únicos en la posesión del talante, tenemos talante y talento.

Claro que, el talante que cada uno tiene puede ser malo, peor o pésimo en unos casos y bueno, mejor u óptimo en otros.
Y, en cuanto al talento, las personas pueden tenerlo inmenso, muy grande, mediano, pequeño e incluso, carecer casi de talento.
Evidentemente, cuando las gentes presumen de tener, solo ellos, talante, lo que realmente están diciendo es que tienen muy escaso talento.

jueves, 19 de junio de 2008

170. EMIGRACIÓN. TANTO DOLOR.



Es humano y muy loable, que cuando una persona, con mucho valor e indudable iniciativa tiene dificultades en un lugar, busque mejores oportunidades en tierras diferentes.


Más aún, cuando la necesidad de marchar, ya sea porque es preciso comer o, lo que es peor, dar de comer, o solo, que es mucho, porque el ambiente asfixia, los vínculos afectivos, fuertes maromas que amarran las almas, se tornan tenues hilos que sujetan nada.

Es, por tanto, humano y extremadamente loable emigrar por un tiempo o hacerse, para siempre, la vida en otro lugar.

En todo caso, se bien y de ello estoy convencido, quienes emigran son personas fuera de lo común y, en no pocas ocasiones, si pudiera decirse que unas personas son mejores que otras, muchas de las que dejan su tierra y marchan lejos, lo son.

Abrirse camino lejos de casa es suma de dolores, camino de privaciones, preocupaciones constantes, lágrimas largas, soledades, ahorro ganando nada y disimuladas palabras de consuelo para quienes, recibiendo casi siempre, quedaron atrás.


Sin embargo, el adorno que completa la amargura y el dolor de quien emigra es el desprecio o, al menos, el no aprecio, de quienes se lucran, sin piedad del valor de su trabajo.

Sí, de las sociedades que los llaman a gritos. Unos para que hagan los peores trabajos, otros para cobrar alquileres de casas que no son casas, otros para presumir de buen talante y, casi todos, para que, si se puede, pedir que se marchen a su pueblo cuando parece que sobran ya. .

Sí, de las sociedades que los animan a estar lejos para poder disfrutan de sus remesas. De las familias que gracias a ellos pueden vivir y hasta presumir de bienestar o de los políticos que impulsan la marcha de más personas para que manden más dinero y poderlo ellos malgastar.

Cuando veo ahora, cómo desde Europa se ha llamado a tantas gentes que necesitaban mejorar y ahora se toman medidas para obligarles a marchar, siento gran vergüenza y enorme malestar por las buenas gentes que vinieron, con dolor, a hacer aquí su vida o simplemente a trabajar.

Pero, al mismo tiempo, tengo decirme a mi mismo que hay cosas que objetivamente están mal y que debo controlar el amargo regusto que me da pensar que los tiranuelos, de aquí y de allá, beneficiarios del dolor ajeno, van tener menos dinero para sin haberlo ganado ellos. malgastar.

jueves, 12 de junio de 2008

169. MIEMBRAS



Mientras España sufre los efectos de un cierre patronal en el sector del transporte que va a costar, a más de muchos problemas, no menos de 500 millones de euros, una Señora Ministra ha utilizado en el Congreso de los Diputados, la palabra “miembras”.

Como la palabra por ahora no existe, o al menos no figura en el Diccionario de la Lengua Española, para el caso que alguna de las veintidós Academias de nuestra lengua considere la posibilidad de dotar de significado a la palabra, me permito proponer para su estudio y posterior inclusión en la nueva edición del Diccionario, que la palabra “miembras” aparezca, después de mambla, como “Plural de teta”.

Teniendo en cuenta que la nueva y original palabra ha nacido de labios de la Ministra de Igualdad, y considerando que los hombres tienen, como antes educadamente se decía, un miembro viril, en mi opinión, las mujeres deben tener no uno sino dos femeninas miembras.

Creo que, con el impulso de la Señora Ministra, en pocos años desaparecerán, o quedarán como arcaísmos los muchos sinónimos de la nueva palabra que hoy se usan, con mayor o menor propiedad, los paises en que se habla español, para decir lo mismo: Busto, senos, pechos, tetas, ubres, montes, pechuga, chichis, mamas, montículos, mellizas, teclas, sobrinas, peras, melones, domingas y algunos otros vocablos que, estoy seguro, alguien emplea y otros entienden, pero a las que no alcanza mi cultura sobre el tema.

miércoles, 11 de junio de 2008

168. COMER HIERBA

Lo que escribo hoy es en parte fruto de la nostalgia por la juventud perdida y en parte también por el dolor de constatar lo poco que en algunos lugares hemos conseguido progresar.

Un joven abogado me explicó una noche larga, al final de los años sesenta, que si era necesario prescindir de todo, incluso comer hierba, para asentar la revolución socialista lo haría gustoso y que, en consecuencia, harían alimentarse del mismo modo a todos sus conciudadanos hasta que los frutos del nuevo orden generasen, sin depender de los imperialistas, suficiente riqueza.

Yo, torpe de mí, pensaba entonces que lo primero era generar riqueza y luego repartirla del modo más justo posible y que, en ningún caso, quería comer hierba ni quería tampoco que el verde del campo fuera el principal alimento de los demás.


Han pasado los años, el joven revolucionario de entonces es hoy un ilustre abogado, que nunca ha comido hierba, influyente en su país, que lucha decentemente por el bienestar de su familia primero y de sus conciudadanos después. Yo tampoco he comido más hierba que la que se encuentra a veces en los nuevos platos de diseño en restaurantes caros.

Sin embargo, cuando veo, casi todos los días, en la prensa Managua, de Quito, de La Paz o de Caracas, los esfuerzos de sus dirigentes para asentar la nueva revolución, me parece que el tiempo no ha pasado en vano y que ahora sí, ahora sí es posible que consigan los nuevos caudillos, hacer que los nicaragüenses, ecuatorianos, bolivianos y venezolanos, salvo que venga un milagro, coman , si la hay, hierba.


martes, 10 de junio de 2008

167. HUELGA GENERAL EN ESPAÑA EL MARTES 15 DE JULIO DE 2008

Un hecho absolutamente sorprendente: Me ha llegado por correo electrónico la convocatoria de una huelga general para el día 15 de Julio de 2008.

Se lee en el correo que he recibido que la huelga es la primera convocada por Internet, que nace “al margen de los sindicados vendidos al gobierno”, se alude a la subida de las hipotecas, a los precios de la alimentación, a las tarifas de la luz y al coste de los carburantes, se habla de los impuestos, y termina el texto con una llamada de atención, “esto lo paramos entre todos o no lo parará nadie”

Creo que entramos en una situación que puede ser apasionante, si esto avanza: Ver la evolución de la convocatoria, saber quienes son los impulsores, descubrir quién o quienes se apropian de la idea y escuchar las reacciones siempre sensatas de los políticos, tanto los del poder como de la oposición.

Luego, será apasionante ver el desarrollo de la huelga y, finalmente, si tuviera alguna repercusión, la gestión de los resultados.

En mi opinión y así lo espero y deseo, no creo que tenga éxito la convocatoria, pero a poco que avance este proceso, estoy convencido de que estamos ante un punto de inflexión en la relación de los ciudadanos con el poder y que un enorme peligro se presenta para los partidos políticos y sus dirigentes, por sus palabras y por sus obras, están avanzando camino del desprestigio que ya lograron, con muy malas consecuencias, en el primer tercio del siglo XX.

sábado, 7 de junio de 2008

166. NO PERMITAS JAMÁS SER MALTRATADA

Hace algunos días escuché a una mujer joven, en la calle, entre lágrimas, decir a un hombre, también joven, “no me pegues, yo te quiero”.


Me aproximé y, procurando ser sensato, con la esperanza de poder ayudar en lo posible, pregunté ¿Les pasa algo, necesitan alguna cosa?


Ella se pasó una mano por los ojos y dijo: "Nada, no me pasa nada”. Él me miró con mala cara y añadió: “No, no pasa nada, no necesitamos nada”.


Como es natural me retiré al punto y, con algo de pena, seguí caminado con mi perra camino del parque, pensando en los malos tiempos que esperaban a pobre muchacha.


Es evidente que cuando un hombre golpea a su novia no tiene arreglo, es seguro que en poco tiempo se va a convertir en un torturador para ella y en un desastre para si mismo.


Por ello, pienso que una mujer jamás debe consentir, por más que pueda amar, ni un solo golpe ni un solo insulto. Una vez se admite el primero nunca llegará la mala palabra o el doloroso golpe que sea el último.


Pasa en todas las culturas y en todos los entornos sociales, hay hombres que llevan en su sangre la violencia y hay mujeres que los aman hasta que, molido el cuerpo y dañada el alma, escapan, si lo consiguen, antes de la muerte.


Cuando veo los primeros indicios de maltrato, normalmente de palabra, a una mujer, suspiro porque ella haga caso a sus padres, a sus hermanos, a sus amigas, a cualquiera que se lo diga, y rompa, antes de que se consolide la relación.


Se que es muy difícil, casi imposible, pero dejar de grado o por la fuerza a quien parece el más amado novio o marido y atravesar los peores tiempos de tristeza, soledad y hasta pobreza, es bastante mejor que el dolor, el miedo y el desamor que seguro llegará, si se consiente el primer insulto o un solo golpe.







jueves, 5 de junio de 2008

165. PRECISAMOS UN POQUITO DE BONHOMÍA Y ALGO DE ASERTIVIDAD

Ahora, quizá como siempre, vivimos en todo el mundo una época en la que a todos nos parece que la propia supervivencia depende de la capacidad para hacer prevalecer el propio pensamiento.


Nuestro el discurso, el de todos, incluye firmes asertos que procuran epatar y pocas veces se adornan con gotas de empatía.


El resultado del esfuerzo, al final, hace menos sencilla la relación entre clientes y proveedores, entre jefes y colaboradores, entre gobiernos y oposiciones, entre alumnos y profesores. Se genera, con alto coste, valor escaso, se aumentan las diferencias y se incrementa el debe de todas las cuentas.


Acaso, con algo de bonhomía, de afabilidad, sencillez, bondad y honradez en el carácter y en el comportamiento, y la sazón de unas gotas de esa habilidad escasa de decir lo que uno piensa sin molestar al otro, asertividad se llama, se podría atenuar el esfuerzo que derrochamos en defendernos o en conquistar lo que todavía no es nuestro, e incrementar un poco el bien estar de todos.