Hace algunos días escuché a una mujer joven, en la calle, entre lágrimas, decir a un hombre, también joven, “no me pegues, yo te quiero”.
Me aproximé y, procurando ser sensato, con la esperanza de poder ayudar en lo posible, pregunté ¿Les pasa algo, necesitan alguna cosa?
Ella se pasó una mano por los ojos y dijo: "Nada, no me pasa nada”. Él me miró con mala cara y añadió: “No, no pasa nada, no necesitamos nada”.
Como es natural me retiré al punto y, con algo de pena, seguí caminado con mi perra camino del parque, pensando en los malos tiempos que esperaban a pobre muchacha.
Es evidente que cuando un hombre golpea a su novia no tiene arreglo, es seguro que en poco tiempo se va a convertir en un torturador para ella y en un desastre para si mismo.
Por ello, pienso que una mujer jamás debe consentir, por más que pueda amar, ni un solo golpe ni un solo insulto. Una vez se admite el primero nunca llegará la mala palabra o el doloroso golpe que sea el último.
Pasa en todas las culturas y en todos los entornos sociales, hay hombres que llevan en su sangre la violencia y hay mujeres que los aman hasta que, molido el cuerpo y dañada el alma, escapan, si lo consiguen, antes de la muerte.
Cuando veo los primeros indicios de maltrato, normalmente de palabra, a una mujer, suspiro porque ella haga caso a sus padres, a sus hermanos, a sus amigas, a cualquiera que se lo diga, y rompa, antes de que se consolide la relación.
Se que es muy difícil, casi imposible, pero dejar de grado o por la fuerza a quien parece el más amado novio o marido y atravesar los peores tiempos de tristeza, soledad y hasta pobreza, es bastante mejor que el dolor, el miedo y el desamor que seguro llegará, si se consiente el primer insulto o un solo golpe.
Me aproximé y, procurando ser sensato, con la esperanza de poder ayudar en lo posible, pregunté ¿Les pasa algo, necesitan alguna cosa?
Ella se pasó una mano por los ojos y dijo: "Nada, no me pasa nada”. Él me miró con mala cara y añadió: “No, no pasa nada, no necesitamos nada”.
Como es natural me retiré al punto y, con algo de pena, seguí caminado con mi perra camino del parque, pensando en los malos tiempos que esperaban a pobre muchacha.
Es evidente que cuando un hombre golpea a su novia no tiene arreglo, es seguro que en poco tiempo se va a convertir en un torturador para ella y en un desastre para si mismo.
Por ello, pienso que una mujer jamás debe consentir, por más que pueda amar, ni un solo golpe ni un solo insulto. Una vez se admite el primero nunca llegará la mala palabra o el doloroso golpe que sea el último.
Pasa en todas las culturas y en todos los entornos sociales, hay hombres que llevan en su sangre la violencia y hay mujeres que los aman hasta que, molido el cuerpo y dañada el alma, escapan, si lo consiguen, antes de la muerte.
Cuando veo los primeros indicios de maltrato, normalmente de palabra, a una mujer, suspiro porque ella haga caso a sus padres, a sus hermanos, a sus amigas, a cualquiera que se lo diga, y rompa, antes de que se consolide la relación.
Se que es muy difícil, casi imposible, pero dejar de grado o por la fuerza a quien parece el más amado novio o marido y atravesar los peores tiempos de tristeza, soledad y hasta pobreza, es bastante mejor que el dolor, el miedo y el desamor que seguro llegará, si se consiente el primer insulto o un solo golpe.
2 comentarios:
Estoy de acuerdo contigo, pero voy a añadir algo mas...
No existe sólo maltrato físico, también psicológico: cuando alguien a quien quieres te miente una y otra vez, hace cosas con las que te hace sentir humillada, te trata como un simple objeto y miles de cosas mas.
Y tu aguantas porque le quieres aunque ya no confies en él y veas que no le importas nada. Eso aún te hace sentirte peor y estas continuamente angustiada, con un nudo en el estómago y te sientes mal muy mal pero sigues aguantando.
Al final te hartas y dices que ya no vas a verle mas pero lo sigues haciendo porque hay algo que te lo impide.
Lo mas triste de todo esque hay personas que no les importa nada, sólo piensan en ellos mismos y por eso no ven el daño que pueden hacerte, ójala algún día cambien...
Querida amiga. lamentablemente no cambian.
Es mejor dejalo, que pase un tiempo y esperar el verdadero amor, que seguro, llegará.
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