El Doctor D. Felicísimo Valbuena, ha publicado, bajo el título ¿Quién asesora a Rajoy tan rematadamente mal en comunicación política?, que puede leerse en http://www.master-comunicacion.es/blogcomunicacion/comunicacion-politica/ un artículo que, como a muchas otras personas, me ha obligado a pensar bastante y me ha animado a aportar algunas ideas, al debate.
Por ello publico hoy tres de las primeras reflexiones que dan vida al ensayo que estoy preparando sobre el Proyecto, la Misión y la Visión en la propuesta política.
Primera reflexión:
Rajoy, cabeza visible de la derecha española, ofrece, aunque a él y a su partido les puede parecer mucho, muy poco y muy malo:
Yo, nos dice, que soy muy decente, voy a ser un buen administrador y como las cosas están muy mal, voy a restringir los gastos, voy a bajar los sueldos, voy a quitar las subvenciones, voy a facilitar el despido, voy a quitar empleados públicos, voy a quitar poder a las comunidades autónomas, voy a imponer la moral tradicional, voy a hacer que los empresarios hagan lo que les de la gana y voy a subir los impuestos, como en Madrid y en otros lugares en los que gobierna mi partido, y así conseguiré , con vuestro sacrificio, que las cosas mejoren y volvamos a ser ricos como lo fuimos cuando gobernaba Aznar.
En resumen, Rajoy ofrece hacer, de otra manera, las mismas cosas que ofrece Zapatero. Es decir, ofrece más bien nada.
Tengo serias dudas sobre la posibilidad de que Rajoy, con este mensaje, sea capaz de ganar en votos al desastre que es el actual gobierno de España.
En consecuencia con lo anterior, creo que Rajoy, aunque parece hombre sensato y buena persona, es mal comunicador y sus asesores en comunicación política saben poco o, lo que es posible, comunican tan mal que su jefe no les escucha.
Segunda reflexión:
El Partido Popular trata de transmitir la idea de que sabe dirigir y administrar, pero los hechos apuntan a una realidad diferente: Digan lo que digan los políticos del partido, la realidad es que sus comportamientos están extremadamente próximos a los que vemos cada día en empresas que tienen resultados razonables, porque operan en entornos no globales, en sectores con fuertes barreras de entrada a posibles competidores, tienen muchos clientes insatisfechos y ofrecen un servicios peor que mediocres.
Y la realidad es que Rajoy, es hoy el administrador interino de una empresa débil, que ha heredado un negocio floreciente que comenzaba a ser algo en el mercado global, acaso porque tenía un buen proyecto, tenía clara la Misión y ya se veían atisbos de una atractiva Visión. Proyecto que quedó en la nada por un error del líder que culminó en el gran trastazo.
Tercera reflexión:
Acaso sea tiempo de que el Partido Popular, aunque sea tan solo para no desaparecer como referencia política de la derecha española, como han desaparecido tantos partidos que fueron en tiempos grandes en Europa, tenga que pensar seriamente y muy deprisa, en su Misión, y su Visión, revisar las estrategias, fijar nuevos objetivos y luego, con el alma renovada, ponerse a trabajar.