viernes, 24 de febrero de 2012

442. UNA GRAN ALEGRÍA: YA ESTAMOS EN EL CAMINO DE LA RECUPERACIÓN ECONÓMICA.




Hoy el Gobierno de España aprobará las medidas necesarias para que las administraciones públicas paguen, en pocas semanas, a sus proveedores todas las deudas que tienen con estos.

La morosidad de las administraciones públicas ha sido, en los últimos años, una de las causas más importantes de  la ruina y desaparición de cientos de miles autónomos y  de pequeñas y medianas empresas y, una de las razones que más ha contribuido a la destrucción del empleo en España.

La deuda total parece que está entre 30 y 40 mil millones de euros, de los que corresponden al menos 15 mil a  deudas con profesionales es autónomos. 

La desesperación y la impotencia de los  cientos de miles de personas que han padecido y aún padecen, la morosidad de las administraciones públicas es, sin duda alguna, el comienzo real de la salida de la crisis y el soporte sobre el que se puede comenzar a crear nuevamente empleo en España.

Evidentemente, aunque la mayor parte de los daños que ha hecho la morosidad pública no pueden ser reparados, la medida va a tener dos efectos importantísimos en la economía española: Por una parte va a haber dinero para que los autónomos y las empresas no solo  paguen sus deudas vencidas  a sus propios proveedores y haya nuevamente algo de liquidez  en el mercado, y, por otra importantísima, la confianza en la sociedad sobre el hecho lógico,  de que puedan  hacerse negocios con la seguridad de que  quienes venden pueden pagar. 

Creo que la medida del gobierno es un acierto inmenso que, complementado con los efectos a medio plazo de la Reforma Laboral y la que aún falta del Sistema Financiero, nos va a llevar muy pronto a sentir los efectos de la recuperación.

Ahora solo falta la implementación de la medida que estoy seguro, se hará correctamente.

No se si soy muy optimista, pero creo que la decisión tomada por el Gobierno de que las Administraciones Públicas paguen en semanas sus deudas con los proveedores, es la medida más importante  o al menos una de las más importantes que se han  tomado en mucho tiempo en España.
 

viernes, 17 de febrero de 2012

441. EL DERECHO A LA EMPLEABILIDAD Y LA OBLIGACIÓN DE IMPULSAR ESE DERECHO



Se entiende por  “empleabilidad”, palabra que por el momento no figura en el Diccionario de la Real  Academia de la Lengua Española, el conjunto de conocimientos y habilidades que otorgan  a una persona la capacidad  cierta de poder  ejercer una actividad profesional remunerada.

La empleabilidad, para aclarar más el concepto, encierra la idea opuesta a cuanto puede significar  la “obsolescencia profesional”.

Aunque la obsolescencia profesional ha existido siempre, su presencia en la sociedad ha comenzado a hacerse sentir, cada vez con mayor intensidad, en los últimos lustros del siglo XX.

En muy pocos años cientos de profesiones han desaparecido y  millones de personas en todo el mundo han visto desaparecer los oficios que además de permitirles trabajar, eran el soporte  de su posición en la sociedad y de su  propia  autoestima.

Millones de personas en el mundo,  con menores o mayores problemas, se han adaptado, han aprendido nuevas profesiones  y han seguido trabajando  con éxito en actividades desconocidas muy pocos años antes. Otros millones de personas en todo el mundo no han conseguido cambiar, han perdido sus viejos oficios, bajado en su capacidad adquisitiva, decrecido en la consideración social, e incluso caído en  el desempleo, la pobreza, la enfermedad y en la más amarga soledad.

Al mismo tiempo, los cambios en el entorno y las enormes transformaciones en la economía y en la organización social han hecho que ninguna empresa o institución, incluidas las administraciones públicas,  pueda, en ninguna parte del mundo, por más que aspire a ello, asegurar a sus empleados un trabajo para toda su vida laboral. Y no lo pueden asegurar, entre otras muchas razones, porque ninguna organización sabe cuál va a ser su propio futuro y ni siquiera puede soñar que vaya a seguir existiendo en un horizonte temporal próximo.

Consecuencia de esta imposibilidad es que las personas que trabajan en las organización, lo perciban o no, están siempre en riesgo de perder sus empleos en las empresas, en las instituciones o en las administraciones públicas. Y, si son sensatas y están informadas sobre la realidad de lo que ocurre en el muerdo,  lo natural es que los empleados, los mandos y los directivos destierren de sus mentes  la idea de fidelidad a la organización y  tengan permanentemente los ojos abiertos para saltar a   organizaciones  que,  en un momento determinado,  puedan ofrecer mejores condiciones o más seguridad.

Evidentemente, la maravillosa capacidad que nos hace ver a los hombres el hecho absolutamente cierto de que es en las  situaciones difíciles donde surgen las oportunidades para progresar, ha hecho nacer la idea de que puede estar naciendo, para las personas, el Derecho a la Empleabilidad, que vendría acompañado, para las organizaciones, de la Obligación de  impulsar el ejercicio del Derecho a la Empleabilidad.

Y, de alguna manera, los Cursos de Formación que se ofrecen desde instancias públicas a las personas desempleadas en Europa, son las semillas sobre las que puede llegar a asentarse el Derecho a la Empleabilidad,  

Sin embargo, el gran impulso al desarrollo real de este derecho solo vendrá de la necesidad que a más corto que largo plazo, van a tener las empresas de retener a sus empleados capaces para que no se marchen a otras empresas que ofrezcan mejores condiciones laborales o más seguridad.

Las empresas que no van a poder  ofrecer grandes salarios, buenas indemnizaciones en caso de rescisión del contrato laboral, ni siquiera la continuidad del trabajo en la empresa a  medio plazo, van a tener en el apoyo directo y explícito de capacidad de sus empleados para ser empleables, dentro de la empresa o fuera de ella, en el medio plazo una de las mejores y más potentes armas, junto a mecanismos personalizados para la motivación, para mantener y hacer crecer la fidelidad de sus empleados, de los que sigan y de los que no sigan años y años en la empresa.

Una observación final: En Alemania el concepto de empleabilidad está ya dentro del pensamiento gerencial de muchos líderes empresariales y desde hace ya bastantes años se trabaja seriamente para asegurar la empleabilidad de los trabajadores de las empresas alemanas ¿Será por algo?.

lunes, 13 de febrero de 2012

440. LO MEJOR DE LA REFORMA LABORAL DE FEBRERO DE 2012




Creo que la  Reforma Laboral que ha aprobado el gobierno es  un paso histórico, ha cambiado gran parte de la  normativa  totalitaria  que, implantada por el régimen del General Franco, ha incidido, para mal en las relaciones laborales y, lo que es peor, en las actitudes ante el trabajo, de los españoles.

La legislación franquista, mantenida en su esencia por el Estatuto de los Trabajadores, estaba basada en la convicción social, política y legal, de que el empresario, el empleador, era  un explotador que, si se le dejaba  libre,  se enriquecería abusivamente  con el esfuerzo de los trabajadores y estos eran personas débiles que, como no podían defenderse por sí mismos de los malvados empresarios, necesitaban  la protección de las leyes y, cuando estas no eran  suficientes, de los sindicatos.

El pensamiento dominante  en la sociedad española, fruto de los largos años de vigencia de la legislación laboral socialista  ha sido y es todavía, que los empresarios, hasta “los mejores” son malos y los trabajadores, hasta  “los peores”, son buenos. Evidentemente, este pensamiento ha generado que una parte muy importante de los españoles, para no depender de “empresarios explotadores”, hayan optado por entrar, como funcionarios, en las administraciones públicas, más generosas y menos exigentes, que las empresas privadas. Y, por otra parte, ha provocado que los españoles hayan preferido durante muchos años  acceder a cualquier profesión excepto  a la socialmente “mal vista” y denostada  de ser empresario. Los españoles  somos buenas gentes que no queremos explotar a los trabajadores.

Ante las terribles consecuencias que la vigencia de las leyes laborales franquistas, por supuesto consideradas  por los sindicatos “conquistas sociales”, ha tenido en el crecimiento del desempleo y el obstáculo que suponían  para  la creación de empleo el gobierno español ha realizado el milagro de aprobar la Reforma Laboral.

Los cambios que ha traído la Reforma Laboral son muchos y pienso que muy positivos: Liberalizan el  mercado del trabajo y las relaciones laborales, atenúan el papel de los sindicatos, facilitan la contratación de  trabajadores y permiten ajustar los costes de personal. Sean pues bienvenidos estos  cambios que, poco a poco, podrán ser aún mayores y mejorar una normativa laboral que hará mejor, para todos, la capacidad competitiva de los españoles y de sus empresas.

Sin embargo y, con dolor, debo decir que lo mejor de la reforma no lo veremos en el corto plazo. La creación de empleo tardará en llegar, hace falta todavía que fluya el crédito y se reactive la economía y ello requiere no menos de cinco trimestres de esfuerzo y grandes sacrificios.

Además, está dentro de lo  muy  probable que muchos pequeños y algunos medianos  empresarios  españoles, que han estado sometidos a una presión legal muy dura, no sepan administrar correctamente las oportunidades que ofrece la nueva normativa laboral y hagan  mal uso de la libertad que van a tener a partir de ahora, en detrimento de las relaciones laborales y  de la satisfacción de sus empleados. Esto será  muy malo para ellos mismos y para toda la sociedad ya  que muchas personas añorarán  la legislación franquista y se reafirmará  en la  convicción de que la palabra empresario es sinónimo de explotador.

Con todo, la mejor de esta Reforma Laboral es que  en unos años, creo que muy pocos, en cuanto comience a reactivarse la economía y a decrecer el desempleo, va a quedar poco espacio para los “malos empresarios”, lo difícil no será  despedir  a los empleados sobrantes, ni será sencillo   “explotar” a quienes  tienen pánico a quedarse sin trabajo, lo difícil  y muy costoso será buscar y encontrar formulas para contratar y retener a los empleados capaces que necesita  todo empresario para ganar dinero, competir y mantenerse en el mercado.

Sea pues bienvenida la Reforma Laboral que nos ha traído  este  buen Gobierno de España.

jueves, 2 de febrero de 2012

439. DE CÓMO VAN LAS COSAS



José Luís, ¿Cómo van las cosas?

Es la pregunta más repetida de entre las que me  formulan mis amigos, sobre todo los que están lejos, en las últimas semanas.

La pregunta normalmente no tiene el propósito de inquirir sobre mi vida personal o familiar, más bien se refiere al contexto político, económico y social español y, en este sentido, escribo ahora lo que pienso del ¿cómo van las cosas?, en este momento.

Os diré.

En el tema político estamos mucho mejor  desde  que, al final del año pasado,  el Sr. Rajoy se hizo cargo del Gobierno de España.

Parece que la situación ha cambiado sustancialmente, tenemos un Primer Ministro serio y unos Ministros bien preparados  que, en principio,  pueden hacer frente al enorme reto de arreglar los tremendos destrozos que nos han  dejado los ocho años  del Sr. Rodríguez Zapatero.

Debo decir además que  la gestión del Gobierno,  aunque  es muy corta y ha cometido algunos errores de comunicación, parece acertada y no está defraudando a los ciudadanos.

Por otro lado, el Partido Socialista en estos momentos se prepara para celebrar, dentro de pocos días, un Congreso en el que tratará de poner fin al drama interno en el que le ha sumido su anterior Secretario General. Espero que el partido de Felipe González vuelva a ser pronto un referente digno del pensamiento y de  las expectativas de una parte muy importante de la sociedad española.

En el tema económico, lo primero decir que estamos en recesión, que Europa está muy mal y que es dificilísimo  que la situación  mejore  significativamente en los próximos dos o tres años.

Además,  en las últimas semanas los indicadores de confianza  han mejorado, y esto es bueno.

También decir que el gobierno ha tomado algunas medidas muy importantes para la reducción del gasto público,  ha hecho una subida fuerte  de los impuestos directos y se prepara para resolver la crisis del sistema financiero (las cajas de ahorros siguen siendo un problema) que permita el flujo del crédito a las pequeñas empresas y a los particulares,  hacer una gran reforma de la Legislación Laboral y, esto es vital, apoyar a los emprendedores y a las pequeñas empresas.

En general las medidas parecen acertadas, sin embargo,  discrepo profundamente sobre la utilidad de la subida de los  impuestos directos (típicamente socialdemócrata) que no creo resulte positiva para el impulso de la economía.

En cuanto al desempleo, creo que este año seguirá subiendo, en gran medida por la reducción de efectivos ocupados, directa o indirectamente,  en las administraciones públicas y en empresas que debilitadas por la larga crisis no podrán resistir hasta que la economía mejore. 

Un efecto colateral del desdempleo es la emigarción masiva de jóvenes y no tan  jóvenes profesionales, que por su importancia, comentaremos en otro momento.

En el entorno social vivimos un momento de aparente calma que deseo de corazón se mantenga. Sin embargo, los recortes en los gastos sociales, el desempleo y la desesperanza de muchas familias y de millones de personas, pueden generar en los próximos meses estallidos serios provocados por la tensión social.

En resumen, y  respondiendo al ¿cómo van las cosas?, decir que vamos mejor que hace unos meses, que las perspectivas son buenas,   pero que hace falta bastante tiempo, no pocos sacrificios y  mucho trabajo para que podamos decir que vamos bien.