UN EXTRAORDINARIO LIBRO DEL GRAN
Editado por TYVE Technologies, S.L, mi buen amigo, el Poeta Emilio Rodríguez, ha publicado un nuevo y extraordinario libro: Tiempo para los ojos.
Aunque la versión digital de la obra está disponible en un blog cuya dirección electrónica es,
http://36poemastiempoparalosojos.blogspot.com.es/
no me resisto a reproducir, además del prólogo, muy hermoso, de Mª Sagrario Rollán, Anuncio y Anunciación, el primero y el último de los 36 poemas incluidos en esta preciosa obra.
http://36poemastiempoparalosojos.blogspot.com.es/
no me resisto a reproducir, además del prólogo, muy hermoso, de Mª Sagrario Rollán, Anuncio y Anunciación, el primero y el último de los 36 poemas incluidos en esta preciosa obra.
TIEMPO PARA LOS OJOS
O la luz y el tiempo en pugna
Cuando Emilio puso este breve
poemario ante mis ojos sentí que se me desnudaban el alma y los pinceles y los
gestos de colores que aminoran el miedo y lo acompasan a la rutina invulnerable
de los días...
Súbitamente un yo más secreto,
ese que espía mis sueños y luego los arrincona indescifrados, se despertó voraz
en una especie de autopsia emocional, cirujano, taumaturgo, encantador de
ausencias, mientras se estremecían los calendarios de todas las nostalgias, y
me crujían los versos por la sangre, precipitándose como en los deshielos de
las tierras altas.
Luego me puse a releerlo más
despacio y fui descubriendo en este tiempo para los ojos un viaje por la luz y
por el tiempo mismo, el tiempo que en la luz parece consagrar - falazmente - su
permanencia, en tanto que nos perfila las heridas y las ojeras.
Es este un
tiempo para mirar y para mirarse "en la tristeza antigua" a la que
Emilio nos tiene tan acostumbrados, se anuncia con "dolor en las palabras
y en los gestos", para dejarnos al final de nuevo anunciados y grávidos,
cada cual ensimismado, en el "silencio que crepita y se despeña".
El tiempo
para los ojos se crece sobre abismos de luz siempre incumplidos, pero nunca
desertados, un tiempo azul y vertical que se levanta y se trasciende pertinaz
en cada verso y como tal se declara, "parto de la luz para este viaje por
encima del tiempo".
La excursión
por la luz, la incursión por el tiempo estilizan las palabras y tensan los
horizontes del paisaje, como en otros poemarios de Parquelagos. Es la luz que
el pintor (Velázquez) ha fijado aquí, donde el poeta venido del Norte recala,
la luz de este paisaje, este, ahora, no el de entonces, paisaje eternizado en
el cuadro y recurrente en su contemplación...
Como en otro
tiempo la absorta luz de las ciudades de Fra Angélico, hoy los horizontes
líquidos, versos de pincel más que de
pluma, se incendian sobre el ocaso de Madrid, y el poeta desterrado se lamenta "con cuanta lentitud navega el
tiempo por un cielo de rocas a
poniente".
Porque el tiempo
para los ojos es también un tiempo de agonía, la luz y el tiempo en pugna,
"juntos en la batalla y en la fuga", el poeta y el pintor acosados
"por un viento de puñales", "un viento más intenso que las
dudas", para rendirse y aplacarse al fin, en esa hierofanía que alumbra
el centro del poemario:
"El
tiempo es una zarza
y su
perímetro
la adapta a
nuestra talla"
Paisaje
interior en el que cada cual se mira y se mide según la hondura de sus ansias:
allí el poeta, casi transfigurado, ha comprendido que la carne es un estado de
incandescencia y se descalza y se entrega -como otro Moisés - a la
contemplación más ardiente.
Mª Sagrario
Rollán, Junio 2012
ANUNCIO
Dolor en las palabras,
en los gestos
en los gestos
de un tiempo
que se agota.
Carteles de ceniza
nos reflejan
el lado más oscuro
de un otoño
iniciando
sus señales.
ANUNCIACIÓN
Silencio que
crepita
se despeña.
Que nutre el
robledal,
la veta de agua
por donde se hacen
firmes
los desaires.
Silencio para el
labio,
para el viento
que inventará la
piel
cuando no estemos.
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