475. CONSECUENCIAS DE LA HUELGA GENERAL DEL DÍA 14 DE NOVIEMBRE DE 2012 EN ESPAÑA
Hoy, 14 de
noviembre, se ha producido una huelga
general, la segunda en 2012, contra las medidas
económicas adoptadas por el Gobierno, elegido con mayoría absoluta hace algo menos
de un año, para salir de la terrible crisis que vivimos en España desde hace ya
cuatro años.
La huelga y,
especialmente, las manifestaciones con que esta ha finalizado al terminar la jornada, ha sido
importante. Es muy difícil determinar el nivel de seguimiento real de la huelga
que, seguro, se ha notado muy poco en algunos lugares y mucho en algunos otros,
sin embargo, pero sí se puede decir que la huelga ha sido significativa (con una bajada
del 20% en el consumo de electricidad) y
que las manifestaciones bien se puede afirmar
que han sido “multitudinarias”.
No tengo ninguna duda de que una parte del peso de la
huelga ha sido fruto de la violencia de los piquetes que han impedido, a la
fuerza, la entrada de trabajadores en
los centros de trabajo, han cerrado comercios y han agredido a personas que
estaban trabajando en actividades de cara al público. Y tampoco tengo ninguna duda de que muchas
personas, aunque hoy han ido a trabajar no han hecho huelga por cuanto el
dinero que supone un día de huelga es mucho, en estos momentos, para cualquier
economía familiar.
Al final del día
podemos ya pensar en las consecuencias de la huelga, que en mi opinión, son las
siguientes:
Muchas personas
han perdido los ingresos correspondientes a un día de trabajo.
Muchos autónomos
y muchísimas empresas han perdido cantidades superiores a las que puedan corresponder
a una sola jornada laboral.
El desarrollo
de la huelga y de las manifestaciones han originado costes económicos en daños al mobiliario urbano, a establecimientos públicos y privados, horas
extraordinarias de policías y de otros funcionarios públicos, de secretarios
judiciales, jueces, etc. Todo ello, a más de los problemas que van a tener las personas que queriendo o no, ha
participado en acciones ilícitas por las que ellas e indirectamente sus allegados,
van a pagar con dinero y, sobre todo, con
muchos disgustos.
Los líderes
sindicales, cual clérigos fanáticos, han demostrado a la sociedad española y, sobre todo, a la
sociedad europea, que son capaces de hacer
y lo hacen cuando quieren, enormes daños a
sus conciudadanos, a su propio país y al conjunto de Europa.
El Gobierno
contra el que se ha celebrado la huelga, a más de tentarse la ropa y extremar
la prudencia para evitar estallidos de tensión social cuando tome más de esas duras medidas que son imprescindibles para
salir de la crisis, tendrá que buscar nuevos ahorros para compensar las
pérdidas ocasionadas por el día de la huelga
en la economía española.
Nuestros socios
de la Unión Europea,
incluida la Canciller
alemana, tendrán un buen motivo para reflexionar ya que hoy han podido ver, con bastante claridad,
que los españoles, los portugueses, los italianos, por supuesto los
griegos, se pueden enfadar y se enfadan muchísimo, tanto como los franceses y
el resto de los habitantes del mundo que,
cuando de les aprieta demasiado, son capaces de hacer barbaridades de esas que, en principio, solo hacen cuando
enloquecen, los muy decentes, muy honrados
y muy
disciplinados alemanes.
En resumen, creo que
las consecuencias de la huelga han muchas y malas y aunque seamos
españoles no sería bueno que nadie pensase, ante las consecuencias de nuestras
acciones, aquello del “ladran, luego
cabalgamos”.
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