Hoy,
una vez más, al escuchar las críticas al gobierno de los partidos de la oposición
y las justificaciones del presidente y de sus ministros por no haber cumplido
la promesa, mil veces repetida, de actualizar las pensiones en la medida
exigida por el incremento de la inflación, han venido a mi memoria las muchas
veces que mi padre, buen médico y hombre sabio, cuando le pedíamos su opinión
sobre la conducta de lagunas personas, respondía con el viejo refrán: “Del
cura, lo que diga; del médico, lo que haga; y del boticario, ni lo que digan lo
que haga”
Mi padre pensaba y yo también lo pienso que,
salvo rarísimas ocasiones, las cosas que dicen los curas son buenas y, por tanto, es conveniente hacerles
caso, y ello a pesar de que, con harta
frecuencia, la conducta de los clérigos
es nada
ejemplar.
Los médicos, creía mi padre y yo también lo creo,
sean lo que sean y digan lo que digan, en el ejercicio de su profesión, acaso por el
juramento hipocrático, en su inmensa mayoría, hacen lo
que es mejor para la salud de los enfermos. Por
ello, si quieres ponerte bueno, más te vale aceptar al pie de la letra lo que el médico haga para curarte.
La tercera
parte del refrán, la relativa a los boticarios, aunque mi padre no la hacía
mucho caso, alguna vez se la escuché cuando procuraba disculpar o,
al menos, atenuar las barbaridades que de palabra y de hecho cometía algún
devoto de San
Nicolás. Era la forma que tenía mi padre de decir que jamás había que creer y menos aún hacer lo que decían o
hacían determinadas personas, absolutamente impresentables.
Pues
sí, en el tema de la no actualización de las pensiones, como en tantos otros,
el gobierno, en lo que dice, no se esta comportando como el cura al que
se puede y de debe creer,
realmente está haciendo la labor del médico que para curar no puede evitar
producir dolor. Y la oposición, con la
experiencia que tenemos, creo que
en el tema de las pensiones, como en tantos otros, lamentablemente, como del
boticario, no podemos creer lo que dice
y menos todavía, aceptar lo que, cuando gobierna, hace.
Claro
que, cuando lleguen las próximas elecciones, el Partido Popular y el Partido
Socialista lo tienen bastante crudo: Han convencido a los ciudadanos de que ni los unos ni los otros tienen en sus
filas a un solo cura al que cuando diga
algo lo podamos creer.
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