El Diccionario de la
lengua española nos dice que Rumor es: Voz que corre entre el público, ruido confuso de voces o ruido vago, sordo y
continuado.
Los rumores, que aparecen cuando, en situaciones de
incertidumbre, los canales de comunicación formal no aportan al público información suficiente, se transmiten de persona a persona con información que no siendo verificable tiene
una gran importancia para las personas.
Los rumores, por otra
parte, crecen y se desarrollan con especial intensidad cuando
su contenido estimula la ansiedad y el temor de las personas que de un
modo u otro están o pueden estar afectadas por el contenido de la información que transmiten.
El contenido de los rumores
puede ser completamente verdad,
completamente mentira o, lo que es más
frecuente, en parte verdad y en parte mentira (una mediio verdad que realmente es una tremenda mentira) o, finalmente, puede ser a
la vez todo verdad y ser muy importante.
Para el correcto tratamiento de los rumores la
doctrina aconseja los siguientes comportamientos:
- Si el rumor es falso y poco importante, lo más conveniente es dejarlo pasar, ignorarlo.
- Si el contenido del rumor es verdad pero poco importante, se debe salir al público y confirmarlo.
- Si lo que dice el rumor es falso y muy importante, lo mejor es hacer pública la verdad de los hechos, aportando información muy abundante, absolutamente clara y verificable. Con ello se mata el rumor. Es muy sencillo destruir un rumor falso cuando es pequeño, pero cuando se hace grande su contenido puede llegar a consolidarse, aunque sea absolutamente falso, como una gran verdad.
- La situación más compleja y más difícil ese produce cuando el contenido del rumor, además de cierto, es muy importante para el público. En este caso lo menos es no intentar cortarlo, no oponerse al rumor, distraer al público y ganar tiempo hasta que el rumor se diluya y desaparezca.
Y ahora el caso Capio, que
según su propia página Web, es “el mayor
Grupo Sanitario privado español, con 28 centros en 4 Comunidades Autónomas…Capio
Sanidad es la compañía líder en España en prestación de servicios sanitarios”.
Evidentemente, todas las
empresas constituidas legalmente en España,
son, independientemente de la nacionalidad de sus propietarios, empresas
españolas. Capio Sanidad es legalmente, sin duda alguna, una empresa española.
En cuanto a la propiedad de Capio Sanidad, en su página Web, como es
normal, no se dan datos y, de acuerdo con la información disponible en Internet,
como tantas veces en la red no contrastada, parece que Capio pertenece (no
se publica en qué porcentaje) a un fondo de capital riesgo europeo que está integrado (tampoco se dice en qué proporción)
en un grupo financiero multinacional de mayor
dimensión.
Pues bien, a lo largo de
las últimas semanas, coincidiendo con el incremento de las tensiones entre el los profesionales de la salud
pública y el gobierno de Madrid por la oposición de aquellos a la privatización de la gestión de algunos
centros sanitarios que las autoridades de la Comunidad pretenden realizar, al principio como un ruido
confuso de voces y cada día que pasa menos
vago, menos sordo y más continuado, circulan por la red miles de
correos electrónicos (a mi me han llegado unos cuantos), todos iguales, en los
que se dan, como “información” cierta, los nombres y apellidos de miembros destacados del Partido Popular o familiares próximos de personalidades de ese
partido, que son propietarios en parte u ocupan puestos directivos en Capio Sanidad y que influyen directamente sobre las autoridades políticas de la Comunidad de Madrid para
que se “privatice” la sanidad pública
madrileña de forma que ésta pase a ser un magnifico negocio para Capio, sus
gestores y accionistas, en detrimento directo de la salud de los ciudadanos
madrileños.
El ruido mediático ha sido
tan intenso que Capio ha publicado, el día 10 de diciembre, en su página Web un
Comunicado de cuatro párrafos que, en mi
opinión, desde la perspectiva del tratamiento de los rumores, es extremadamente
interesante:
- El primer párrafo dice: “Ante los insistentes rumores que circulan en forma de panfleto, a través de internet y en las redes sociales, y que imputan a Capio extrañas connivencias con políticos o personalidades públicas, la Dirección del Grupo quiere dejar constancia de los siguientes extremos:
- En el segundo párrafo se afirma que: ”....ningún otro político tienen ni han tenido nunca relación alguna con el Grupo. Los accionistas, consejeros y directivos de Capio Sanidad son públicos y figuran de manera transparente en los registros correspondientes.
- El tercer y cuarto párrafos del Comunicado, que en nada tienen relación con el primero, explican que: ”Capio Sanidad lleva quince años trabajando para ofrecer a la sociedad española servicios sanitarios….” Y “…. Capio cuenta con cerca de 10.000 excelentes profesionales que han demostrado y seguirán demostrando un enorme compromiso con una medicina de calidad y un trato de primera a nuestros pacientes y sus familiares.”
Cualquier persona con una
mediana cultura empresarial sabe que una
empresa con las características y el volumen
de negocio de Capio normalmente dispone
de un gabinete de comunicación capaz
de tratar con éxito cualquier tipo de rumor.
Por ello, si la
comunicación de Capio está en manos de profesionales la lectura del Comunicado de “La Dirección”, nos permite deducir con
pocas probabilidades de error, si el rumor es falso y poco importante, falso pero muy
importante o, además de cierto
muy importante.
Bien es verdad que está dentro de lo posible, y lo deseo de
corazón, que Capio sea una de esas empresas que trabajando muy bien y muy decentemente su negocio, en este caso la gestión sanitaria, no tienen o no escuchan, hasta que no sufren un traspiés, a los
profesionales que son o
deberían ser los responsables de su
comunicación.
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