En
agosto de 2010 publiqué en este blog la entrada 334. POR EL RETORNO DE LOS
JUICIOS DE RESIDENCIA que dice así:
“La decepción de los ciudadanos sobre
la eficiencia y la honradez de los políticos, originada en parte por el
desacierto de estos en la gestión de la cosa pública primero y por los casos de
corrupción que, reales o inventados, llenan los medios de comunicación es
absoluta.
Todo hace pensar que la clase
política puede estar poniendo en peligro
no solo su poder en la sociedad sino la misma democracia.
La situación, aunque detestable y compleja, no es nueva, se produjo en la Europa de los años treinta
del siglo pasado y se ha producido muchas veces a lo largo de la Historia , por ello, la
sociedad ha buscado y encontrado en las distintas épocas buenas y malas
soluciones al problema.
Una de ellas, acaso la más eficiente
y más temida por los políticos de todos los tiempos, está en la conciencia
colectiva de cuantos somos herederos del Derecho de Castilla: es la puesta
nuevamente en vigor, con no demasiados ajustes, de los Juicios de Residencia.
En esencia, este instrumento
jurídico, que se mantuvo en vigor en España hasta 1799, consistía en un
procedimiento judicial al que se sometían todas las personas que desempeñaban
cargos públicos al término de su gestión.
En el Juicio de Residencia se
revisaban las actuaciones llevadas a cabo durante el período de gestión del
servidor público, se escuchaban los cargos que cualquiera tuviese en su contra
y hasta que no concluía el juicio, con la absolución la persona juzgada, esta
no podía acceder a un nuevo cargo público. Las condenas podían ir desde multas
más o menos cuantiosas hasta largas penas de cárcel.
Pienso que el desgobierno y la enorme
corrupción de la época de Carlos IV fue la oportunidad para que los políticos
de aquel tiempo eliminasen los últimos frenos a sus locuras aunque curiosamente
no de atreviesen a eliminar los Juicios de Residencia en América.
Evidentemente los políticos españoles
es poco probable que acepten ahora pasar el trance de rendir cuentas de sus
acciones mediante los Juicios de Residencia pero, si lo piensan bien, para
cualquier persona, incluso para un político, es preferible ser juzgado y
absuelto por un tribunal que llevar, toda la vida, el estigma de la peor de las
sospechas.
Por todo ello, creo que valdría la
pena pensar en volver a instaurar los Juicios de Residencia en para juzgar y
absolver a la mayor parte de los políticos que tenemos en España”
Pues bien, si en 2010 eran ya necesarios
los Juicios de Residencia, en 2013 pienso que son imprescindibles para que los
ciudadanos podamos recobrar la confianza en los políticos y en la democracia.
Cada vez que un ciudadano pierde la fe en la democracia está lanzando un grito
para que vuelva un “Salvador de la
Patria ”…
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