Al igual
que a millones de personas, en unas horas te cambia la vida. Una pequeña operación sin importancia, hace tres
meses, puso de manifiesto que mi mujer, el amor de mi vida, tenía un cáncer silente, raro, muy agresivo y de difícil
tratamiento. Afortunadamente, un eminente cirujano la tomó en sus manos y pasadas ya
cuatro semanas de la operación podemos decir que existen fundadas esperanzas de
que poco a poco desaparezca la enfermedad.
Por ello
y porque creo que es bueno para mi y acaso para muchas personas a las que ha pasado
lo mismo o les pueda ocurrir en el futuro, he redactado esta entrada en mi, durante muchas semanas, casi olvidado blog.
Decir
primero que cuando he sentido muy cercana la línea
que une la vida y la muerte y el Cielo, la ciencia o la fortuna
me ha regalado la esperanza de
que el tiempo de vida puede no estar
terminando para la mujer a la que amo, cuando comienzo a ver que, aunque muy
despacio, se puede estar alejando el dolor de la
peor despedida, se reaviva mi atención por lo que es baladí
y por lo que de verdad a todos nos importa.
Recordar
que durante muchas semanas, casi ahogado por el dolor y la peor incertidumbre, me ha ayudado mucho saber no estaba solo, que tenía cerca el calor, el cariño y el
mismo miedo y la misma esperanza compartida, de mi
familia, de muchos amigos e
incluso de personas que tenía perdidas en el olvido, que han sufrido y se han alegrado conmigo en
los momentos malos y en los que han sido
mejores.
Reafirmar
mi convicción de que es muy importante
para mi y creo que para muchísimas personas, es apreciar
y ser apreciado por los demás, teniendo conciencia de que lo más valioso de los seres
humanos es lo que son y lo que sienten y menos valioso lo que sabemos, lo que podemos y menos todavía lo que tenemos o no tenemos.
Seguir convencido
de que para afrontar los temas importantes de la vida, el amor, los hijos, la
familia y los demás, porque no es
sencillo, hay que entrenarse todos los días en el estudio, en el trabajo, en el
esfuerzo constante y en hacer bien lo
que en cada momento se debe hacer.
Y, acaso
lo más serio y radical de cuanto he pensado es en el
inmenso tesoro que he acumulado y que cualquiera puede acumular, porque he creído desde el primer día, en el valor de
las palabras rituales de la
promesa matrimonial: “…en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad…”
Sí, lo que de
verdad a mí me importa e importa a cualquier ser humano, es el amor y la vida.
1 comentario:
¡¡HERMOSA REFLEXIÓN, GRACIAS POR COMPARTIRLA!! UN SALUDO.
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