viernes, 11 de diciembre de 2015

712. RENTA BÁSICA UNIVERSAL: UNA NECESIDAD SOBRE LA QUE, AUNQUE NO TODAVÍA, HABRÁ QUE PENSAR

De entre las muchas, no sé si promesas, propuestas, ideas o simples sueños  que estoy escuchando en la  campaña electoral que tenemos en España  de cara a las Elecciones Generales del próximo 20 de diciembre, solamente encuentro una que, por la importancia de su trasfondo, merezca  profunda reflexión. Me refiero posibilidad de que  el Estado aporte mensualmente a todos y cada uno de los ciudadanos, por el solo hecho de serlo y sin ninguna  contraprestación,  mensualmente una cantidad  de dinero,  Renta Básica Universal, que les permita comprar los bienes y servicios necesarios para vivir  dignamente en la sociedad.

Por supuesto, actualmente la idea se puede combatir y descartar  con dos argumentos, en principio, muy poderosos:

  • El primero: La Renta Básica Universal implicaría inmensos recursos que, ineludiblemente tendrían que salir de los impuestos de los ciudadanos. A título de ejemplo, 600 € al mes, 7.200 €  al año de renta anual  para  cada español vivo supondría 288.000 millones de euros al año. Visto este número, la Renta Básica Universal es o, al menos, parece  imposible.
  • El segundo: ¿Queremos, un país de vagos que vivan sin trabajar?

Además de otros, también poderosos, del tipo de:
  • No quiero más impuestos para alimentar vagos
  •  No me des nada y bájame los impuestos, el Estado solo exige a quien produce. 
  • ¿A todos igual? ¿A mí que gano poco o nada  igual que a quien gana mucho?


Ahora bien, hay otra manera de ver las cosas que, sin demasiado rigor, ofrezco para una primera reflexión:

  • Es evidente que la evolución de la tecnología nos conduce hacia una sociedad en la que solamente será necesario el trabajo de una parte de la población para producir los bienes y servicios requeridos por una sociedad próspera; por tanto, otra parte de la sociedad, voluntaria o involuntariamente, no trabajará. Por tanto, algo tendremos que hacer para que quienes no puedan trabajar vivan,  y vivan razonablemente y no haya graves problemas sociales ni  disturbios en las calles.
  •  El coste de los servicios sociales para atender a  las capas más desfavorecidas de la sociedad en los países desarrollados es muy alto y, además, creciente. ¿Podemos incrementar este coste hasta el infinito?, y,  ¿Es justo que una parte de la sociedad tenga que pagar duros impuestos para alimentar a una minoría que no trabaja porque no quiere o no está preparada para hacerlo?
  • La gente que no tiene ingresos cuesta mucho y consume  poco, la economía sufre  con ello; si los ciudadanos tuvieran una Renta Básica y se redujeran drásticamente o desaparecieran los gastos sociales, todos los ciudadanos (pobres y  no pobres), incrementarían su consumo


Para terminar esta entrada, debo señalar que el tema de la Renta Básica,  por su enorme importancia de cara al futuro, ha llevado a que actualmente  ya se estén realizando algunas experiencias en  Holanda y en  Canadá   y que sea objeto de estudio  en Finlandia.


Para nosotros, por ahora, la idea no es más que la  promesa, propuesta o simple sueño que se ha atrevido a plantear uno de los partidos que se presenta a las Elecciones Generales del 20 de diciembre. Sin embargo, creo que, más antes que después, deberemos reflexionar y debatir en la sociedad española la posibilidad de establecer algún tipo de Renta Básica Universal.

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