Durante el
día de ayer, he escuchado, sin asombro, hablar en el Congreso de los Diputados,
a los líderes de los cuatro grandes partidos españoles y a los de unos cuantos
de los que representan a otros minoritarios, en el Debate de Investidura para
el nombramiento de un nuevo Presidente
del Gobierno de España.
Obviando,
aunque sea relevante para el futuro, para cuando tengamos un nuevo gobierno, no
comento ahora las aportaciones de los partidos menores y me centro en las
conclusiones que he sacado, luego de pensar bastante, de las intervenciones de los representantes del
Partido Socialista, Sr. Sánchez, del Partido Popular, Sr. Rajoy, de Podemos,
Sr. Iglesias y de Ciudadanos, Sr. Rivera. Son las siguientes:
Primera
conclusión:
Hay tres
partidos, Partido Popular, Partido Socialista y Ciudadanos, que piensan, dicen y
ofrecen a los españoles aproximadamente
lo mismo: una sociedad abierta y plural, que vive y se desarrolla en una economía de mercado, en un estado del
bienestar, con enfoques más o menos socialdemócratas, en un entorno de amplia
libertad y respeto a los valores que inspiran y han inspirado tradicionalmente a la Unión
Europea.
Entre los
tres partidos tienen 253 escaños de los 350 que hay, en total en el Congreso;
pero ninguno de los tres, por sí solo,
alcanza los 176 necesarios para formar
gobierno. Lo normal sería, si están tan próximos, que pactasen entre ellos y se
terminase con la situación de interinidad que tenemos desde el 20 de diciembre
del año pasado.
Hay otro
partido, Podemos, que salido de la Universidad, se nota mucho, tiene 69 escaños
y responde a las expectativas de los partidos comunistas que aspiraron, llegaron al poder y fracasaron, en la Europa del siglo XX, y
reflejan los valores, aspiraciones y modos de hacer de Fidel Castro durante
cincuenta años, han arruinado Venezuela
en pocos años y lo han intentado, aunque de milagro, no lo han conseguido en Grecia.
Este
partido, ni con los votos de todos los minoritarios (algunos de estos jamás les
apoyarían) puede aspirar a formar
gobierno. Ahora bien, Podemos ha irrumpido en la política española arrebatando
la bandera de la Izquierda al Partido Socialista
y, desde una posición radical, trata de alcanzar el poder de la mano de este
partido, entrar con los socialistas en el gobierno, comérselos primero e instaurar más tarde un
régimen comunista, de corte populista
similar al venezolano.
En
conclusión: En principio es que, si los españoles
queremos tener gobierno y no queremos un populismo americano, o un comunismo soviético, la única solución
es que el Partido Popular y el Partido Socialista con o sin Ciudadanos por
medio, pacten y entre los dos nos gobiernen en una Gran Coalición.
Segunda
conclusión:
Sin lugar a
dudas, con o sin razones fundadas, entre los líderes del Partido Socialista y
del Partido Popular existe una animadversión que, siendo cómica, por sus consecuencias, es dramática:
ni uno ni otro están dispuestos a pactar entre ellos para dar paso a un
gobierno que desarrolle el programa que
requiere la difícil situación de España, anteponiendo sus fobias al interés
común.
El único
líder político que parece, por sus palabras y su conducta en el Congreso de los
Diputados, es el de Ciudadanos, el Sr. Rivera que se ha constituido en puente
entre socialistas y populares y es, en mayor o menor grado, respetado por ambos partidos y, sobre todo,
por los votantes de ambos partidos.
El líder
del Podemos, pescando en el rio revuelto, ya sin tapujo alguno, trata de aprovechar la situación para
llegar al poder o, al menos, expulsar al Partido Socialista de la escena
política española de hoy y hacerlo para
siempre. Además, está tratando de conseguir y lo está consiguiendo, dividir a
la sociedad española en dos bloques antagónicos, uno azul y otro rojo, para
lograr, ochenta años después, que nos odiemos y matemos mutuamente como tantas
veces lo hemos hecho en el pasado.
Parece muy
claro que la mayor parte de la sociedad española desea un futuro de progreso,
sin sobresaltos, que permita, en paz, mantener y hacer crecer el bienestar de
los españoles y rechaza el enfrentamiento radical entre unos y otros.
Conclusión:
En la situación actual, si los demás no llegan a un acuerdo, que parece muy
difícil, solo puede progresar el populismo de Podemos.
Conclusión
final:
Si ahora
no es posible que los señores Sánchez y Rajoy, con razón o sin ella, pueden ponerse de acuerdo, entiendo
que lo razonable, aunque sea muy difícil, sería que socialistas y populares
llegaran a uno de estos pactos:
·
Que
gobierne ya el Sr. Rivera con ministros
populares y socialistas
·
Que
desaparezcan los señores Rajoy y Sánchez y sus sucesores se pongan de acuerdo
para que uno de ellos o un tercero, acaso Rivera, gobiernen juntos durante un tiempo
·
Que el Rey
proponga a los partidos y estos acepten, un presidente independiente que elija
ministros también in dependientes.
Y, en mi
opinión, porque además existe la casi certeza de que en unas nuevas
elecciones los resultados serían muy
similares a los actuales, me pregunto, ¿por qué no llegar ahora a uno de esos pactos
y terminar con la situación actual?