Después de estar con las nietas viendo la Cabalgata de
los Reyes Magos, después de haber sentido palpitar los corazones emocionados de
las niñas y después de haber vivido la emoción de estar cerca y casi tocar a
los Reyes, no guardaba para esta noche ninguna ilusión ni, ciertamente, nuevas esperanzas.
Es por la noche, y en un descuido, mientras leo un
libro especial, entre absolutamente denso y extremadamente interesante, sin
hacer ningún ruido, han venido a casa los Reyes Magos y, sin yo enterarme, se han ido. Menos mal
que no me he dado cuenta y solo he levantado la vista del libro con el tiempo
justo tiempo para, a traves de una ventana,
ver desaparecer la sombras del caballo negro del Rey Melchor, del blanco
del Rey Gaspar y la del gran camello del Rey Baltasar…
Por un momento he tenido dudas, pero al volver la
vista he descubierto el salón lleno de paquetes… ¡Qué maravilla, aunque solo
hayan sido sus sombras he visto a los
Reyes Magos! Y me pregunto de nuevo: ¿será verdad que he visto a los Reyes Magos?
Seguro que sí, me respondo, eran igualitos que
cuando tenía siete años los vi
volando… No se si se lo contaré mañana a toda la familia o se lo diré, como un
secreto, solo a los nietos..
Luego, muy despacio, con cuidado, para no desordenar
nada, he recorrido el salón y he mirado, uno por uno los paquetes, todos tienen
un letrerito con un nombre, Pablo, Cristina, Constanza, Mariana, Olivia, Mateo,
Luis…
Y he llegado a mi zapato y al zapato que no está a su
lado y, para mi asombro, he visto su sonrisa y
escuchado su voz haciendo de
paje, los Reyes Magos han sido muy
generosos y te han traído el regalo que les he pedido para ti: que tengas
ilusión y fuerza, que no pierdas el tiempo y que, mientras puedas, hagas algo que valga la pena…
Sí, he visto a
los Reyes Magos, han estado en casa, han traído muchos regalos para todos y a
mí, al abuelo le han hecho el más grande de todos los regalos…
Muchas horas después, viendo a todos los nietos y también a sus padres, sorprendidos y satisfechos del saber y la generosidad de los Reyes Magos, disfrutar la alegría de tener y, sobre todo de hacer, con los Reyes , tantos y tan preciosos regalos, he vuelto a sentir y a gozar el inmenso regalo que, como todos los años, me han traído los Reyes Magos: el amor y la paz que existe y se respira en esta mi familia.
Muchas horas después, viendo a todos los nietos y también a sus padres, sorprendidos y satisfechos del saber y la generosidad de los Reyes Magos, disfrutar la alegría de tener y, sobre todo de hacer, con los Reyes , tantos y tan preciosos regalos, he vuelto a sentir y a gozar el inmenso regalo que, como todos los años, me han traído los Reyes Magos: el amor y la paz que existe y se respira en esta mi familia.
Nota:
Para quien le interese, el autor del muy interesante
libro que estoy leyendo es Wencelao Castañares y su título es Historia del pensamiento semiótico 2 La Edad Media.
1 comentario:
¡
Muy precioso!
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