FINAL
DEL CAMINO
Años y años sin parar nunca,
toda
la vida, porque es vida,
haciendo el camino,
aprendiendo que detrás de cada loma
cada paso es más corto
y
mucho más duro.
Años y años, sin pensar,
corriendo
en las llanuras,
subiendo sin quejas las alturas,
sorteando, ¡cuantas! las piedras sueltas,
esquivando, o metiendo, los pies,
en los charcos, tantos, del camino.
Mañanas de agua, de viento, de niebla y
de sol,
días fríos, cálidos, vividos sin
historia,
noches de tormenta, de alegría y de amor.
Siempre con el destino incierto y la misma desazón:
pero, ¿en este camino no hay descansos,
mi amor?,
no lo pienses, sigamos el camino, ¡por favor!
¡Cuánto esfuerzo para seguir solo en el
camino!
¡Cuánto sueños no vividos, cuanto
trabajo ignorado!
¡Cuánto de valor olvidado o perdido para
seguir en el camino
hasta que en lo alto de una loma, ya cercana,
encuentres que estás, que has llegado,
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