martes, 26 de abril de 2022

990. DE LAS ELECCIONES EN FRANCIA

 


En Francia, el Señor Macron ha derrotado a la Señora Le Pen, y seguirá siendo presidente de la República Francesa.

Pero, la Señora Le Pen ha alcanzado el 42% de los votos de los franceses, un 8% más, el 34%, que en 2017; es decir, Agrupación Nacional, el partido de extrema derecha es muy importante en Francia y los votos que obtiene están creciendo tanto que está dentro de lo posible que pasados unos años lleguen a conseguir la presidencia de la República Francesa.

Agrupación Nacional es una organización política que ha logrado atraer las simpatías y los votos en amplios sectores de la población francesa, especialmente la menos favorecida, la que, en el pasado, durante muchos años votaba “comunista” y ahora siente que va perdiendo bienestar a favor de “los más ricos” y “los extranjeros”.

Y, es evidente, que un partido de extrema derecha, y uno de extrema izquierda también, cuando llegan al poder, tienden a derivar en dictadura y, lo dice la experiencia, a eliminar la Democracia e ir al desastre. Un buen ejemplo son  los alemanes y los venezolanos que en su día votaron extrema derecha y extrema izquierda.

Y, si lo miramos con ojos limpios, es imposible no tropezarnos con la realidad: la Democracia es, a veces, un gran mal para la sociedad.

La Democracia es una forma de gobierno que, como escribieron los grandes filósofos griegos, aunque en determinadas circunstancias haya podido ser la mejor para una sociedad determinada, es solo una de las muy distintas formas de gobierno que existen y pueden usarse con éxito en las distintas sociedades y en los distintos tiempos.

La Democracia otorga un poder abusivo a los líderes de los partidos políticos, favorece la manipulación de las masas, su radicalismo y su polarización;  deteriora la escasa calidad moral y la credibilidad de los líderes políticos; permite la influencia de los grupos de poder que impiden o retardan proyectos de mejora social; es la tiranía de la mayoría y la opresión de las minorías;  los gobernantes se enfocan al corto plazo y olvidan trabajar para el futuro de la  sociedad;  además, es bien sabido, el desinterés de las gentes bien gobernadas por la cosa pública, para la que, por otra parte, las personas normales carecen de preparación. Además, es un sistema de gestión lento e ineficaz que opta siempre por decisiones, en el mejor de los casos, mediocres; y todo adornado con periodos  frecuentes de incertidumbre y parálisis de la Administración durante los procesos electorales; y muchos otros y muy malos efectos que la ciudadanía bien conoce.

Sí, es evidente que la Democracia es un gran mal, pero la experiencia dice que cuando desaparece y llega la Dictadura, todo es mucho, mucho peor.

Así pues, creo que debemos alegrarnos de que el 58% de los votantes franceses haya elegido al Señor Macron y no a la Señora Le Pen. Ahora solo queda, para evitar grandes males en el futuro, que, desde la Democracia, los gobernantes franceses sean capaces de remediar los grandes males que hoy por hoy padecen o, es lo mismo, piensan que padecen, en Francia,  los franceses y en España los españoles.

 

Nota:

Una parte del contenido de esta entrada está tomado de Retorno a lo imposible, la novela de anticipación que publicaré en los próximos meses. La fotografía es de ABC y está tomada de Internet.




No hay comentarios: