Hoy, 28 de junio, víspera de San Pedro y San Pablo, es
el 48 aniversario del día en que Cristina, mi mujer desde entonces, se casó
conmigo.
Luego, lo normal en la vida: tiempos buenos y malos, épocas
de salud y de enfermedad, de algunos éxitos y no pocos trastazos, siempre
juntos y, ¡es asombroso!, sin darme, sin darnos cuenta, de que, todo lo vivíamos
dentro de un sueño, de una maravillosa burbuja de amor.
Pasados los años, el tiempo vuela, otro 28 de junio,
otro día como hoy, las lágrimas llenan mis ojos, Cristina murió.
Sí, Cristina, hace cinco años, murió; pero ella sigue
conmigo, y su vida, mi vida, se mantienen unidas llenas de amor.
Tengo que dar gracias a Dios, Él nos dio, me dio, el
regalo infinito que es el amor.
1 comentario:
Todo lo que sentimos es real. Esta tarde nos encontramos con una persona que intentaba, con sólidos argumentos, que la tierra es plana. Siento que es redonda y oigo la voz de Cristina dando consejos a mi viejo amigo: José Luis, haz eso haz esto, nunca con un no delante
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