viernes, 16 de septiembre de 2022

1008. DE LOS RECUERDOS GUARDADOS EN EL OLVIDO: "SE HA IDO LA LUZ"


 

En estos días extraños en que la guerra de Ucrania y, sobre todo, el comportamiento de los políticos, anuncian el “final de la abundancia”, de mi memoria de viejo surgen dos frases, familiares en mi niñez y olvidadas, ¡gracias a Dios!, durante muchos años:  “hay restricciones” y  “se ha ido la luz”

Ambas frases, frecuentes cuando vivíamos en la postguerra y éramos pobres, aunque eran resultado de un mismo hecho, el corte de la energía eléctrica, en mi casa tenían distintas consecuencias adicionales: si era la hora de las restricciones, normalmente en horas de día, salvo esperar a que volviera la luz, tenían horario, no se hacía nada. Por el contrario, si se iba la luz, todo era muy distinto, su duración era incierta, podía ser  de minutos o de horas; lo primero que se hacía era encender el velón, era de latón, funcionaba con aceite y mechas de algodón, y las velas, siempre preparadas en sus palmatorias; luego “mirar los plomos”, ahora diríamos fusibles, y, a continuación,  mi madre daba la misma orden: “Fulanita, llame al encargado de la luz” y, cuando yo aprendí a hablar por teléfono, era muy pequeño, “José Luis llama al encargado de la luz”.

Las restricciones eran causadas por la escasez de energía eléctrica en España, todavía no se habían construido los muchos pantanos que se hicieron después, y las centrales funcionaban quemando carbón, hulla y antracita (esta era peor), de las minas de Asturias y León. Y, como es normal en toda dictadura, las restricciones estaban reguladas y muy bien controladas, limitaban el consumo de energía también en las empresas  y, como es evidente, afectaban no solo al coste sino y sobre todo, al volumen de la producción.

El ”se ha ido la luz”, se debía al mal estado general de la red eléctrica,  fruto de la guerra civil y de la debilidad de las líneas que, sobre todo en los pueblos, llevaban luz a las casas y sufrían averías cuya reparación estaba a cargo de “el encargado de la luz”, cuando yo era niño el nuestro era el hombre capaz y entrañable que siempre ha sido don Antonio Gea.

Y ahora, setenta años después, me asombra ver que entonces, en los años 40, en plena dictadura, todos sabíamos y estaba muy claro el por qué de lo que sucedía, no había carbón y las redes eran muy deficientes. Sin embargo,  hoy, en  plena democracia, todo está bastante menos claro y no lo sabemos, nos dicen; “no se puede comprar gas ruso”, “no hay suficiente energía, hay que consumir menos y hay que pagar más“, “las eléctricas tienen que pagar”…un conjunto, a mí me parece, de medias verdades que nos tienen envueltos en una inmensa mentira.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo curioso es, que no protesta nadie, en Alemania se esta utilizando el término de - ovejas durmientes, referiéndose a la población, que sin crítica alguna, acepta que nos estan quitando los derechos fundamentales de la constitución, nos empobrecen, nos maltratan y engañan criminalmente. Da la sensación que los medios mainstream estan todos programados al unísono, desde hace dos años, y que todo sigue un solo patrón, que ya nada tiene que ver con democracias soberanas, ni con una economía que puede crecer, sino todo el contrario: el guión es destrozar la clase media!! A ver si despertamos de una vez. Y para que no nos demos cuenta, organizamos una pandemia, que nunca ha existido, y una guerra, que no es más un teatro para captar las miras de las ovejas, y que en realidad forma parte de los negocios que se hacen a nuestras espaldas. -