lunes, 19 de septiembre de 2022

1010. CUANDO SE TIENEN LAS IDEAS TODO ES FÁCIL

El sábado pasado mi nieta Mariana,  tiene siete años,  con algo de ceremonia, me regaló una página muy bien escrita,  a mano, en rojo, llena de corazones y estrellas, también rojas, con diez  frases que transcritas, en el ordenador, son estas: Las primas super heroínas, Las científicas, El balcón privado, La cueva de los murciélagos, A explorar Egipto, Chicas contra chicos,  Las cazas fantasmas, La llave mágica, Al futuro y Las malvadas cocineras.

Sí, son diez títulos, y cada uno de esos títulos podría ser el de una historia; pero esos títulos son también diez ideas que,  integradas  y bajo cualquiera de ellas como título, el abuelo, porque cuando se tienen las ideas todo es fácil, las ha convertido en el argumento para escribir un pequeño relato, podrían ser varios,  para el disfrute de sus nietas.

El abuelo está seguro de que cuando, un poco más largo y adornados los detalles, se lo lea a Olivia, Mariana, Coti y Curris, va a ser motivo de regocijo y puede, quizá, porque aparecen ellas, de gran entusiasmo.

 

LAS PRIMAS SUPER HEROÍNAS EXPLORAN EN EGIPTO

 

Las cuatro primas, Curris, Coti, Mariana y Olivia, son valientes y aguerridas, aman la ciencia y cuando sean mayores quieren ser científicas.

Han ido a Egipto con sus padres y, visitando las pirámides, una de ellas, Coti,  descubre en una pared, en la que no parecía haber nada, una argolla entre negra y dorada, tira de la argolla a ver qué pasa, sin ruido aparece una escalera de piedra, llama a sus primas y, cual heroínas, aunque está algo obscuro, ¡qué emoción!, bajan; tienen dudas pero siguen bajando; luego las escaleras hacen curvas y, de pronto, un ruido grande, se hace la obscuridad,  se asustan, Curris enciende la linterna de su teléfono móvil, suben corriendo. Termina la escalera y en lugar de la salida hay una pared llena de jeroglíficos. Intentan llamar a sus padres, el teléfono no tiene cobertura. Deciden volver a bajar, saben que nunca se construye nada sin al menos dos salidas.

Las escaleras bajan y bajan, suben y suben, bajan y bajan, hasta que llegan a una gran sala, hay sarcófagos, muchos tesoros y, de repente, muchos, muchos murciélagos…un horror de murciélagos, ¡qué asco!. Escapan por un túnel estrecho, el único por el que no entran murciélagos

A lo lejos una luz, cuando llegan, tardan muchísimo y están cansadas, ven que es un pequeño balcón, se acercan, pero no pueden hacerlo del todo, hay una piedra a la derecha que tiene esculpida una mano abierta, lo adivinan, ¡es que no se puede pasar!. Están muy asustadas y tienen hambre, pero son valientes y saben que aunque sus padres las estén buscando no pueden encontrarlas, si no se ayudan ellas mismas nadie lo hará por ellas...

Debajo del balcón,  en el suelo hay una llave, Olivia la ve y la coge, es entre negra y dorada, como el dedo corazón de su  padre, la llave tiembla en su mano, ¿será mágica?, ¿qué hacemos?

Hay una ranura en la pared, meten la llave, se abre una puerta, hay gente dentro, respiran, es una cocina enorme, seguro que es la de un gran restaurante. Entran, se cierra la puerta, y ven que se acercan dos cocineras, están vestidas de cocineras, son horrorosas, ¡son las malvadas cocineras!. Corren y corren por la cocina, pero al final las cocineras las cazan y atadas, les bañan y dan para beber agua; es raro, ¿para qué nos bañan?, ya limpias, aunque siguen atadas están más tranquilas esperan a ver qué pasa;  lo descubren pronto, las van a guisar para que se las coman las amazonas cazadoras, que están muy hartas de comer fantasmas.

Algo tienen que hacer,  fatal si no lo hacen, lo hablan mientras las cocineras malvadas pelan más y más patatas. Aparece una amazona en la cocina, es tan grande y tiene tan mal genio que hasta las cocineras se espantan, -¿están ya las viandas preparadas? ¡la reina tiene un hambre de niña que espanta!

Las meten enteras, cada una en una olla, con patatas. Se está calentito,  ellas, ¡qué raro! no se cuecen pero sí  las patatas, al cabo de un rato las patatas huelen bien, tienen sabor y están blandas, sacian con gusto el hambre que tienen y muertas de miedo ven llegar, con unos cucharones enormes, a las cocineras malvadas. Un ruido tremendo, las cocineras escapan para esconderse donde pueden, es una bandada de murciélagos la que ataca.

Mariana salta fuera de la olla, ayuda a salir de las ollas a sus primas que no pueden, ya están, sin enterarse, casi cocidas, escapan por la misma puerta, llegan al balcón, se saltan la señal, está cerrado,  y cuando ya no pueden más, Olivia encuentra la llave que tenía en el bolsillo guardada, la acerca a la cerradura del balcón y se abre…se asoman, ¡seguro que estamos en lo alto de una montaña!, pero no, a diez metros sus padres están charlando y haciendo fotografías, uno de ellos pregunta ¿dónde están las niñas?,  ellas lo oyen, salen por el balcón y corren, se abrazan sus sorprendidos padres, ellas miran al balcón, ha desaparecido…¿han soñado o ha sido la magia?

Sí, Olivia, Mariana, Coti y Curris, para saberlo todo, cuando sean mayores, serán  además doctoras en Ciencia  Mágica.

Nota: La imagen de las pirámides está tomada de HOLA







1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha encantado, yo en mi familia soy Coti