Mañana, 4 de
febrero de 2023, cumpliré 79 años, y, aunque raramente miro al pasado, quizá
porque la antesala de los “terribles” 80 es una cifra
anodina, para celebrarlo, me he puesto a pensar.
Y, en una primera
mirada, he comprobado que, para mí, hasta ahora, todos los años terminados en 3, han estado
dentro de la rutina, en ellos “no pasó nada” y fueron también años anodinos
Sin embargo, cuando
me disponía a devolver los recuerdos al olvido, me he dado cuenta de que el año
1943 fue el más importante de cuantos luego han venido: ¡en ese año,
milagrosamente, fui concebido! Y que en el
resto de los años terminados en 3 me sucedieron cosas, sin importancia entonces,
que, de una u otra manera, han condicionado y hecho posible la vida que he
vivido.
Y ahora, aliviado, cerrada de nuevo la memoria, contemplo con asombro la vida, y, en permanente celebración, sabiendo que existe la Providencia o el Destino, doy gracias a Dios por los años, muchos, que he vivido, y por los que me queden, sean como sean, dentro del gran milagro que es la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario