En el calor del verano, aturdido por la situación
política que está viviendo nuestra sociedad y los muchos males que hoy compartimos
en todo el mundo, tratando de comprender lo que sucede y por qué sucede, vienen
a mi mente un cúmulo de ideas y reflexiones que, aunque "cosas de viejo", acaso, como para mí, puedan
ser útiles para otras personas. Son las siguientes:
ALGUNOS PUNTOS DE PARTIDA
Sí, estoy convencido de que Aristóteles, con su primum
vivere, deinde philosofare, nos regaló una idea que nuestra cultura
occidental, grecorromana, ha integrado como un axioma.
Y tanto es así, que, desde Grecia y Roma hasta nuestros
tiempos, las gentes y, sobre todo, los dirigentes, han luchado y siguen
luchando para asegurar e incrementar el primum vivere, aunque, en mi
opinión, al parecer, la sociedad en general se ha quedado en el vivere y
no ha llegado al philosofare.
Además, y quizá para complementar y compensar al muy racional
Aristóteles, Platón descubrió, Cicerón hizo suya y Pablo de Tarso la introdujo
en la parte judeocristiana de nuestra cultura, otra maravillosa idea primero y
creencia después: la existencia en el interior del hombre de eso que llamamos
conciencia, y con ella la capacidad natural de conocer y distinguir el
bien del mal.
Y, por si lo anterior fuera poco, la creencia, compartida por
griegos, romanos y judíos, en la desigualdad natural de los hombres, fue
cambiando, por acción del cristianismo, hasta hace cuatro días, en el siglo XVIII,
convertirse en otro y opuesto axioma: la igualdad natural; que en el
presente es nuclear en la maravilla que es nuestra cultura.
VARIAS OBSERVACIONES
Que el vivere sea previo al philosofare hoy todos
lo sabemos; sin embargo, la realidad dice que para muchos hombres, la mayoría, solo
existe el vivere, e independientemente de cuan abultado sea este, jamás entran
ni entrarán en el philosofare. Esto los dirigentes de la sociedad lo
saben y, para tener éxito, actúan en consecuencia: panem et circenses que
se decía en Roma y, por si acaso, ¡que nadie piense!
Por otro lado, hoy hemos descubierto que los hombres, los
seres humanos, podemos tener, el 15%, o no tener, el 85%, conciencia, en
el sentido de conocer y distinguir de forma natural el bien y el mal. Y,
también sabemos que las decisiones y el comportamiento de quienes carecen de
conciencia están determinados por el deseo o el interés de conseguir algo que
no se tiene o de no perder algo que se posee. Y, por esto, los dirigentes de la
sociedad, cuando ellos mismos carecen de conciencia, para asegurar su propio éxito,
ofrecen a las gentes lo que estas desean, no importa que sea el bien o el mal; en
los casos en que dirigentes sí tienen conciencia estos se encuentran con una
gran limitación, no pueden ofrecer el mal, y eso es una clara desventaja para
ellos.
MIS CONCLUSIONES
Casi toda la sociedad, está y, muy probablemente lo estará en
el futuro, integrada por personas a las que solo les importa, y tienen más que
suficiente, el vivere y desconocen el philosofare.
Solamente un 15% de los hombres tiene conciencia, y solo
ellos distinguen y les importa bien y el mal. Y hay dirigentes que están entre
el 85% de hombres que no distinguen ni les importa el bien y el mal y toman sus
decisiones en función de sus deseos e intereses, sin atender al bien o al mal.
Las sociedades y los hombres concretos, al menos en el tener
o no tener conciencia, son desiguales; viven en situaciones distintas de
profunda desigualdad; sus comportamientos son desiguales y, hoy por hoy, no son
iguales.
Y, PARA TERMINAR, CUATRO CUESTIONES
Si existen el bien y el mal, ¿es deseable o no importa extender
el bien y erradicar el mal?
¿Es justo y racional tener dirigentes que no distinguen el
bien del mal?
Las gentes, desiguales, que solo conocen el vivere, ¿pueden
y deben, para todos, elegir entre el bien y el mal?
Quiénes tienen conciencia y pueden filosofar, ¿están obligados,
además de pensar, ser diligentes y actuar?
Nota: la imagen de Aristóteles que ilustra esta entrada está
tomada de Internet.