miércoles, 22 de noviembre de 2023
2000. COSAS DE VIEJO: DESPUES DEL DOCTOR SÁNCHEZ
jueves, 16 de noviembre de 2023
1099. LA TRISTE ACTUALIDAD DE RETORNO A LO IMPOSIBLE
Hoy, 16 de noviembre de 2023, con la investidura del
doctor Sánchez como presidente del Gobierno, el Reino de España ha avanzado un pasado
más para llegar al desastre.
Y, porque en estos momentos, tan tristes, siento una profunda necesidad de encontrar consuelo y esperanza, he comenzado a releer mi novela Retorno a lo imposible, la reconstrucción del imperio, cuyo argumento nace y de desarrolla en el momento en que España se parte.
Quizá su lectura ayude a pensar que los españoles,
los de todas las Españas, aunque pueda parecerlo, no estamos del todo
muertos.
Nota: el libro, en papel y edición digital, está en
Amazon
martes, 14 de noviembre de 2023
1098. COSAS DE VIEJO: LA IMPUNIDAD NO EXISTE, EL DOCTOR SÁNCHEZ TERMINARÁ MAL.
En su
camino hacia la Jefatura del Estado como presidente de la III República
Española, pasado mañana el doctor Sánchez será investido como presidente del
Gobierno del Reino de España.
Y, como es
notorio, será investido porque, usando múltiples artimañas legales y sin
quebrar la letra, ha violado el espíritu de la Constitución de 1978.
Por supuesto,
el mal que ha hecho, está haciendo y hará en el futuro el doctor Sánchez, por
gracia del contenido de la Constitución, no es un delito y, por tanto, no será
perseguido ni será castigado por las leyes españolas, es decir, los grandes
males obra del doctor Sánchez quedarán impunes.
Sin embargo,
aunque lo anteriormente es cierto, solo lo es en tanto se mantenga
vivo en la sociedad el espíritu de la Constitución, herido de muerte por el sicópata
doctor Sánchez.
Y, hay, en
la sabiduría popular española, tres refranes que, reflejando la naturaleza
humana, iluminan la oscuridad de las falacias legales del doctor Sánchez, son
esos que dicen: lo que vale para uno vale
para todos; el que siembra vientos recoge tempestades; y cuándo la
justicia sale por la puerta, la venganza entra por la ventana.
El doctor
Sánchez, amparándose en la letra de la Constitución, se ha sentido libre para quebrar
su espíritu, pero no ha valorado, parece, que lo que él ha hecho, porque él lo
ha hecho, si vale para uno, él, vale
para todos; tampoco ha considerado que lo que el ha hecho, y está haciendo,
pueda ser contestado con mucha mayor furia, por los demás, el que siembra
vientos recoge tempestades; y ha olvidado que si no se respetan las leyes y
desde el poder no se amparan los derechos de los ciudadanos, como sucedía antes
de Hammurabi, cuándo la justicia sale por la puerta, la venganza entra por
la ventana.
En el
pasado, lo leemos en los libros, cuándo no existía el espíritu de la
Constitución, la trayectoria del doctor Sánchez terminaría o hubiera terminado
en una plaza mayor, colgado de una horca; descuartizado, en cualquier lugar,
intentando escapar de su palacio, por una multitud enloquecida por la ira; o con
el cuchillo de un ciudadano vengativo clavado en el corazón.
Y, la
realidad es muy testaruda, la naturaleza humana es la que es, y solo las leyes
contienen el furor de los hombres. Así pues, es obligado anunciarlo, el doctor
Sánchez, el psicópata de pesadilla que ha violado el espíritu de la
Constitución, seguirá, un tiempo, gobernándonos, pero, no hay ninguna duda, porque
se lo merece, terminará mal.
martes, 7 de noviembre de 2023
1097. COSAS DE VIEJO: A ESTE PASO VAMOS A MATARNOS Y ¡LA CULPA ES TUYA!
Pues sí, estamos mal y, es muy probable, vamos a peor, a
mucho peor.
Las negociaciones entre el doctor Sánchez y el prófugo
Puigdemont para, a cambio de varios pagos, entre los que se incluye la amnistía
de todos los delitos, sean los que sean, que han cometido los independentistas
catalanes, el psicópata de la Moncloa pueda seguir en la Moncloa primero, y más
tarde en el Palacio Real como Presidente Vitalicio de la III República
Española, van por buen camino. Y, salvo un milagro, ¿existen los milagros?,
dentro de pocos días veremos que, desde los puntos de vista de ambos delincuentes,
sus negociaciones han concluido en un gran éxito.
Sin embargo, una parte importante de la sociedad española, la
que ha sido insultada y maltratada durante años por los independentistas
catalanes y por el gobierno social comunista, y parecía indiferente o, al menos,
resignada a sufrir lo que hubiera que sufrir, contra todo pronóstico, ha dicho
¡se acabó!, y se ha lanzado a las calles para impedir que el doctor Sánchez consiga
sus objetivos
Y, claro, las protestas que, con intensidad y dureza crecientes,
han comenzado a producirse en las ciudades y pueblos de España, no han gustado
nada, ¡son golpistas! ¡son fascistas!, a “progresistas” e independentistas que
se sienten víctimas, son los buenos y tienen, aún saltándose la Constitución,
derecho a todo y los demás a nada.
Además, por si fuera poco, cuándo las situaciones se enrarecen,
en todos los bandos, son los más extremistas quienes toman la iniciativa,
impulsan la pelea y tratan de conseguir la victoria sin reparar en medios, legales
e ilegales, en una espiral que solo termina con la destrucción del enemigo.
Estamos pues ante una situación terrible que, por repetida,
es bien conocida por los españoles, y bien puede desarrollarse así:
1. El doctor Sánchez avanza en sus negociaciones con los independentistas y está a punto de cerrar un acuerdo, bueno para España, pero que, según piensa una parte importante de la sociedad española, viola la Constitución.
2. Una parte de la sociedad, opuesta al acuerdo, protesta en las calles. El doctor y los suyos se sienten víctimas, se quejan, protestan y su gobierno envía policías para “controlar a los violentos y asegurar la convivencia”
3. El doctor Sánchez consigue la investidura. ¡Ya es presidente!
4. Se incrementan las protestas, se producen desórdenes, hay heridos, ambas partes están de acuerdo: ¡nosotros somos las víctimas! ¡la culpa es de los otros! Los moderados de todos los colores, muy preocupados, piden legalidad y calma.
5. Los progresistas se sienten víctimas y necesitan defenderse; sus adversarios también. Las calles se convierten en campos de batalla, hay heridos y detenciones.
6. Y a continuación, si Dios no lo remedia, ya lo sabemos: ¡vamos a matarnos y la culpa es tuya!
Lamentablemente todos tendremos la culpa: quien sembró las desgracias,
el doctor Sánchez, y su partido, el PSOE; pero también de los ciudadanos que
votaron “progresista” y los políticos y ciudadanos que no supimos o no pudimos contener
el desastre.
Sin embargo, al final, sea de quien sea la culpa, ahora lo
importante, en mi opinión, es no dejar que el doctor Sánchez siga en la Moncloa
o, que, si sigue, salga de allí lo antes posible, ¿o no?
Y, una reflexión final: lo que vale para uno vale para todos,
y si se amnistía a unos, inevitablemente, pasado no mucho tiempo, se amnistiará
a otros.
jueves, 2 de noviembre de 2023
1096. COSAS DE VIEJO: ASÍ PUES, ALGO Y MUCHO, HAY QUE HACER
El doctor
Sánchez, en su narcisismo, ambición y soberbia, forzando aviesamente la Constitución
y traspasando todos los límites éticos, ha sumido nuestro país, España, y a los
españoles, en una terrible crisis que, de no contenerla, nos lleva inexorablemente
a vivir una nueva tragedia: la muerte de la Constitución, la fragmentación
del país y, lo que es peor, a la pérdida de la libertad y a una nueva dictadura.
Y no, el
doctor Sánchez en absoluto ha cedido, para ser presidente del Gobierno del Reino
de España, a las exigencias de sus aliados comunistas o de los independentistas
catalanes y, es evidente, cederá en cuanto lo necesite, a la demanda de
amnistía para los asesinos de ETA que pedirán en un futuro próximo sus socios vascos.
No, el
doctor Sánchez no aspira a vivir cuatro años, de prestado, en el Palacio de la
Moncloa: él aspira, porque quiere y, en su psicopatía, lo merece, ser presidente
Vitalicio de la III República Española.
Así pues, si
los españoles que no queremos ver viviendo en el Palacio Real al doctor Sánchez,
a ese doctor que, engañando como suele, es doctor porque plagió su tesis
doctoral, algo tenemos que hacer para evitarlo.
Y no es bastante
protestar con quejas y palabras o acallar nuestras conciencias haciendo algo,
sin arriesgarnos, para justificarnos en el futuro ante nosotros mismos y ante
nuestros hijos por haber dejado morir, a manos de un psicópata, la última de
las Españas.
Pero ¿qué
hacer? Aunque lo he pensado mucho y solo soy un viejo al que se le ocurren
pocas cosas, tengo muy claro que hay que asumir riesgos, riesgos personales, y
poner en marcha acciones, todas elementales
que son mi contribución y que enunciaré a continuación aun sabiendo que pueden ser
peores que las que deben existir en las cabezas de los líderes sociales, de los
partidos políticos o del Rey.
Mis
medidas: criticar con énfasis, en público y en privado, permanentemente al
doctor Sánchez y a sus aliados; asistir a todos los actos públicos que sean convocados
contra el doctor y sus aliados; impulsar que desde el Senado y desde los
parlamentos de las comunidades autónomas gobernadas por el
Partido Popular y Vox se ponga en marcha una campaña de envío de millones de
cartas al Parlamento y a la Comisión Europea y otra de desobediencia civil contra
el gobierno del doctor Sánchez.
Y, para terminar,
lo más importante: el Rey. Para nuestra desgracia, Felipe V estando muy cerca
de perder la Corona está en la tesitura de tener que optar entre las distintas
interpretaciones posibles sobre las facultades,
o los poderes, que le otorga la Constitución, que solo son dos: la primera poner pie en pared y decir ¡se acabó!, y
hacer algo así como enviar al doctor desde el palacio de la Zarzuela a la cárcel
de Alcalá Meco y nombrar un sustituto, convocar nuevas elecciones sin el mentiroso
plagiario, o algo más o menos parecido; esta opción tiene riesgos, seguro, pero
Él sabrá si debe y quiere asumirlos. Otra opción que tiene Don Felipe es aceptar
lo que quieren el doctor Sánchez y sus acólitos y no hacer nada, es decir, ganar
tiempo para ver qué pasa mañana. En todo caso los españoles tenemos derecho a pedir
al rey que lo haga bien, de no hacerlo, es seguro que, hablando por todos, su padre,
será su padre, al recibirlo en el exilio, le diga la frase terrible de la
sultana Aixa, a Boabdil el Chico: llora como mujer lo que no supiste defender
como hombre.