martes, 16 de abril de 2013

492. ALGUNAS CUESTIONES SOBRE LAS QUE DEBE REFLEXIONAR UN DIRECTIVO CUANDO ACCEDE A UN NUEVO PUESTO



Cuando una persona  accede a un nuevo puesto directivo de mayor nivel mediante promoción en  la propia empresa, sobre todo cuando el ascenso ha sido muy deseado y es  fruto de un gran esfuerzo,  la persona promocionada, con frecuencia, tiende a plantarse la nueva situación en un escenario  que se puede resumir en dos líneas:
 
“Conozco la empresa, merezco el nuevo puesto, se lo que mis jefes quieren de mi, yo se lo que quiero, hay mucho que hacer, no tengo tiempo para pensar  y me pongo inmediatamente en acción”

Esto, entiendo, supone un enorme peligro: El directivo, él o ella, aunque conozca la empresa, conozca a sus jefes, a sus colaterales, a sus subordinados  y a sus clientes, no conoce su  nuevo puesto y, para ser realmente eficiente, debe pensar y decidir lo que, por el hecho de ser él  o ella  quien lo va a ocupar, va a ser ese puesto.

Por ello, y porque para construir algo sólido es imprescindible disponer de un plano o, al menos, contar con las líneas maestras del edificio que, de un modo u otro, va a construir, se presentan a continuación las ocho cuestiones que  la doctrina y, sobre todo, la experiencia, consideran especialmente útiles  para orientar el pensamiento y la acción de la persona promocionada durante los primeros tiempos en su nuevo cargo.

Son las siguientes:

  • Razones por las que estoy en el nuevo puesto
  • Las expectativas propias, de superiores, colaterales, subordinados y clientes  al comenzar en el nuevo puesto
  • Objetivos que se plantean, los definidos por la organización y los personales
  • Objetivos que realmente quiero  conseguir
  • Mis sentimientos en el nuevo puesto y sus reprcusiones en los demás
  • ¿Como quiero que me vean en mi nuevo puesto ahora y dentro de tres años?
  • ¿Qué haré para  que me vean como yo quiero?
  • Mis prioridades más significativas en estos momentos

Espero y deseo que esta entrada sea útil para mis jóvenes amigas y  amigos,  cuando tengan el merecido premio de, por sus méritos, promocionar a un puesto directivo de mayor nivel en su empresa.


ANEXO: UN POSIBLE CUESTIONARIO

1.       RAZONES POR LAS QUE ESTOY EN EL NUEVO PUESTO
DE MIS JEFES

DE MIS COLEGAS

DE MIS SUBORDINADOS

MIAS

CONCLUSIONES


2.       LAS EXPECTATIVAS AL COMENZAR EN EL NUEVO PUESTO
DE MIS JEFES

DE MIS COLEGAS

DE MIS SUBORDINADOS

MIAS

CONCLUSIONES


3.       OBJETIVOS QUE SE PLANTEAN

A UN AÑO
A TRES AÑOS
POR  MIS JEFES


POR MIS COLEGAS


POR MIS SUBORDINADOS


POR MI MISMO


CONCLUSIONES



4.       OBJETIVOS QUE REALMENTE QUIERO  CONSEGUIR

A UN AÑO
A TRES AÑOS
DE MIS JEFES


DE MIS COLEGAS


DE MIS SUBORDINADOS


MIAS


CONCLUSIONES


          
5.       MIS SENTIMIENTOS
¿Cómo me siento?

¿He llegado?

¿A dónde voy?

¿Cuánto tiempo  quiero estar en el puesto?

¿Qué peligros  profesionales me acechan?

¿Qué peligros  corro en mi vida personal?

CONCLUSIONES


6.       COMO QUIERO QUE ME VEAN


DENTRO DE UN AÑO
DENTRO DE TRES AÑOS
 MIS JEFES


MIS COLEGAS


MIS SUBORDINADOS


MIS CLIENTES


CONCLUSIONES




7.       ¿QUÉ HARÉ PARA  QUE ME VEAN COMO YO QUIERO?

EN LOS PRIMEROS 6 MESES
EN EL PRIMER AÑO
EN EL SEGUNDO Y TERCER AÑOS
















8.       MIS PRIORIDADES MÁS SIGNIFICATIVAS
 EN RELACIÓN CON JEFES

EN RELACIÓN CON MIS COLEGAS

EN RELACIÓN CON  MIS SUBORDINADOS

EN RELACIÓN CON  MIS CLIENTES

EN RELACIÓN CONMIGO MISMO







DOCUMENTO ELABORADO EL DÍA     DEL MES DE                        DEL AÑO   

miércoles, 10 de abril de 2013

491. SECRETOS DE FAMILIA: ¿MATARÁ LA CORRUPCIÓN VIEJOS E ILUSTRES APELLIDOS?



  
Hasta hace pocos años muchas  personas en España guardaban terribles secretos de familia.
La mayor parte de esos  secretos  podrían resumirse más o menos así: El abuelo, además de golfo,  era hijo ilegítimo;  la abuela se perdía por los pantalones; un hermano de mi padre  encontró a su mujer  en la cama con un fulano, enloqueció,  mató a los dos  y se echó al tren; mi madre de jovencita se lió con el cura, mi abuelo arregló el asunto y  la casó con mi padre que no valía para nada.  Mi padre, muy religioso el muy bandido,  siempre mantuvo dos familias y ya de mayores  supimos que los vecinos del tercero eran nuestros hermanos. Incluso entraban  en la categoría de  secretos muy guardados  enfermedades  como la sífilis, la tuberculosis o la esquizofrenia frecuentes en la familia.

En ocasiones los secretos cubrían de silencio el origen de la fortuna familiar: Las hazañas del abuelo que fue un terrible usurero, ladrón de iglesias, estafador de ancianos, malversador de fondos, estraperlista o  literalmente un espiritista al que los ingleses colgaron de una verga por  negrero. O, los arreglos que hizo la abuela en la cama de uno o  de  varios  ministros  para que el abuelo tuviera  su primera gasolinera, la construcción de un barco, una licencia de importación o fuera nombrado   jefe de abastos con derecho a porcentajes.

De cuando en cuando el secreto familiar, espantoso por cierto, era que la guapísima abuela  primero  fue  una puta muy  fina, luego  alcahueta de pro y finalmente se casó   con un  viejo muy rico y muy  verde, mató a  las dos hijastras, se quedó con toda la herencia y  casó luego con el   listo  que fue mi abuelo.

Evidentemente,  las familias guardaban, sufriendo con ellos,  sus secretos. El terror a que los niños se enteran antes de tiempo de los viejos dramas, que  pudieran ser un obstáculo para el matrimonio de las hijas o para la carrera profesional de los hijos  o  simplemente  que  se supieran y ello  mermara el honor de la familia, era espantoso.
Hoy, afortunadamente, la mayor parte de las familias no considera un drama terrible  que el abuelo fuera un piernas, la abuela una puta, o que el padre  se casase con la madre por dinero. Es verdad que  a nadie agrada que se comenten estas cosas y se prefiere  mantenerlas  en silencio, pero no suponen un terrible drama.

Sin embargo, cuando parecía que se había diluido el problema  de tener secretos familiares porque las cosas ya  no son como  eran antes, resulta  que  ser hijo o nieto de  un gran delincuente  es  un tremendo deshonor  y  que para ocultarlo hay   personas que, sin renunciar a sus herencias,  se cambien los apellidos. 

Y, me pregunto, si  cunde el ejemplo y  los hijos   de los políticos corruptos de nuestro tiempo siguen los pasos de los descendientes  de los narcotraficantes patrios y, para ocultar el origen de sus fortunas, cambian sus  apellidos,  ¿Matará la corrupción viejos e ilustres apellidos? ¿Se convertirán  respetados  apellidos  de  ayer   en  los  nuevos  y muy  grandes  secreto de  no pocas  familias?







jueves, 4 de abril de 2013

490. ¿SOMOS O ESTAMOS CORRUPTOS LOS ESPAÑOLES?



En los duros tiempos que vivimos los españoles, cada mañana escuchamos en la radio, leemos en los periódicos, vemos en la televisión o comentamos unos con  otros la noticia de un nuevo escándalo o las incidencias surgidas de los que conocemos de días anteriores.

Millones y millones de euros detraídos de nuestro  dinero, se mueven en un océano de corrupción. Los casos son tantos (Bárcenas, Gürtel, Palma Arena, Pokémon, Conde Roa, Baltar, Campeón, itv, Clotilde, Mercurio, Palau, Pretoria, Cooperación, Emarsa, Brugal, Carlos Fabra, Unió Mallorquina, Voltor, Andratx, Eres fraudulentos, Malaya, Minutas, Astaza, Poniente, Caja Castilla la Mancha, Umbra,  Nóos…)  que parece imposible recordar todos.

Y, todos los “casos”, tienen tres  elementos en común: El primero  la  intervención de políticos o personalidades próximas al mundo de lo público; el segundo  que el dinero defraudado era  de todos los españoles; y el tercero, que todos los casos están o han estado  “en manos de la justicia”.

Indudablemente los millones de euros son muchísimos,  las probabilidades de que se recuperen muy escasas y el castigo de los implicados es  al menos dudoso. Un verdadero drama para los españoles y para España.

Pero, a la pregunta ¿Somos o estamos  los españoles  corruptos?

Para responder  con cierta propiedad me he permitido hacer unas sencillas cuentas: Suponiendo que a los 27 casos que  antes he enumerado se añadieran otros  73 que he olvidado, tendríamos un total de 100 casos de corrupción; y si pensamos  que los 100 casos descubiertos fueran  el 20% de los que han existido, el total alcanzaría los 500 casos de corrupción, muchísimos ¿verdad? Y si consideramos  que en  cada caso de corrupción  han intervenido  de media  20 delincuentes (que no son pocos) tendríamos un total de 10.000 defraudadores en el conjunto de España, lo que  significa  que los corruptos alcanzarían las significativas cifras  del  0,022 por ciento,  el 0,22 por mil o el 2,2 por cada 10.000 españoles.

Evidentemente,  si tenemos 10.000 personas que han participado en casos de corrupción son  muchas las  personas  corruptas y si muchas de esas personas ocupan o han ocupado  posiciones relevantes nuestra sociedad, estamos ante una barbaridad, pero de ahí a decir que porque hay  10 millares de bandidos los 47 millones de españoles somos corruptos es, además de  injusto, una locura.

No, los españoles no somos ni estamos corruptos y quienes entre nosotros han sido descubiertos en casos de corrupción, antes o después, han pasado o están pasando por los tribunales y padeciendo el rigor de la justicia.

Notas:
  • Nos enteramos de los casos de corrupción porque la policía y la guardia civil  que no se casan con nadie  los descubren,  los jueces  que son independientes, los persiguen. Y todo el mundo sabe en España que si comete un delito puede ir a la cárcel.
  • No se si la Justicia es igual para todos, creo que es más fácil defenderse cuando se cuenta con buenos abogados, pero sí estoy seguro de que sentarse en el banquillo de los acusados es algo muy malo y si un tribunal  declara culpable a alguien ese alguien y su familia cargan con un enorme peso para toda su
  • Y, una reflexión adicional, ¿Algún español querría para sí los disgustos que están teniendo y van a tener  el Rey  y su familia viendo entrar y salir al   Sr. Urdangarín y a  la Infanta Cristina de los juzgados?