domingo, 5 de abril de 2020

831. PREOCUPACIÓN…(CORONAVIRUS 18)


 
Porque es un día importante, porque es Domingo de Ramos, estoy en la iglesia del pueblo, nunca venimos a esta iglesia, siempre voy con papá y mamá a la del Rosario, pero me ha dicho papá que hoy hemos venido los dos solos porque tu hermana todavía es pequeña, mamá está cansada y la misa de hoy es muy larga, es Misa Cantada.

Me gusta ver la nube y el olor del incienso. Hace un poco de frio, pero soy casi mayor y no me quejo. Me gusta estar de pie, al lado de mi papá, ayudándole, con las dos manos, a sujetar la palma; es muy bonita la palma, es muy alta y es amarilla.  

Ahora estamos fuera, en la puerta de la iglesia, hace mucho sol y no hace frio, hay mucho ruido y mucha gente, pero no me da miedo, estoy agarrado a la mano de mi papá.

Un señor se acerca y dice algo a mi papá, él levanta la cabeza y habla con alguien, tengo que ver a un enfermo, lleve al niño a casa y luego, José Luis hijo, me tengo que ir a ver a un enfermo, te vas con este señor,  él  te llevará a casa  y, sin más, me suelta la mano, me toma por los hombros, me besa en la cara, me dice algo y se marcha.

Estoy llorando, llorando de miedo, llorando mucho, sin consuelo, aunque hay mucha gente no conozco a nadie y estoy solo. Una señora, vestida de negro se agacha, me abraza, me sienta en el transportín y me dice: no llores niño, que ahora te llevamos a casa.


Nota

Este es uno de los recuerdos más relevantes que tengo de mi niñez. Muy probablemente debió ser en 1948 o en 1949, cuando yo tenía 4 o 5 años. Y, ¡qué gran pena!, la pandemia pone ante mis ojos los años que han pasado y lo imposible que es que viva alguien con quien poder contratar  la fidelidad de mi recuerdo.

viernes, 3 de abril de 2020

830. PREOCUPACIÓN…(CORONAVIRUS 17)



Como el de casi todo el mundo en estos días, mi correo electrónico y, sobre todo, mi WhatsApp cada pocos minutos se llenan de mensajes de todo tipo y, entre ellos, aunque en general no son complacientes con el gobierno social comunista, hay bastantes que, sin duda alguna proceden de los muchos, bien organizados y pagados,  gabinetes de comunicación que en toda España tienen los socialistas del actual PSOE y los comunistas de UP.

Me llegan textos y vídeos en los que los expertos comunicadores  socialistas y comunistas, todos ellos émulos de Goebbels, descargan en otros las  responsabilidades que, por acción u omisión como gobierno,  indudablemente, tienen en la propagación de la enfermedad y en la muerte de los más de 10.000 de españoles que, hasta ahora,  se ha llevado la pandemia.

La culpa de todo lo que ocurre es de otros, el gobierno todo lo hace bien y “los malos” son los partidos de la derecha, fascista y opresora; la Iglesia, rica, egoísta y tenebrosa; los empresarios, abusones e  insolidarios; el Rey, del que, en cualquier momento,  a lo que ya dicen se añadirá que es feo, desayuna niño y tiene la sangre maldita; los viejos porque no comprendemos nada y no valoramos lo buenos y lo guapos que son  socialistas y  comunistas;  y, por supuesto, también tienen la culpa  los ciudadanos que nos negamos a creer las mil  patrañas, todas mentira, que  inventan los muy buenos, trabajadores y santos laicos que nos gobiernan .

Por supuesto, nuestros socialistas y comunistas, porque son muy rojos, admiran mucho a China y a los chinos y, entre ellos,  especialmente al Partido Comunista de ese país cuyos líderes, esos sí  que estudian y  trabajan como chinos, tienen como libro de cabecera El Arte de la Guerra, de  Sun Tzu; ese libro que, nada más empezar dice que el arte de la guerra se basa en el engaño y que  al enemigo se le ataca cuando no está preparado y  no te espera.

Y, no lo olvidemos ni un instante, lo más terrible de esta pandemia es la crisis económica que nos va a dejar y que en ella, si no salen del gobierno, los socialistas y comunistas, con sus ideas y sus acciones, porque sin decirlo, nos han declarado la guerra,  matarán cada día, de hambre o de pena, a más españoles que el coronavirus  en el más espantoso  de sus momentos.


jueves, 2 de abril de 2020

829. PREOCUPACIÓN…(CORONAVIRUS 16)



Porque nos lo enseñaron en el colegio, todos sabemos que en los momentos más difíciles, en las situaciones más peligrosos, es cuando aparecen los héroes más admirables, los más grandes líderes,  los emprendedores más osados y los  muchos mártires que, enseguida enterrados, caen muy pronto en el olvido.

Todos sabemos, porque lo hemos gozado o sufrido en la vida, que es en los momentos difíciles cuando mejor se mide la capacidad, la fuerza, y  el valor de las personas y cómo, en esos momentos, casi por azar, se decanta la situación hacia el éxito o hacia el fracaso.

Todos sabemos, porque con los años lo hemos aprendido, que en las situaciones difíciles, casi siempre  es el azar quien distribuye los papeles que, en principio, solo en principio, cada uno “tiene” que jugar, pero que, enseguida, algo interviene para cambiar el  reparto  inicial, es eso que  tienen las personas y se llama  iniciativa, valor y   voluntad.

Y, a los ojos de este viejo que ya, porque lo ha perdido, no tiene oficio, la evolución de la gran pandemia  ha desplegado, como en un gran  teatro, una gran obra  que,  por ser del todo humana tiene su parte, mucha,  de tragedia,  otra parte  de pura farsa y, sin duda, no poco de comedia y en la  que los personajes despliegan  los papeles que tienen asignados con mayor o menor fortuna.

Así, en el teatro los protagonistas, mienten  sin el menor pudor, los actores de reparto, salvo algunos que tratan de eclipsar a los mayores, en su rutina se conforman, y los figurantes se esfuerzan lo que quieren y pueden, apenas cobran y si mueren, mueren,  que tampoco importa y ¿el público?, los espectadores  independientemente de lo que digan los críticos, si les gusta lo que ven aplauden, si no les gusta, primero se callan, más tarde, protestando patean y, al final, tras tirar  huevos  a los actores, se salen.

Ahora ¿vamos a poner nombres? Aunque no es necesario, escribiré algunos: en el mundo los señores   Xi  Jinping, productor y protagonista; Trump, el competidor necesario; AMLO, uno del reparto que, como tantos,  se cree protagonista. En España, el  Doctor Sánchez que no se sabe su papel, el marido de la señora ministro, que si  sabe qué hacer; los políticos de la oposición que, aunque se resisten y son  reparto, intentan destacar; los periodistas, unos que informan y otros que quieren, como sea, medrar. Y ¿la gente?, la gente, pues sí, en su mayoría estar encerrada, a sufrir  y a callar, salvo  algunos que ¡van a morir! y unos pocos que, cuando todo pase,  nos dirán como lo han hecho, dedicados a  aprovechar las oportunidades y a triunfar.

miércoles, 1 de abril de 2020

828. PREOCUPACIÓN…(CORONAVIRUS 15)

 
Luego de una larguísima mañana de lluvia, por la tarde, menos mal, hace sol y aunque no puedo salir a la calle, asomado en una ventana bien abierta, disfruto del limpio y frio aire que viene de la sierra,  mientras dejo volar  mi alma,  libre del motivo que me encierra en casa.

Por la calle, de rato en rato veo pasar personas, casi todas con mascarilla y algunas arrastrando perros. Me llama la atención lo mucho que a veces me cuesta distinguir si son hombres o mujeres, y juego conmigo mismo a adivinar si la siguiente que pase tendrá nombre masculino, femenino o, podría ser, neutro y, la verdad es que, por la sensación que me producen, para mí son todas de genero neutro.

¡Cuánto ruido! Mis lucubraciones se interrumpen. Escucho aplausos. Me doy cuenta, son las ocho de la tarde y estoy asomado en la ventana; yo también aplaudo; aplaudo con fuerza hasta que solo se escucha en la calle el sonido de mis manos.

¿Por dónde iba? Ah sí, divagando, porque no siendo del género bobo, tengo que admitir que no es que la gente lo sea, es que yo, por mis años, ya estoy muy dentro de eso que es el género neutro.