sábado, 30 de octubre de 2021

970. DON JAVIER FERNÁNDEZ – PELLO GARCÍA HA MUERTO

  

Ayer, 29 de octubre de octubre de 2021, en Majadahonda, a los 77 años, ha muerto don Javier Fernández – Pello García.

Javier, asturiano de Gijón y español de bien, educado en el colegio de los jesuitas de su ciudad natal, estudió geología y tuvo una larga y exitosa actividad laboral en la minería del carbón que, por si sola merece el recuerdo  y la admiración de cuantas personas  trabajaron con él y que, sin duda alguna, hubiera sido suficiente para colmar de orgullo a cualquier profesional.

Sin embargo, la gran herencia que nos ha dejado Javier Fernández – Pello García es la obra ingente que es su Web, Senderismo en Asturias y algo más…www.senderismoenasturias.es.

Javier, en esta Web ampliamente conocida y utilizada por los amantes de la naturaleza y por los senderistas que recorren los bellísimos  paisajes  asturianos, presenta, con todo detalle más de un centenar de rutas por todo el Principado; y no solo eso, que ya es mucho, sino que también incluye hermosos textos, ¡hasta un cuidado  diccionario de bable!, y preciosas imágenes sobre la geología, la fauna, la historia y la cultura, las tradiciones y la gastronomía asturiana. En resumen, una  muestra excepcional del ser profundo de Asturias que solo el asturiano sabio y amante de su tierra que ha sido Javier Fernández – Pello García podía crear y ofrecernos en su magnífica e increíble web.

Sin embargo, y a pesar de todo lo dicho anteriormente,  el autor de estas líneas, al recordar al amigo muerto,   no lo hace recordando  lo mucho que ha hecho Javier  en su vida, lo hace pensando en lo que de verdad importa, en  lo que él ha  sido: un español, un asturiano, un hombre muy  bueno. 

Sean pues estas palabras la expresión de mi pesar a su esposa, Araceli,  a sus hijos y a sus nietos, por la muerte de Javier Fernández – Pello García, a los que, en su dolor, acompaño en el sentimiento.  


lunes, 11 de octubre de 2021

969. 12 DE OCTUBRE DE 1492


El día 12 de octubre de 1492, porque don Cristóbal Colón, Almirante de Castilla, al frente de 87 castellanos, en tres carabelas, la Santa María, la Pinta y la Niña, llegó a las Indias, nació el Imperio Español y hoy, 515 millones de americanos son católicos y 580 millones de personas en el mundo hablamos la lengua de Castilla.




lunes, 4 de octubre de 2021

TEXTO ÍNTEGRO DE LA CARTA DEL PAPA FRANCISCO AL PRESIDENTE DE LA CONFERENCIA DEL EPISCOPADO MEXICANO DEL DÍA 16 DE SEPTIEMBRE DE 2021


A su Excelencia Reverendísima

Mons. Rogelio Cabrera López

Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano 

 

Querido hermano: 

Con motivo del Bicentenario de la declaración de la Independencia, quiero hacerte llegar un cordial saludo, a ti y a los demás hermanos obispos, a las autoridades nacionales y a todo el Pueblo de México. Celebrar la independencia es afirmar la libertad, y la libertad es un don y una conquista permanente. Por eso, me uno a la alegría de esta celebración y, al mismo tiempo, deseo que este aniversario tan especial sea una ocasión propicia para fortalecer las raíces y reafirmar los valores que los construyen como nación. 

Para fortalecer las raíces es preciso hacer una relectura del pasado, teniendo en cuenta tanto las luces como las sombras que han forjado la historia del país. Esa mirada retrospectiva incluye necesariamente un proceso de purificación de la memoria, es decir, reconocer los errores cometidos en el pasado, que han sido muy dolorosos. Por eso, en diversas ocasiones, tantos mis antecesores como yo mismo, hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización. En esa misma perspectiva, tampoco se pueden ignorar las acciones que, en tiempos más recientes, se cometieron contra el sentimiento religioso cristiano de gran parte del Pueblo mexicano, provocando con ello un profundo sufrimiento. Pero no evocamos los dolores del pasado para quedarnos ahí, sino para aprender de ellos y seguir dando pasos, vistas a sanar las heridas, a cultivar un diálogo abierto y respetuoso entre las diferencias, y a construir la tan anhelada fraternidad, priorizando el bien común por encima de los intereses particulares, las tensiones y los conflictos. 

El aniversario que están celebrando invita a mirar no sólo al pasado para fortalecer las raíces, sino también a seguir viviendo el presente y a construir el futuro con gozo y esperanza, reafirmando los valores que los han constituido y los identifican como Pueblo –valores por los que tanto han luchado e incluso han dado la vida muchos de vuestros antecesores– como son la independencia, la unión y la religión. Y en este punto, quisiera destacar otro acontecimiento que marcará sin duda todo un itinerario de fe para la Iglesia mexicana en los próximos años: la celebración, dentro de una década, de los 500 años de las apariciones de Guadalupe. En esta conmemoración, es bello recordar que, como lo expresó la Conferencia del Episcopado Mexicano en ocasión del 175º aniversario de la Independencia nacional, la imagen de la Virgen de Guadalupe tomada por el Padre Hidalgo del Santuario de Atotonilco, simbolizó una lucha y una esperanza que culminó en las “tres garantías” de Iguala impresas para siempre en los colores de la bandera. María de Guadalupe, la Virgen Morenita, dirigiéndose de modo particular a los más pequeños y necesitados, favoreció la hermandad y la libertad, la reconciliación y la inculturación del mensaje cristiano, no sólo en México sino en todas las Américas. Que ella siga siendo para todos ustedes la guía segura que los lleve a la comunión y a la vida plena en su Hijo Jesucristo. 

Que Jesús bendiga a todos los hijos e hijas de México, y la Virgen Santa los cuide y ampare con su manto celestial. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí. 

Fraternalmente, 

Francisco

Roma, San Juan de Letrán, 16 de septiembre de 2021

Fuente: https://es.zenit.org/2021/09/27/texto-integro-de-la-carta-del-papa-




 

 

 

viernes, 1 de octubre de 2021

968. DEL PERDÓN QUE TODOS NOS DEBEMOS

 

Cuando en el siglo XIX, en una guerra civil, murió el Imperio Español, en su inmenso territorio nacieron una pléyade de nuevas naciones, todas nuevas, que tuvieron, necesariamente, para supervivir en sus nuevas fronteras, que inventarse: México, Perú, Colombia…y España, fueron “entidades nuevas” que, aunque su cultura era la misma y heredaban tierras, bienes y habitantes del Imperio, “políticamente” quedaron separadas y eran distintas.

Incluso, durante todo el siglo XIX, en todas las nuevas naciones, en su proceso de construirse como “patrias” para sus habitantes, el caos de la muerte del Imperio se prolongó en el  desastre de más guerras civiles, asonadas militares y sangrientos intercambios de territorios. Y no hace falta recordar la parte del Virreinato de Nueva España que perdió México a manos de sus vecinos del norte; la costa del Pacífico que dejó de ser  Bolivia;  la difícil historia de Panamá, Costa Rica, Guatemala o República Dominicana…sin olvidar que también España tuvo varias guerras civiles y  perdió Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

Así, ciertamente, México, Bolivia o Colombia son, lo mismo que España,  naciones nacidas del Imperio y exactamente iguales, en todo o en nada si queremos, herederas de la esencia y de las responsabilidades del pasado, del presente (queda la cultura), o del futuro, si lo hubiera, del Imperio.

Bien es verdad que lo que desde el siglo XIX es España, en el reparto de los nombres se quedó, acaso porque nadie lo reivindicó, con el nombre “España”, el solo hecho de mantener el nombre hizo nacer en los españoles de España y en los españoles de las Españas, dos muy  falsas ideas, perjudiciales para todos: la primera idea era que la nueva España era lo que quedaba del Imperio Español y, la segunda,  que el antiguo Imperio había sido “posesión” de un dueño, de España; estas dos grandes falacias han generado y siguen generando, además de otros muchos males,  estúpidas arrogancias.

Y, ahora en relación con el título de esta entrada, Del perdón que todos nos debemos, decir que creo, con algo de tristeza, que aunque  lo pida el actual presidente de México, España, y no por orgullo, no tiene derecho, no puede, pedir perdón por nada del pasado del Imperio. Pero,  también firmemente,  creo que los actuales españoles de España, los actuales mexicanos y el resto de los que descendientes de los españoles que vivieron en el  Imperio, sí tenemos que pedir perdón, pedirnos perdón y perdonarnos, primero  por los muchos males que hicieron y sufrieron nuestros abuelos y, en segundo lugar, porque nuestros abuelos no fueron capaces de mantener, contra los enemigos anglosajones y franceses, un próspero y poderoso Imperio y, en tres generaciones, dejar de ser mucho  y pasar a ser nada en el concierto de las naciones.

Finalmente, para terminar esta ya muy larga entrada, decir que lo que he escrito en ella  no es  algo improvisado o casual, es fruto de mi actual dedicación: desde el día 28 de junio, cuando se me ocurrió la idea, estoy escribiendo la que muy probablemente será mi última novela, un viaje alocado entre los restos de los cientos, quizá miles de páginas que he leído, los también miles de imágenes que han llenado mis ojos;  las palabras,  incontables, que he escuchado de personas amigas y los sentimientos, tantos y encontrados, que a lo largo de los años  se han ido instalando en los recovecos de mí  ya muy llena, gastada, dolorida y apasionada memoria, sobre el ayer, el hoy y el mañana del Imperio Español. Espero que en unos meses pueda compartir la novela con mis muchos y muy queridos amigos de todas las Españas.



jueves, 30 de septiembre de 2021

967. EL PAPA FRANCISCO HA PEDIDO PERDÓN: ¡YA PUEDE ENTRAR EN EL CIELO Y CONVERTIRSE EN UN SANTO NO NACIDO!

 

El Papa Francisco ha pedido perdón  a los mexicanos, por las cosas muy malas que hicieron los españoles (la iglesia),  cuando conquistaron, evangelizaron e incluyeron lo que es hoy América, en la cultura romana, griega y cristiana.

Y quiero mostrar mi admiración por el Papa Francisco, seguro que para pedir perdón antes ha hecho examen de conciencia, tiene dolor de corazón  y, seguro propósito de la enmienda, es decir, que cuando, limpio de pecados, suba al cielo, piensa hacer el milagro de sacar  de América a todos sus habitantes, incluidos los muertos, devolver a los mexicanos la alegría de los sacrificios humanos y borrar del todo, en aquellas tierras, lo que queda de cristiano.

Evidentemente, el Papa Francisco, cuando sea santo y suba al cielo, hará al mundo retroceder en el tiempo, y ¡cuánta tristeza!, él mismo también desaparecerá del cielo y del infierno…habrá logrado el mayor de los milagros: hacer de sí mismo,  de su confesor mexicano y de todos los que hoy  vivimos, no nacidos pero, por no poder pecar,  santos.

Claro que, porque a mí me alegra bastante haber nacido, aunque no soy un santo, me he puesto a rezar mucho para que el Papa Francisco no se muera nunca, para que no suba al cielo, para que no llegue a santo, para que respete mi vida y no me impida el don maravilloso que es haber nacido.



domingo, 29 de agosto de 2021

966. MADRE PATRIA, UNA LUZ EN LA OBSCURIDAD

 

Cuando mi mundo, nuestro mundo, se tambalea, en mi resistencia a aceptar la muerte de la hegemonía de los Estados Unidos y, sobre todo, de la desaparición definitiva de lo poco que queda de aquello que, en el pasado, fue España, he leído, bebido mejor, Madre Patria, la obra extraordinaria del profesor argentino Marcelo Gullo Omodeo y, debo decirlo, ha encendido una luz en la obscuridad de mis pensamientos.

Hace muchos años, saliendo de una España pobre y aislada, porque tuve la fortuna de vivir en Bolivia, pasear Venezuela, Perú, Colombia, Argentina y Chile, pisar sus tierras y conocer a sus gentes, supe y sentí en el alma lo que había sido y todavía era, en el fondo, España. Y descubrí, con asombro, que a mis amigos americanos les había pasado lo mismo cuando habían visitado España.

Desde entonces, toda la vida, lo he tenido muy claro, mis amigos de América, no solo son mis amigos, en lo bueno y en lo menos bueno, son mis hermanos, todos somos hijos, frutos de la misma España.

Años más tarde, cuando ya dentro del Mercado Común, España se convirtió en un país “europeo”, y los españoles, “nuevos ricos” comenzamos a estar orgullosos de nosotros mismos, a “creernos algo”, sentí, acaso porque seguía viajando, con pesar y creciente desasosiego los males que padecían nuestros hermanos americanos y el absoluto e injustificado desprecio que hacia ellos, porque “no son europeos”,  crecía entre los españoles de España.   

Y, en los últimos años, cuando después de las grandes crisis que han destapado nuestras debilidades, la fragilidad de nuestro bienestar, la realidad de Europa y estamos a punto de ver, partida en pedazos, lo que queda de España, vuelvo a pensar, con añoranza de viejo, lo que fue muestro Imperio.

Pero, dejando a un lado lo que siento, vuelvo a Madre Patria, al libro de Marcelo Gullo Omodeo: limpio, bien documentado, sin prejuicios y  riguroso, es el recuerdo de lo que fuimos, es la explicación de nuestra pasada grandeza, es el relato, terrible, del cómo, siendo el Imperio, perdimos la guerra y el por qué ahora  estamos a punto de perder hasta lo último que nos queda de España.

Y, hay algo más, algo de extrema importancia:  Madre Patria es una canto de esperanza, en este tiempo de crisis, en un caos donde todo es posible, es el recuento de las fortalezas con las que unos hombres decididos, buenos y ambiciosos, como lo fueron sus abuelos, pueden reconstruir, para bien del mundo, el Imperio de las Españas.

Y, para terminar esta entrada, un ruego: por favor, lean ustedes, amigos míos, Madre Patria, muy lejos de la leyenda negra, estarán muy  orgullosos de ser españoles, es lo mismo, de América o de España.

Nota:

Hay otro libro, también de Marcelo Gullo Omodeo, Insubordinación y desarrollo: Las claves del éxito y el fracaso de las naciones, también vale la pena leerlo.

 


 

 

 

 

 

 

 

 

lunes, 23 de agosto de 2021

965. DEL USO DE RAZON

 


Hoy, 23 de agosto, mi nieta Constanza cumple siete años, ya es mayor y tiene uso de razón.

Y, ¡es extraño el poder de la memoria!, en mi cabeza de viejo vuelven a estar presentes los pensamientos que, al cumplir los siete años, sin saberlo entonces, me hicieron pasar, con una mezcla de alegría y dolor, de ser niño a ser mayor: ya tenía uso de razón, sabía distinguir el bien del mal; ya era responsable lo que pensaba y de lo que hacía y, por ello, Dios y mis padres me iban a castigar o a premiar. Ya tenía que ir a misa los domingos, el viernes no podría comer carne porque entraba la cuaresma, tenía también que ser bueno con mis hermanos   y era mi obligación cumplir los mandamientos de la Santa Madre Iglesia.    

Evidentemente, cumplir los siete años en absoluto significaba que hubiera dejado de ser    niño, solo quería decir que seguía siendo niño pero ya mayor; y, ciertamente, mi visión del bien y del mal, afortunadamente, era extremadamente sencilla: lo bueno y lo malo era lo que mis padres me habían enseñado; carecía de conocimientos y me faltaban años para poder distinguir los matices grises de la línea continua que convierte el bien en mal o viceversa.

Sin embargo, a pesar de todo, el día de aquel cumpleaños, de la noche a la mañana, asombrosamente, adquirí el uso de razón y, desde entonces, siempre he podido distinguir, ¡a veces con dolor!, lo que está bien de lo que está mal y, consecuentemente, he sabido también que está en mis manos, en nuestras manos, elegir, incluso en sus grises, entre el bien y el mal.

Hoy setenta años después de que su abuelo adquiriera el uso de razón, mi nieta Constanza, “se ha hecho mayor”, y detrás de sus ojos limpios, en su cabecita preciosa, se la encendido la luz que, desde ahora, toda su vida, va a alumbrar decisiones, muchas difíciles, que, Dios le ayude, habrá de tomar para elegir entre los grises del bien y del mal.  

Muchas felicidades Constanza, muchas felicidades mi querida nieta, porque hoy cumples siete años y, tu abuelo lo sabe,  eres mayor y tienes uso de razón.