Creo que la Reforma Laboral que ha aprobado el gobierno es un paso histórico, ha cambiado gran parte de la normativa totalitaria que, implantada por el régimen del General Franco, ha incidido, para mal en las relaciones laborales y, lo que es peor, en las actitudes ante el trabajo, de los españoles.
La legislación franquista, mantenida en su esencia por el Estatuto de los Trabajadores, estaba basada en la convicción social, política y legal, de que el empresario, el empleador, era un explotador que, si se le dejaba libre, se enriquecería abusivamente con el esfuerzo de los trabajadores y estos eran personas débiles que, como no podían defenderse por sí mismos de los malvados empresarios, necesitaban la protección de las leyes y, cuando estas no eran suficientes, de los sindicatos.
El pensamiento dominante en la sociedad española, fruto de los largos años de vigencia de la legislación laboral socialista ha sido y es todavía, que los empresarios, hasta “los mejores” son malos y los trabajadores, hasta “los peores”, son buenos. Evidentemente, este pensamiento ha generado que una parte muy importante de los españoles, para no depender de “empresarios explotadores”, hayan optado por entrar, como funcionarios, en las administraciones públicas, más generosas y menos exigentes, que las empresas privadas. Y, por otra parte, ha provocado que los españoles hayan preferido durante muchos años acceder a cualquier profesión excepto a la socialmente “mal vista” y denostada de ser empresario. Los españoles somos buenas gentes que no queremos explotar a los trabajadores.
Ante las terribles consecuencias que la vigencia de las leyes laborales franquistas, por supuesto consideradas por los sindicatos “conquistas sociales”, ha tenido en el crecimiento del desempleo y el obstáculo que suponían para la creación de empleo el gobierno español ha realizado el milagro de aprobar la Reforma Laboral.
Los cambios que ha traído la Reforma Laboral son muchos y pienso que muy positivos: Liberalizan el mercado del trabajo y las relaciones laborales, atenúan el papel de los sindicatos, facilitan la contratación de trabajadores y permiten ajustar los costes de personal. Sean pues bienvenidos estos cambios que, poco a poco, podrán ser aún mayores y mejorar una normativa laboral que hará mejor, para todos, la capacidad competitiva de los españoles y de sus empresas.
Sin embargo y, con dolor, debo decir que lo mejor de la reforma no lo veremos en el corto plazo. La creación de empleo tardará en llegar, hace falta todavía que fluya el crédito y se reactive la economía y ello requiere no menos de cinco trimestres de esfuerzo y grandes sacrificios.
Además, está dentro de lo muy probable que muchos pequeños y algunos medianos empresarios españoles, que han estado sometidos a una presión legal muy dura, no sepan administrar correctamente las oportunidades que ofrece la nueva normativa laboral y hagan mal uso de la libertad que van a tener a partir de ahora, en detrimento de las relaciones laborales y de la satisfacción de sus empleados. Esto será muy malo para ellos mismos y para toda la sociedad ya que muchas personas añorarán la legislación franquista y se reafirmará en la convicción de que la palabra empresario es sinónimo de explotador.
Con todo, la mejor de esta Reforma Laboral es que en unos años, creo que muy pocos, en cuanto comience a reactivarse la economía y a decrecer el desempleo, va a quedar poco espacio para los “malos empresarios”, lo difícil no será despedir a los empleados sobrantes, ni será sencillo “explotar” a quienes tienen pánico a quedarse sin trabajo, lo difícil y muy costoso será buscar y encontrar formulas para contratar y retener a los empleados capaces que necesita todo empresario para ganar dinero, competir y mantenerse en el mercado.
Sea pues bienvenida la Reforma Laboral que nos ha traído este buen Gobierno de España.
1 comentario:
Dices que la legislación existente se basaba en la presunción de que el empresario es un explotador que buscará enriquecerse de manera abusiva...
No todos los empresarois son iguales, pero te aseguro que UNA GRAN MAYORIA de los empresarios españoles si. Son una pandilla de ignorantes e incompetentes capaces de cargarse a la gallina de los huevos de oro a la primera oportunidad. Por eso la legislación era lo que era. Porque el tío Paco de tonto no tenía ni un pelo, y sabía con que bueyes araba.
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