Las
cosas están mal, muy mal en España: La situación económica es muy difícil, los
gastos de las administraciones insostenibles, la deuda pública y privada ahogan
a todos, el desempleo corroe nuestras entrañas, crece la emigración, el Estado
de las Autonomías hace agua, la tensión
social se agudiza, dentro de
España se piensa que los recortes son salvajes y desde fuera parece que
hacemos poco, y la desesperanza crece en todos los sectores sociales.
No
obstante, en España, seguimos teniendo
grandes empresas, nuestros arquitectos, ingenieros, novelistas, catedráticos,
investigadores, cirujanos, médicos y deportistas mantienen la cosecha de
grandes éxitos, nuestros sindicatos, desde hace años, se han caracterizado por ser
constructivos y sensatos y hasta algunos de nuestros políticos siguen
estando entre los más prestigiosos y escuchados hombres de estado del mundo.
Sí,
a pesar de todo, seguimos siendo un gran país y seguimos siendo la gran nación que en el último
tercio del siglo XX realizó el mayor
milagro económico y la transición política más
ejemplares del mundo, pero parece que todo lo que hemos sido se ha diluido en apenas cuatro años.
Y
me resisto a admitir que España y los
españoles estemos muertos, que la nación se diluya en el desánimo, sus
habitantes en la desesperación de la ruina y de la impotencia.
Estoy
absolutamente convencido de que es posible salir de la actual situación. Creo que
los españoles podemos asumir cuantos esfuerzos sean necesarios para recobrar la
confianza, para volver a la ilusión, para retomar el camino del bienestar y del progreso,
para poder decir, como dicen los chicos, “Soy
español, ¿A qué quieres que te gane?” y no ya en los deportes sino en la vida.
Pero
para poder salir, como tantas veces ha
dicho el Rey, la persona que en España mejor sabe lo que es vencer la
adversidad, es imprescindible la unión de todos, unirnos como una piña y luchar
juntos contra nuestros propios demonios, contra nuestras envidias, nuestras avaricias,
nuestra ira y nuestra enorme soberbia y, con un proyecto común e
ilusionante, ¿Qué mayor ideal para un
padre que asegurar el futuro de sus hijos, seguir adelante.
Y,
por esa unión de todos, yo, por enésima vez me uno a quienes piden que, a la sombra del
Rey, los dos grandes políticos españoles
vivos, José María Aznar y Felipe González,
no me importa quién de los dos sea el
primero, apoyados por el Partido Popular
y el Partido Socialista, con la suma también de CIU y los demás partidos pongan
en marcha el Gran Pacto para la Recuperación de España al que nos podamos unir todos los españoles.
¿Es
posible un Gobierno del Rey con Felipe González José María Aznar?
Pienso
que sí lo es y, además, sería mucho
mejor que el del Sr. Tecnócrata puesto por Bruselas y Berlín con el apoyo, en el Parlamento español, de quienes sucedan a
los Sres. Rajoy y Rubalcaba.
1 comentario:
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