Cada dos semanas, los
viernes, entre las 13:30 y las 14:15, a la entrada de la
Gran Vía de Majadahonda, la ciudad en la
que vivo, se instala un bibliobus de la Comunidad de Madrid.
Dentro del bibliobus, bien ordenados, se encuentran unos centenares
de libros y filmes que se ofrecen en préstamo gratuito a los ciudadanos. La gestión del servicio, por supuesto
informatizada, está a cargo de un
empleado amable y muy eficiente, que es
apoyado por el conductor del autobús.
Dado que el servicio es
cómodo y rápido, el bibliotecario muy amable y el bibliobus aparca a pocos
metros de mi casa, con frecuencia tomo prestados algunos libros de evasión y agradezco el esfuerzo de la Comunidad de Madrid que
me ahorra caminar los cientos de
metros que necesito para llegar a la gran
Biblioteca Municipal Francisco
Umbral que visito con cierta frecuencia para leer o tomar prestados algunos libros.
Es evidente que la Comunidad de Madrid me regala, al igual que a los habitantes de 154 municipios de la Comunidad de Madrid y 19
distritos de la capital, un plus de comodidad
al acercar, con sus bibliobuses,
los libros a las proximidades de nuestras casas.
¿Son pues los bibliobuses de la Comunidad de Madrid un gasto necesario?
¿Tiene algún sentido en el año 2013 que la Comunidad , cuando todos los municipios de de Madrid cuentan con magníficas bibliotecas municipales, que a
través de la Consejería
de Empleo, mantenga 13 bibliobuses que recorren cada mes miles de kilómetros, 26
empleados directos y algunos indirectos, una página Web, adquisición de miles
de libros y filmes, a más del control de la actividad?
Y, me digo a mi mismo:
26 empleados, 13 autobuses,
mantenimiento de 13 autobuses, gasolina para millones de kilómetros al año, compra de
libros y filmes, más otros gastos en los que no quiero pensar, ¿no supondrán
un coste al menos 2 o 3 millones de euros al año?
Dos o tres millones
de euros al año acaso es poco dinero y seguro que los políticos piensan que esa insignificante cantidad no merece un minuto de su atención, es pecata
minuta. Cualquiera de los responsables políticos de la gestión de los bibliobuses cuesta
a los ciudadanos cinco, seis o puede que más veces lo que gana el más
caro de los conductores de bibliobus.
¿Realmente, aún en la terrible situación que estamos
viviendo, saben y quieren los políticos reducir gastos innecesarios?
1 comentario:
Quizás usted pueda caminar los cientos de metros que le separan de la Biblioteca que menciona, pero no todo el mundo puede hacerlo y tienen el mismo derecho que usted a tener garantizado el acceso a los libros y la lectura. Puede que usted lo vea como un gasto redundante, quizás lo que sobran sean bibliotecas fijas, porque con un bibliobús se llega a muchos más sitios, dado que es él quien se acerca al socio, no al revés, y hay personas que no tienen sus facilidades (muchas veces físicas) para disfrutar de bibliotecas al alcance de su mano
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